Italia da asilo a la famosa niña afgana retratada por Steve McCurry
Sharbat Gula fue fotografiada en 1985 y se convirtió en un icono de los refugiados desde la portada de 'National Geographic'.
La afgana Sharbat Gula, famosa por el retrato que le hizo Steve McCurry en 1985 para la portada de National Geographic, ha llegado a Roma en el marco del programa de asilo y evacuación italiano desde Afganistán, según anunció este jueves el Gobierno de Italia.
El Ejecutivo de Mario Draghi confirmó que la llegada de la mujer afgana, de 49 años, responde a las peticiones llegadas de la sociedad civil, en concreto de organizaciones no gubernamentales activas en Afganistán.
Como muchos de sus compatriotas, Sharbat Gula había pedido a estos entes ayuda para abandonar su país después de que los talibanes se hicieran con su control el pasado agosto, aprovechándose de la salida de las tropas estadounidenses.
De este modo el Gobierno italiano “propició y organizó” su traslado a Italia en el marco de su programa de evacuación de afganos para garantizar su “acogida e integración”.
Una joven Gula de apenas 12 años sorprendió al mundo con la fuerza de su rostro y la potencia de sus intensos ojos verdes, gracias a un retrato realizado por Steve McCurry en una campo de Pakistán con el que ilustró un reportaje sobre los refugiados afganos en junio de 1985. Esta huérfana pastún enseguida se convirtió en todo un símbolo del drama y de las vicisitudes de los afganos, que por aquel entonces se encontraba en plena guerra por la invasión de la Unión Soviética.
Gula fue localizada décadas más tarde viviendo en Pakistán. Nadie supo su nombre durante años.
El instante decisivo
Hace tres décadas, Steve McCurry tomó posiblemente la foto más icónica de todos los tiempos. Sin embargo, incluso después de todo este tiempo, el destacado fotógrafo rebosa entusiasmo cuando habla de la “niña afgana”.
“Sabía que tenía una mirada increíble, una mirada penetrante”, recuerda a la CNN. “Pero había una multitud de personas a nuestro alrededor, el polvo se arremolinaba, y era antes de las cámaras digitales y nunca se sabía lo que pasaría con la foto. “Cuando desarrollé la imagen, supe que era especial. Se lo mostré al editor de National Geographic, y él se puso de pie de un salto y gritó: ’Ésa es nuestra próxima portada”.
La “niña afgana” no sólo se convirtió en la próxima portada de la revista, sino en la más exitosa de su distinguida historia.