Isaías Lafuente lanza una advertencia a Iglesias tras la consulta de su chalé que da mucho que pensar

Pablo Iglesias e Irene Montero han ganado cómodamente el plebiscito que lanzaron a sus bases sobre su continuidad al frente del partido. Un 68% cree que deben seguir y casi un 32% preferiría que dimitieran, en una consulta con récord de participación. Como apostaron por elevación, es difícil diseccionar lo que piensa cada votante sobre el hecho que generó la polémica: la compra de su chalet. Como no se preguntó directamente sobre el asunto, no sería descabellado pensar que entre quienes apoyan su continuidad haya críticos con la decisión doméstica, aunque puestos a elegir susto o muerte, se han quedado en susto. Y, al contrario, entre quienes han votado por su dimisión puede haber inscritos que habrían votado lo mismo aunque se hubiesen ido a vivir a un apartamento de 50 metros cuadrados.

Particularmente me parece buena noticia que en un país al que le estallan todas las costuras no se abra una nueva crisis en la tercera fuerza política parlamentaria. Pero creo que Pablo Iglesias con su apuesta se ha encontrado con un resultado inesperado. Porque hace poco más de un año fue elegido en Vistalegre por un aplastante 89%. Así que si ha perdido 21 puntos de apoyo sólo por la compra de la casa, es una enmienda en toda regla. Y si no ha sido sólo por la casa, la cosa sería para reflexionar.