El ingenioso invento para convertir una piscina doméstica en una olímpica
Largo va, largo viene.
Tener una piscina doméstica es una suerte, pero su tamaño a veces resulta decepcionante. Especialmente para aquellos a los que les gusta nadar y practicar natación como actividad física.
Los ocho o doce metros que suelen medir estas piscinas no permiten hacer grandes largos, como sí se puede en los gimnasios, donde alcanzan los 25 o 50 metros.
Para el padre del usuario de Twitter Migue Kami, el tamaño de su piscina fue un problema que duró muy poco tiempo. Rápidamente encontró una solución que su hijo ha compartido en Twitter con enorme éxito: más de 11.000 retuits y más de 50.500 me gusta en dos días.
Lo que ha hecho es atar una cuerda a un arnés y atar esta a la verja de una de las ventanas de la casa. Así su mujer (la aficionada a la natación) puede nadar sin parar y sin que la piscina se le quede pequeña. Ha hecho lo que podría definirse como la versión acuática de la cinta de correr.
Además de retuits y likes, la publicación acumula cientos de comentarios que celebran el ingenio del padre.
Lo cierto es que este no es un invento nuevo: en Decathlon, Amazon y otras superficies similares venden lo que se conoce como nadadores estáticos. Así se lo ha recordado a Mike otro usuario de Twitter, al que le aclaró: “Eso le dijo mi madre que quería, pero mi padre dijo que no hacía falta, que tenía una cuerda”.
Al final, como recuerda este otro usuario de la red social, es una novedad a medias: Los Simpson ya lo predijeron.