Con solo dos meses, los perros son capaces de mirar el rostro de las personas y adivinar qué se les está pidiendo, con la inteligencia suficiente para recoger esa información y seguir las señales que se les da. Logran desarrollar esas habilidades incluso antes de dejar sus camadas y vivir con un humano. Lo llevan en los genes, según una investigación de la revista científica Current Biology.
“Descubrimos que estas habilidades son altamente heredables”, explica Emily Bray, doctora del Centro de Cognición Canina de Arizona (Estados Unidos), en el informe.
Esto quiere decir que, aunque la educación de los cachorros influye, su capacidad cognitiva no depende de ello, ya que tienen disposición genética para interactuar con las personas mediante el lenguaje corporal.
La investigación se ha centrado en las razas de golden retriever y labrador, y ha analizado el comportamiento del mayor número de canes hasta la fecha.
En total, se ha estudiado a 375 cachorros de 8 semanas de edad que en su amplía mayoría encontraron la comida escondida, eligiendo el escondite correcto el 70% de las veces. Para ello, atendían las indicaciones de un científico sin perder detalle de su rostro (especialmente de los gestos de la mirada) y de sus manos durante más de seis segundos, cuando se dirigían a ellos.
Todos los perros vivían antes del estudio con su madre y compañeros de camada, sin contacto alguno con entrenadores.
La prueba demostró también que los canes no se guiaban en este caso por el olfato para conseguir su recompensa, sino por la información que se les estaba dando.
“Es una evidencia muy importante. Los perros son sensibles a las señales sociales humanas, a pesar de que estén pasando por las primeras etapas de su desarrollo físico y mental”, subraya Julia Espinosa, especialista en habilidades cognitivas de estos animales de la Universidad de Toronto, en declaraciones recogidas por El País.
“El 43% de la variación que vemos en la capacidad de seguimiento de puntos y en el comportamiento de la mirada se debe a factores genéticos (...) Estos hallazgos sugieren que los perros están preparados biológicamente para comunicarse con nosotros”, coinciden ambas expertas.
Además, todas esas habilidades —a las que responden mejor si se les habla con “voz de bebé”, es decir, con un tono más agudo— se refuerzan con la convivencia con las personas y la educación. En ese momento es cuando se fomenta una relación que “involucra apego y comportamientos comunicativos”, “muy parecida a la que vemos entre padres e hijos humanos”, subrayan.
La investigación ha seguido a 160 de esos cachorros hasta su edad adulta, y se ha podido comprobar cómo su rendimiento ha mejorado a medida que envejecen. “Pueden hacerlo cuando son jóvenes, pero pueden hacerlo aún mejor cuando son adultos”, detalla Bray.
En dosis bajas, provoca vómitos, diarreas y babeo. En dosis altas, las mascotas pueden experimentar temblores y delirios, y en los casos más extremos e infrecuentes, coma y muerte por fallo multiorgánico. Por contacto, puede...
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Las hojas del tulipán pueden provocar problemas estomacales a los perros, aunque el verdadero peligro son los bulbos recién plantados ya que contienen más alcaloides y glucósidos, las sustancias que confieren toxicida...
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Provoca reacciones parecidas a la hiedra. Pueden ir desde molestias digestivas a problemas neurológicos graves e incluso la muerte, escriben en veterinarios.com.
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Todas sus partes son venenosas. "Es muy irritante debido a los cristales de oxalato de calcio. Además de irritar la piel y los ojos al contacto, internamente causa edemas, inflamaciones y congestión", explican en la web veteri...
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Contiene varias sustancias tóxicas que pueden provocar vómitos y diarreas, y en ocasiones, arritmias.
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Estas plantas de jardín tienen sustancias tóxicas que pueden provocar importantes problemas a los perros. La sustancia más característico es la oleandrina, un glucósido que produce graves trastornos cardí...
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Estas plantas contienen cristales de oxalato de calcio insolubles, que pueden irritar la boca y los labios del perro. "Si traga algunas hojas, es probable que se muerda la boca o incluso babee y tenga arcadas", explica Ann Hohenhaus en BeChewy.
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Comer las hojas de una hortensia suele provocar problemas digestivos como dolor abdominal, vómitos o sangre en las heces.
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Si un perro mordisquea sus hojas, es probable que sienta como si su boca, lengua y labios se queman, por los cristales de oxalato de calcio (los mismos de los filodendros). También puede producirle exceso de baba y vómitos, e inclu...
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Todas las partes de la azalea son tóxicas. Provocan irritación de la boca y el tracto digestivo con vómitos y diarreas. En los casos más graves puede darse una bajada de la presión sanguínea y el animal ...
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Todas sus partes son peligrosas, pero lo son especialmente las semillas. Los síntomas aparecen 12 horas después de ingerirla y "pueden incluir vómitos, diarrea, debilidad, desvanecimientos, fallo hepático o toxicidad ...
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En tierra, en maceta y en jarrón. Siempre es peligroso. ¡Incluso seco! Y también el agua de los que están en un jarrón. Los primeros signos de intoxicación aparecen de 15 minutos a 6 horas despu&eacu...
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Hojas, semillas y corteza del tejo son peligrosas para los perros. “Pueden provocarles vómitos, letargo, marcha inestable y, lo que es más grave, cambios en el corazón y la presión arterial, que pueden poner en ...
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El azafrán silvestre también se conoce como mataperros. Tiene colchicina, un potente tóxico que inhibe la división celular.
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Las flores producen alteraciones gastrointestinales y se han registrado casos de envenenamiento con resultado de muerte. Son más frecuentes en perros que han desenterrado la planta y han comido las raíces.
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Las sustancias tóxicas, alcaloides licorina y galantamina, están en toda la planta y especialmente en los bulbos. Comerlas puede producir vómitos, diarrea, dolor abdominal, arritmias, convulsiones, descenso de la presi&oacut...
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Contiene alcaloides, entre ellos licorina y galantamina, que producen vómitos, depresión, diarrea, dolor abdominal, hipersalivación, anorexia y temblores.
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Comer las hojas o los frutos del acebo provoca irritación estomacal e intestinal, con vómitos, diarrea y babeo. En altas dosis puede reducir el ritmo cardíaco y llevar al coma o incluso la muerte, apuntan en veterinarios.com
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El efecto más común que produce la ingesta de aucuba son los problemas gastrointestinales. A grandes dosis, puede provocar problemas neurológicos (temblores, espasmos, desorientación), dificultad respiratoria y altera...
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Es tóxico el bulbo, que al ser ingerido afecta sobre todo al sistema digestivo. El resultado más común son vómitos y diarrea, y algunas veces convulsiones y taquicardias.
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En dosis bajas, provoca vómitos, diarreas y babeo. En dosis altas, las mascotas pueden experimentar temblores y delirios, y en los casos más extremos e infrecuentes, coma y muerte por fallo multiorgánico. Por contacto, puede...