Lo dudo, lo dudo, lo dudo
Un mes para el 28-A: la gran batalla por los indecisos
Un mes para las elecciones. El próximo 28 de abril te toca ir al colegio y decidir lo que quieres para España en los próximos cuatro años. ¿Tienes dudas? ¿No te has preocupado todavía? ¿Cambias cada cinco minutos de pensamiento? ¿Estás esperando a escuchar lo que te propongan estas semanas los políticos pesados? ¿Decidirás según se levante tu cuerpo este día?
Tranquilo: esas preguntas y dudas les surgen a muchos españoles. Y de hecho, los partidos lo saben y van a por el voto de los indecisos en estas semanas. Será la gran batalla y la que decidirá la balanza en un sistema que se enfrentará por primera vez a un quintapartidismo: PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos y Vox. Incluso en la ecuación algunos también miran a PACMA para arrancar sus votos. Si tienes dudas, eras la presa más codiciada.
Indeciso, tú decides el próximo Gobierno del país. Créetelo. Así de claro. En el último barómetro del CIS, cuando se preguntaba por el voto, un 15,1% de los encuestados reconocía que no sabía a quién votar. Si extrapolamos ese dato al censo electoral: 5,57 millones de españoles no habría aún decidido a qué partido apoyar el 28-A. Y otro dato: el 60% de los que dudan son mujeres.
Pero la volatilidad del voto -esa expresión de moda entre politólogos y políticos- se radiografía perfectamente en otras de las preguntas del pasado barómetro: ¿Usted vota siempre por el mismo partido? Pues solo el 23,9% contestó con un rotundo sí, en tanto que el 23,5% dijo que “en general” lo haría por la misma opción. Pero, atentos las formaciones políticas, el 40,1% dijo que “según le convenza en ese momento”.
Indecisos: el motivo del giro de Cs
En las sedes de los partidos trabajan duramente en esto. Y todos sus rivales ven en la oferta de Albert Rivera de formar un Gobierno con Pablo Casado un movimiento electoral para captar a los indecisos en la derecha, que ahora se debaten entre PP, los naranjas y Vox. Nada más que el pensamiento de que pudieran pactar con Sánchez les suponen una fuga de votos demoscópica. Los pactos se van a convertir en un elemento clave durante la campaña.
Hace unas semanas el presidente del CIS, José Félx Tezanos, advertía: “Hay un tercio de votantes que aún no sabe lo que va a votar. Todas las tendencias de las encuestas son coincidentes, la decisión está en manos de ese porcentaje de electores que decidirán su voto en el último momento”.
Dudas, dudas, dudas. El mundo siempre es una duda (y mucho más en una cabina electoral). El último proceso electoral que se vivió fue el de las andaluzas del pasado 2 de diciembre. Los mayores titubeos a la hora de votar se dieron entre personas que no sabían si PP o Cs, según el barómetro postelectoral del CIS (el 14,%%). Después: PSOE/Cs (13,5%) y PSOE / Adelante Andalucía (10,5%).
También se ha leído con atención en las sedes de los partidos la encuesta publicada por El País el pasado fin de semana y realizada por 40dB. Respecto a la fidelidad del voto, se ha detectado ahora que el PSOE es el que tiene mayor grado entre los que le apoyaron en 2016 (64%). En cambio, el grado no llega ni al 50% entre populares, naranjas y Podemos -lo que evidencia el grado de indecisión y de volatilidad-. El caso más dramático es el del Partido Popular, ya que solo uno de cada cuatro que le votaron en la última cita electoral dicen que volverán a hacerlo seguro. Las principales fugas se detectan hacia Cs (18%) y Vox (20%). Y, por ejemplo, en el caso de los de Albert Rivera se detectan una marcha del 10% de su electorado al PSOE y otro 11% a Vox, lo que explica las contradicciones de este partido.
Cada uno tiene su estrategia, pero en la derecha se libra una dura batalla por ver quién es más de derechas precisamente. Vox es el más radical en sus propuestas, pero está arrastrando a postulados más duros al PP de Pablo Casado y a Cs, de ahí se explica, por ejemplo, ese acuerdo de la Ejecutiva para no pactar luego con los socialistas. La otra cara: en el PSOE tocan las campanas al ver que se les está dejando un gran espacio todavía para crecer más en el centro. Y en Ferraz siguen creyendo en los clásico: las elecciones se ganan ahí.
Mientras Vox juega ser la esencia de la derecha más extrema, frente a las veletas de PP y Cs. A ellos no les gana nada de manera ultra. Al lado extremo, Unidos Podemos busca recuperar a los que se van al PSOE. Su propuesta: solo los morados pueden hacer un verdadero Gobierno de izquierdas y enfrentarse al poder.
“Sofisticación del voto”
El politólogo Pablo Simón explica a El HuffPost que “cuanta más oferta, más posibilidad de que la decisión del voto se retrase. Y cuanta más novedosa, más”. Lo resume con esta metáfora: “No es lo mismo ir a un restaurante con un menú cerrado que a un chino”.
Todo ello marcado “por la novedad de la fragmentación en la derecha”. Lo que lleva a que las campañas electorales tengan más “importancia”. Además, hay “un incremento de la sofisticación del voto”: “Ahora se retrasa más la decisión, se esperan señales en qué sentido sentido evolucionan los pactos”.
Esta campaña, vaticina Simón, será más parecida a la de diciembre de 2015 -cuando se estrenaron en el Congreso Podemos y Ciudadanos- ante el fenómeno que se vive en la derecha con la irrupción de Vox. Habrá que esperar “efectos” de última hora y, además, se cruza la Semana Santa, lo que hará una campaña “rara”.
Pues a seguir esperando. Solo queda un mes. Y muchos millones de españoles están indecisos. En el ‘número uno’ está en taquilla mientras Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar. Esa casi segunda parte de La ley del deseo. Y muchos están como entonces Antonio Banderas y Eusebio Poncela al ritmo de Los Panchos: “Lo dudo, lo dudo, lo dudo”. Y los partidos siguen el estribillo: “Que halles un amor más puro como el que tienes en mí”.