Igualdad prevé el cambio de sexo sin informe médico y los tratamientos hormonales desde los 16 años
El ministerio de Irene Montero contempla el reconocimiento de las identidades no binarias.
El Ministerio de Igualdad ya tiene a punto el borrado de la Ley para la igualdad de las personas trans, una cuestión que está generando fuertes polémicas dentro del movimiento feminista y dentro del Gobierno de coalición.
Según adelanta El País, uno de los puntos más relevantes del texto es la libre autodeterminación de género. Si entra en vigor significaría que cualquier persona puede cambiar su nombre y sexo en el registro civil solo con su voluntad a partir de los 16 años. El borrador también fija en 16 la edad mínima para tomar decisiones sobre tratamientos hormonales.
El texto impulsado por el ministerio de Irene Montero contempla el reconocimiento de las identidades no binarias —quienes no se sienten ni hombres ni mujeres— y la posibilidad de eliminar la mención al sexo en los documentos oficiales de estas.
La libre determinación de género
En este sentido, lo que se propone en el borrador de la ley es que se elimine el requisito de un diagnóstico médico de la disforia de género de una persona para declararse transexual y hacer un cambio de sexo en el registro. Hasta ahora, se permitía hacer este cambio de sexo sin operación pero después de que se emitiese un informe médico y psicológico, además de haber estado tomando hormonas dos años. Además, a partir de esta ley, las personas trans “con capacidad de gestar” tendrán acceso a las técnicas de reproducción asistida.
Otro de los puntos polémicos es el caso de los menores y las hormonas. El borrador contempla primero un tratamiento de bloqueo hormonal en la pubertad, para frenar el desarrollo de los pechos o la nuez. Y, posteriormente, el tratamiento hormonal, cuyo consentimiento informado se podrá prestar a partir de los 16 años.
En el acuerdo de gobierno entre PP y PSOE se establecen en su apartado sobre diversidad tres grandes cambios legislativos. “Aprobaremos una Ley Integral para la Igualdad de Trato y la no Discriminación”, “aprobaremos una Ley contra la Discriminación de las Personas LGBTI, incluyendo la prohibición a nivel nacional de las llamadas terapias de reversión”. Y por último: “Una Ley trans que trabaje de forma efectiva para erradicar todas las formas de discriminación hacia las personas trans en todos los ámbitos”.
La polémica
Un sector del feminismo lleva meses oponiéndose a dicha ley aún sin conocer el borrador, ya que se oponen a la libre determinación del género sin atravesar requisitos médicos y ahí es donde se produce la confrontación. Hay una parte del feminismo que también apoya que se deje de considerar la transexualidad una patología, pero consideran que este cambio de sexo debe tener algunas garantías jurídicas para que no se produzca un “borrado de mujeres”.
De hecho, este verano el PSOE lanzó un polémico argumento firmado por José Luis Ábalos y Carmen Calvo, que señalaba los “peligros” de la autodeterminación de género y se defendía que se de “una situación estable de transexualidad debidamente acreditada”.
Pero ante estos miedos de las feministas, el borrador recoge que el hecho del cambio en el registro “no alterará la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas que pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral”. En este punto hace una mención concreta a la ley contra la Violencia de Género, ante el miedo de algunas mujeres de que un maltratador no cumpla condena al declararse mujer.
“No pretende borrar a las mujeres”
“La ley trans no pretende borrar a las mujeres, sino dibujar más derechos”, expresó a El HuffPost la secretaria de Estado de Igualdad, Noelia Vera, ante los ataques sufridos desde diversos sectores del feminismo. “Nosotras, como sociedad, tenemos una deuda histórica no, lo siguiente, con las personas trans”, confesó.