Iglesias hace su Vistalegre III por adelantado
Lo que hay detrás del cambio exprés en Podemos.
Junio de 2019. No hace falta celebrar una asamblea como muchos reclamaban en las últimas horas: Pablo Iglesias está haciendo a velocidad de vértigo su propio Vistalegre III.
Una auténtica revolución interna tras el batacazo electoral del pasado mes de mayo cuando la formación morada se dejó casi un millón de votos en las elecciones autonómicas y se perdieron la mayoría de las alcaldías del cambio, a excepción de Cádiz. Shock general.
Y esto había provocado la llamada a una nueva asamblea por parte de voces autorizadas como Ramón Espinar o José Manuel González ‘Kichi’. Aunque siempre se vende que esos cónclaves tienen como principal objetivo las líneas programáticas, luego esto se traduce principalmente en los peones que ponen los líderes sobre el tablero para dirigir el partido.
A Pablo Echenique, gran urdidor de la victoria de Vistalegre II junto a Iglesias frente a Íñigo Errejón, le ha llegado su decapitación sin un Vistalegre III. Su nuevo destino: gestionar los pactos postelectorales. Pero pierde el gran trono de Organización, desde donde se dirigen los destinos del partido y se controla a las federaciones.
Alberto Rodríguez, el nuevo hombre fuerte
Iglesias lo ha apartado fulminantemente: el jueves aprobará los cambios la Ejecutiva y se ratificarán en el Consejo Ciudadano el domingo. Su recambio es Alberto Rodríguez, el diputado canario que impactó a muchos en el Congreso con sus rastas en 2016 y que tiene un fuerte tirón entre las bases moradas.
Rodríguez tienen ahora muchas tareas por delante, entre ellas, convivir con Pablo Iglesias. Algo que no ha sido fácil para todos los que han estado junto a él llevando el partido. En la lista negra: Íñigo Errejón, Sergio Pascual, Carolina Bescansa, Luis Alegre. Una órbita en pleno cambio de Iglesias con la marcha también reciente de su jefa de prensa y con la llegada hace apenas unos meses de un nuevo jefe de gabinete.
En lo que se afanan en estas horas en la dirección es intentar rebajar la tensión y vender el “buen rollo”, según fuentes de Podemos, que hay entre el líder y Echenique. Incluso, se ha producido una surrealista conversación en Twitter este miércoles por la mañana entre los dos dirigentes a base de memes.
Pero los nervios en la formación se notan hasta en las redes sociales: Pablo Iglesias ha borrado los mensajes horas más tarde ante el revuelo que se había montado.
El movimiento de Echenique es el más gordo en esta nueva etapa, supone un cambio total en la dirección. Pero no es el único, también se marcha totalmente Pablo Bustinduy, que renunció a última hora a ser el cabeza de cartel en las europeas pero seguía en la cúpula a través del área de internacional. Ese cargo recaerá a partir de ahora en Idoia Villanueva.
Vuelta al terreno de pactos. Los críticos con Iglesias han pedido estos días la celebración de esa asamblea de Vistalegre III, pero la dirección se niega. Además, el líder morado ha dicho públicamente que no piensa dimitir tras las elecciones y que quiere ministros de Podemos en un hipotético Gobierno de coalición.
Estos giros internos llegan horas antes de que Iglesias vaya a ver al rey en la ronda de consultas. El líder morado tiene previsto insistir ante el monarca en la necesidad de un Gobierno estable, que pasaría a su juicio por la entrada de su partido junto al PSOE. Todavía no se ha producido la anunciada reunión con Pedro Sánchez tras las elecciones.
¿Puede el sector crítico tumbar a Iglesias?
¿Y qué pasa con el sector crítico? ¿Podrían intentar liquidar el liderazgo de Iglesias estos días? A pesar de las fuertes críticas que han llegado desde varios sectores, nadie se ha erigido como cabeza para culminar ese movimiento final. El propio Ramón Espinar precisó, tras publicar su artículo-bomba, que no se presentaba como alternativa.
De hecho, la sombra más alargada parece llegar de fuera ya del partido: Más Madrid. La plataforma de Íñigo Errejón se prepara para ser una alternativa a Podemos, como revelaron en El HuffPost Pilar Portero y Ana Cañi
Uno de los barones que más peso había ganado en los últimos años, el líder de Castilla-La Mancha, José García Molina, ya no tiene fuerza para su intento de tercera vía al haber dimitido tras los malos resultados el 26-M y haber salido fuera de las Cortes regionales. Un batacazo sin paliativos al verse ahora engullidos por la mayoría absoluta de Emiliano García-Page.
De cara al próximo Consejo Ciudadano, uno de los que podría tomar el timón de García Molina podría ser Nacho Escartín (Aragón). Y también se esperan las palabras de Teresa Rodríguez, desde Andalucía, que no es partidaria de formar Gobierno con el PSOE. No obstante, también en Podemos Andalucía perdieron votos el pasado 2-D y no pueden presumir de grandes resultados, a excepción de Cádiz. La nueva dirección siempre podrá contestar con que en el 28-A tuvieron mejores resultados que los territorios el 26-M.
Los mecanismos para intentar tumbar a Iglesias pasan por estatutos por una consulta revocatoria, que podría ser convocada por la mayoría absoluta del Consejo Ciudadano, con la firma del 20% de inscritos o con el apoyo del 25% de los círculos.
Lo que está claro es que Iglesias y su nuevo equipo tienen una tarea muy complicada, una reimplantación territorial, negociar un buen Gobierno con el PSOE y apagar los fuegos que recorren todo el partido. Además, de pensar en reconectar con la masa de votantes que les han dado la espalda y han vuelto a los socialistas.
Todo ello con una brutal crisis de imagen: desde los líos internos a las críticas del personalismo con el que dirigen Iglesias e Irene Montero el partido pasando por la pérdida de credibilidad para muchos de los suyos por la compra del chalé de Galapagar.
Iglesias ya ha hecho por adelantado su Vistalegre III. ¿Le funcionará? ¿Y qué opinará Heidi?