Iglesias: “No nos proponga ser un mero decorado en su Gobierno porque no lo podremos aceptar”
El líder de Unidas Podemos lamenta la petición de Sánchez a Ciudadanos y PP para que se abstengan.
Era la comparecencia más esperada (tras la del aspirante a presidente, se entiende). Pablo Iglesias, el líder de Podemos, y apoyo indispensable para que los socialistas logren mayoría en el Congreso, ha dejado claro que no ofrecerá sus votos a Pedro Sánchez porque sí, que quiere una “coalición de izquierdas” en la que el papel de los morados no sea de mero “decorado”, que no se va a dejar “pisotear ni humillar” y que los socialistas tienen que hacer por esforzarse en encontrar un punto de encuentro porque lo contrario sería desobedecer el mandado dado en las urnas por los españoles.
Iglesias ha comenzado su intervención de esta tarde por otro lado, con un recuerdo y un reproche: recuerdo a las tres mujeres asesinadas por sus parejas en las últimas horas, “una violencia estructural” que necesita de políticas públicas. Nadie -bueno, quizá Vox- podría no asentir ante sus palabras. Con el reproche, no tanto: ha atacado al socialista Pedro Sánchez por haber dicho que en 1975 se salió de la dictadura de Francisco Franco porque lo único que ocurrió ese año es que “un dictador murió en la cama”. “Por respeto a la dignidad de los antifascistas debía rectificarlas”, ha rogado, solemne.
Puestos estos puntos sobre estas íes, el líder de Unidas Podemos ha cargado contra el presidente del Gobierno y aspirante a repetir mandato por su acercamiento a PP y Ciudadanos, pidiendo su abstención en la investidura, en vez de buscar con ahínco “el acuerdo para la mayoría suficiente”, que es lo que necesita España.
“Mucha gente podría pensar no quiere un gobierno estable de izquierdas”, ha lamentado, justo tras echar mano de ironía y rogarle a Sánchez que no se arrime también a Vox y le pida la abstención a los de ultraderecha. “Haga propuestas de izquierdas”, insistía.
Todo ello, mientras acusaba al socialista de querer enmendar la Constitución de 1978, como ha defendido esta mañana, que va “contra lo que han votado los españoles, contra el sistema de partido único”. “Ellos quieren que nos pongamos de acuerdo”, le ha recordado. “No sé si es sensato proponer esto como una especie de triquiñuela para no ponernos de acuerdo, que es lo que nos han encomendado. Parece poco serio querer reformar la Constitución para saltarse la voluntad de los españoles”, le ha insistido, en un tono amargo.
En cuanto a los contactos de estos días para facilitar la investidura, Iglesias ha recordado en su intervención inicial que “para formar Gobierno hay que buscar el acuerdo para obtener las mayorías suficientes. En este caso, la mayoría absoluta”. “Sólo le pedimos respeto y reciprocidad”, ha defendido con énfasis y mirada firme, lanzando el aviso más contundente de la tarde: “No nos propongan ser un mero decorado de su Gobierno porque no lo podremos aceptar”. “Respeten a nuestros 3,7 millones de votantes”, ha remachado. No intentar sumar no sería entendido ni perdonado por los ciudadanos.
Esa ha sido la única línea roja marcada, la del respeto, tras recordar incluso el veto a su propia persona, “algo inédito en la cultura política democrática”.
“Desde el minuto uno”, ha repetido, se planteó a los socialistas pactar un gobierno de coalición de izquierdas pero ellos, denuncia, han respondido desde entonces sólo “con excusas”. Eso “no puede ser”, a juicio de Iglesias, sobre todo porque el mandato popular es claro: “si los ciudadanos votan a diferentes fuerzas políticas lo que están diciendo es que no quieren gobiernos de partido único”. Por eso no podrían entender que “un exceso de autoconfianza y de arrogancia” hiciera perder la oportunidad de tener en España un gobierno de izquierdas, el que hoy suma mayoritariamente.
Iglesias ha hablado de políticas concretas, de esas que ahora toca abordar: quiere aliarse con los socialistas para que “de una vez haya justicia fiscal”, para aproximar España a la Unión Europea, para limitar la precariedad, para que haya salarios dignos y para que por fin haya una transición ecológica. También para que asegure la bajada de la factura de la luz, intervenga el mercado del alquiler o construya escuelas públicas gratuitas para los niños entre los 0 y los 3 años o que haya una ley de igualdad LGTBI. “Le voy a ser muy claro, sin florituras”, había dicho antes de empezar su rosario de peticiones. Y lo fue.
“Necesitamos competencias y responsabilidades de Gobierno”, ha pedido Pablo Iglesias, que ha recordado que hace un año favoreció que fuese presidente en la moción de censura y le apoyó “a cambio de nada” pero ha defendido su legitimidad para tratar de construir un gobierno más estable.
A Garzón no le gusta el coqueteo
El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, también ha comparecido en el turno de Unidos Podemos y ha hablado en la línea de Iglesias, lamentando el coqueteo del PSOE con Ciudadanos y PP, un “decepcionante llamamiento”.
Sobre las negociaciones con su grupo, ha aplaudido a Iglesias por estar “a la altura” de las necesidades que tiene España en este momento, frente al “error” de Sánchez de vetar al secretario general de Unidas Podemos de un “camino distinto al que describe la derecha reaccionaria”. “Le pido que no se deje llevar por la tentación que alguien le sugiere para repetir elecciones y volver a tirar los dados”, ha dicho.
Luego, en Twitter, ha mandado recadito...
Mano tendida... pero hay otras opciones
En un tono mesurado, Sánchez ha tratado de no entrar al trapo demasiado. “Yo no renuncio a llegar a un acuerdo”, ha dicho a las claras, pero las cuentas no salen sólo con una suma. Por eso ha defendido su reforma de la Carga Magna, porque no impide que haya pactos, sino que se impidan los bloqueos, que es diferente. Que no se avance, algo que los ciudadanos “no se merecen”. Se ha enfadado más al precisar que no está “pactando” con PP y Ciudadanos, sino que con la abstención les pide “que asuman sus responsabilidad”. Nada más.
Sánchez ha agradecido la aportación de Unidas Podemos a la moción de censura contra Mariano Rajoy, pero recordando también que entonces los morados hablaron con los naranja, hoy el demonio a quien o se puede ni mirar. “Al menos reconozca el liderazgo, el arrojo, la valentía y el compromiso del Grupo Socialista a la hora de presentar esa moción”, ha recordado a Iglesias, arrancando aplausos en su bancada.
El aún presidente ha repasado las propuestas de Unidas Podemos y “no duda” de que coincide con ellos en muchas cosas y podrían llevarlas adelante conjuntamente, pero les ha pedido humildad, sacando a relucir que los logros sociales de este país han sido socialistas. “Creo que efectivamente ustedes quieren luchar (...) y hemos estado 12 meses colaborando juntos (...) pero son 140 años de vida, muchos años gobernando España, con ustedes hemos estado un año”.
Dos fuerzas, PSOE y Unidas Podemos, se acercan pero hay mucho que hilar, porque el “qué” es complicado de ordenar. Y el “cómo” y el “con quién”. Las prioridades, las apuestas, las sensibilidades. Como por ejemplo el modelo territorial y el futuro de Cataluña. “Yo considero que hay muchas voces, muchos pueblos y mucha gente que quiere quedarse en España y no seguir la deriva nacionalista”, ha reprochado. “No es una crisis con un pueblo oprimido... no hay presos políticos en España”, insiste, hablando más del asunto territorial casi que en toda la jornada. Mantienen “discrepancias profundas”, ha dicho claramente.
Sánchez ha reconocido, pues, que hay mucho que hablar, pero que su mano está tendida. Ahora bien: ha repetido hasta la saciedad que si no hay acuerdo, hay otras opciones. Aviso a navegantes.
“No pretendan tomar a los españoles por idiotas”
En su contrarréplica, Iglesias ha torcido el morro, ante lo que teme sean “excusas” para no formar coaliciones, como se dan en 20 de los 28 estados de la Unión Europea. Avisa de que no acatará un “lo tomas o lo dejas” y recuerda que justo él ha sabido dar un paso al lado, algo que sospecha que Sánchez nunca habría hecho. Ha vuelto a la carga con la Constitución. “No pretendan tomar a los españoles por idiotas (...) esto es cambiar las reglas de juego a mitad de partido”. Una formación, remarca, también mide su altura y grandeza por la capacidad de llegar a acuerdos con otros. Y ahora le toca al PSOE.
También le ha ofendido que Sánchez le recuerde la veteranía de su partido frente al verde Podemos. “Si no fuera por sus errores, nosotros no estaríamos aquí. Sean humildes”, ha reprochado, entre aplausos. Y sobre las discrepancias en Cataluña, pide esfuerzos para entenderse, porque es la derecha, y sobre todo la ultra, la que está pescando en ese río revuelto. Reclama una estrategia de solución desde el diálogo, “no desde el código penal”.
Por último, le ha pedido a Sánchez que “no malogre” su peso político, porque tienen la oportunidad de hacer que España sea “la alternativa” en una Europa asediada por los euroescépticos. Fue su clave de campaña, le advierte: gobernar en coalición con Podemos, algo que movilizó a los ciudadanos. No es momento de olvidar aquello ni de sucumbir, añade, a los poderes económicos.
Otra vez a la carga, Sánchez ha acusado a Iglesias de ver “la forma negativa de lo que digo”. “He dicho en cinco o seis ocasiones que queremos llegar a un acuerdo”, casi se enfada. Pero si no se llega ese acuerdo, “piénsese mucho el votar en contra de un Gobierno socialista con la ultraderecha y llevar a España al bloqueo”, ha dicho en tono de advertencia, avisando de quién acumularía culpas si hay que ir de nuevo a elecciones. Entre los socialistas no las ve.
“La cooperación existe” en muchos países y también en los últimos tiempos en España, pero reprocha que Podemos sólo habla de “coalición” como vía para lograrla. “Hay múltiples formas para que nos podamos entender, de una investidura a una legislatura, pero entre votar en contra y la coalición hay muchas otras formas de entenderse”, defiende. Su visión del Gobierno no es “monopolista” y por eso han hecho a los morados una oferta “generosa”, pero no todo vale, insiste.
“El mundo no empieza ni acaba con usted”, le ha recordado, más altanero, al líder de Podemos, picado por sacarle los colores con los “errores” del PSOE en su larga historia. “Hemos cometido errores, pero muchos más aciertos. El estado del bienestar, si tiene un sello, es el de nuestro partido”, le ha insistido. “Asuman también ustedes su responsabilidad al negociar”, ha zanjado.
En su tercera y última intervención, Iglesias ha insistido: no fallan ni la Constitución ni las reglas del juego, sino la incapacidad de llegar a pactos. “El papel del candidato consiste no sólo en ganar las elecciones, sino en recurrir a la audacia”.
Sobre el polémico “papel decorativo” de Podemos, Iglesias le ha insistido en que quería equipos mixtos, como en Valencia, gente de los dos lados en todas las carteras del Gobierno, y el PSOE dijo “ni hablar”, nada en los ministerios grandes al menos. “Ni hablar”, de nuevo, repetía subiendo la rabia. ”¿Qué nos han ofrecido ustedes? Explíqueselo a la Cámara, a ver si es o no algo más que decorativo”, ha bramado ya. El aplauso de su gente ha amortiguado sus últimas palabras.
El PSOE, por si a alguien se le ha olvidado, no tiene mayoría, pero “no le vamos a dejar excusa, ni la del veto personal” para intentar avanzar, seguía Iglesias. “Pero no nos vamos a dejar pisotear por nadie, queremos estar en la proporción que nos han dado los votos. Y si no es así, tiene alternativa, convenza al PP a Ciudadanos o a Vox”. Si por “cerrazón” acaban yendo a elecciones nuevamente, hace un vaticinio: “usted no será presidente de España nunca”.