Horror y miedo: los espeluznantes testimonios de los que vieron la muerte de Floyd
Un luchador profesional tuvo miedo. Una bombera se sintió desesperada. Un estudiante, amenazado. Y una niña de 9 años narró su tristeza y su enojo.
La segunda jornada del juicio contra el expolicía Derek Chauvin, acusado de asesinar al afroamericano George Floyd, se caldeó este martes con el testimonio de varios testigos de su muerte en mayo pasado en Mineápolis (Minesota, EEUU).
″Él (Chauvin) sólo nos miraba. Tenía una mirada fría, sin corazón. No le importábamos. Parecía que no le importaba lo que estábamos diciendo y no cambiaba nada de lo que él estaba haciendo”, afirmó Darnella Frazier, la joven que grabó el video del suceso que se hizo viral y en el que se ve cómo Chauvin hincó la rodilla en el cuello de Floyd.
Frazier, ahora de 18 años y que en aquel momento era estudiante menor de edad, aseguró que el acusado fue presionando su rodilla “más fuerte” conforme avanzaba el tiempo. Declaró que vio en George Floyd a su propio padre, hermanos, primos y amigos negros. “Miro eso y veo cómo podría haber sido uno de ellos”, dijo entre lágrimas. “Pasé noches despierta disculpándome con George Floyd por no haber hecho más y no haber interactuado físicamente y no haber salvado su vida. Pero no es lo que yo debería haber hecho, es lo que él debería haber hecho”, ha añadido.
Antes de la joven mineapolitana ofreció su testimonio Donald Williams, considerado “testigo crucial” al haber sido profesional en artes marciales mixtas y agente de seguridad, por conocer técnicas de inmovilización y estrangulamiento, de lo que fue preguntado.
“Testigo de un asesinato”
En su declaración, Williams explicó que llamó al número de emergencias de la Policía para denunciar a los agentes implicados en el incidente, porque creyó que estaba siendo “testigo de un asesinato”.
“Llamé a la Policía para denunciar a policías (...) Porque creo que fui testigo de un asesinato y sentí la necesidad de llamar a la Policía”, dijo Williams al ser preguntado por el fiscal de Minesota, Matthew Frank, en el arranque de la segunda jornada del juicio.
El testigo apuntó que primero intentó razonar con los agentes presentes en la escena del crimen, cuando vio cómo Chauvin presionaba la rodilla sobre el cuello de Floyd, pero como no le hicieron caso, llamó al teléfono de emergencias 911.
En esa llamada, que fue reproducida en el juicio, se puede oír a Williams diciéndole a un operador que un oficial de la policía estaba “tratando de matar a un ciudadano” frente a la tienda Cup Foods, en la esquina en la que Floyd pereció.
En total, seis personas testificaron en el segundo día de juicio: una niña de 9 años, tres estudiantes de secundaria, un luchador de artes marciales mixtas y un bombero de Minneapolis. Todos llegaron a la escena, en la tienda Cup Foods en Minneapolis, para comprar un bocadillo o tomar aire fresco. Pero terminarían presenciando el último aliento de Floyd.
“Estaba triste y un poco enojada”, ha afirmado la niña. “Porque se sentía como si él estuviera dejando de respirar, y era como lastimarlo”, explicó, según cuenta la CNN.
La bombera Genevieve Hansen, que salió a caminar en su día libre, testificó que quería ayudar a Floyd, al ver su situación. También, que pidió repetidamente a los policías que le revisaran el pulso. Ellos se negaron. “Intenté razonar con calma, intenté ser asertiva, supliqué y estaba desesperada”, testificó. “Estaba desesperada por ayudar”, insistió.
Otra estudiante vio a Chauvin clavar su rodilla en el cuello de Floyd. Explicó que en un momento dado el agente sacó su porra y empezó a agitarla, mientras los transeúntes le pedían a los agentes que se alejaran del hombre.
Ambiente caldeado
Estas comparecencias caldearon el ambiente dentro de la sala, ya que tanto la Fiscalía de Minesota como la defensa de Chauvin pidieron al juez que no constara en acta una decena de preguntas de ambos, tras ser formuladas o tras la respuesta de los testigos, mientras que el magistrado tuvo que parar en varias ocasiones la audiencia para hablar en privado con ambas partes.
Con sus cuestiones, los abogados del expolicía buscaban convencer al jurado de que los agentes presentes -Chauvin, Tou Thao, Thomas Lane y J.A. Keung- se sintieron “amenazados” cuando los transeúntes les “increparon”, en el momento en que el acusado en este juicio tenía su rodilla sobre el cuello de Floyd.
Fuera del Centro Gubernamental del condado de Hennepin, donde se desarrolla el juicio, la situación era tranquila en las calles, lejos de los disturbios que ocurrieron en 2020.
Las protestas no ceden
Al término de la primera jornada, el lunes, cerca de 200 personas se manifestaron en los aledaños del juzgado con consignas contra la violencia policial y el sistema judicial en Estados Unidos, como “No Justice, No Peace, Prosecute de Police” (Sin justicia no hay paz, procesen a la Policía) o “Chauvin, Guilty” (Chauvin culpable).
El expolicía está acusado de los cargos de asesinato en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años; y homicidio en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.
Sin embargo, como no tiene antecedentes penales solo podría ser condenado a un máximo de 12,5 años de prisión por los primeros dos cargos y a 4 años de cárcel por el tercero.