Hong Kong hace frente de nuevo a los manifestantes, esta vez en el tren
Las protestas que se desencadenaron contra la polémica ley de extradición continúan
Desde que el pasado junio más de un millón de personas se manifestaran en contra de la polémica ley que permitía extraditar a Pekín a sospechosos de la comisión de ciertos delitos en Hong Kong, las protestas no han cesado sino todo lo contrario.
Los disturbios se han sucedido de manera prácticamente diaria, lo que ha afectado a los comercios y negocios de la ciudad. Esto ha provocado una mayor presencia policial en las calles, donde las fuerzas de seguridad han hecho en ocasiones un uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes.
Este martes, los activistas han bloqueado las puertas de los trenes, impidiendo el correcto funcionamiento del servicio público, lo que ha obligado a cientos de personas a abandonar este medio de transporte en búsqueda de otra alternativa.
“No sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí, no tenemos un líder, es un movimiento masivo”, ha afirmado una joven manifestante de 21 años. Por último ha concluido que la intención no es molestar si no dar visibilidad a los motivos de la protesta, asegurando que continuarán el tiempo que sea necesario.
La consecución de algunos objetivos como la suspensión del trámite parlamentario por parte del Gobierno de Carrie Lam todavía resultan insuficientes para los activistas que han exigido la retirada del proyecto de ley de extradición y la dimisión de la líder regional por su gestión de esta crisis política.
Este lunes, alrededor de 50 personas fueron detenidas por los disturbios que se produjeron durante la manifestación celebrada el sábado en Hong Kong. El cuerpo de seguridad ha acusado desde entonces a “manifestantes radicales” de bloquear calles y carreteras, “destruir propiedades gubernamentales” y de atacar a los agentes con “armas letales” y otros objetos contundentes como ladrillos, botellas de cristal y “líquidos corrosivos”, poniendo en “serio peligro” sus vidas.
El Gobierno de Lam, sin embargo, cuenta con el apoyo de Pekín y acusa a EEUU y Reino Unido de posicionarse a favor de los manifestantes.