Los 10 momentos más hipócritas de los líderes mundiales en la Cumbre del Clima
La diferencia entre lo que pregonan y lo que hacen ellos mismos demuestra que aún queda un largo camino por recorrer para frenar la crisis climática.
El príncipe Carlos lo describió como una ”última oportunidad” para salvar el mundo, mientras que Boris Johnson advirtió de que “queda un minuto hasta medianoche”.
No cabe duda de que los líderes mundiales afrontan la Cumbre del Clima 2021 (COP26) como un momento crucial en la batalla contra la crisis climática.
Sin embargo, teniendo en cuenta que esos mismos líderes han llegado a Glasgow en sus aviones privados y con grandes séquitos de coches oficiales, es justo decir que la Cumbre del Clima ya ha dado lugar a múltiples momentos hipócritas.
Es comprensible que los líderes de cada país adopten ciertas medidas por su propia seguridad y por motivos prácticos, pero la diferencia entre lo que pregonan y lo que hacen ellos mismos demuestra que aún queda un largo camino por recorrer para frenar la crisis climática.
Al fin y al cabo, esos mismos líderes y sus ministros a menudo nos bombardean con mensajes para que demos “pequeños pasitos ecológicos” como no aclarar los platos antes de meterlos al lavavajillas o congelar el pan que sobra.
Estas son las principales controversias que se han vivido en lo que llevamos de COP26.
Se estima que han llegado más de 400 aviones privados de líderes mundiales y grandes empresarios a Glasgow para asistir a la COP26.
El diario escocés Sunday Mail calcula que esos vuelos emitirán 13.000 toneladas de CO2 a la atmósfera, más de lo que 1600 escoceses contaminan a lo largo de todo el año.
Muchos de los líderes acudieron desde Roma, donde se acaba de celebrar la cumbre del G20, como Joe Biden en su Air Force One y el príncipe Carlos, que, según informan, también viajó en un vuelo no comercial desde Italia.
El fundador de Amazon, Jeff Bezos, aterrizó en Glasgow tras celebrar el 66º cumpleaños de Bill Gates en un superyate que cuesta más de dos millones de euros a la semana. Bezos aterrizó en el yate con un helicóptero, según los medios.
Entretanto, Boris Johnson ha viajado a Escocia en un vuelo ecológico que funciona con combustible sostenible de aviación (SAF), creado a partir de plantas o residuos. También volverá así a Londres.
Algunos críticos señalan que habría tenido más sentido combinar la COP26 con la cumbre del G20, aprovechando que tantos de los líderes tenían que asistir a ambas citas y que casi coincidían las fechas. Algunos de esos líderes viajaron a Roma, volvieron a sus países y tomaron otro vuelo a Glasgow.
El arzobispo de Canterbury (primera autoridad eclesiástica de Inglaterra), Justin Welby, ha tenido que pedir disculpas por comparar la crisis climática con el nazismo. La controversia no es solo por la comparación, sino porque el propio Welby fue un ejecutivo del petróleo antes de ordenarse sacerdote.
Este exejecutivo del petróleo, que dejó la industria en 1987 tras 11 años en ella para ordenarse sacerdote, añadió que la crisis climática es “un problema moral” y “un asunto de vida o muerte”.
Uno de los mayores debates que han rodeado la Cumbre del Clima es el campo petrolero Cambo, al norte de Escocia.
Los activistas medioambientales llevan tiempo exigiendo que se detengan las extracciones al noroeste de las islas escocesas de Shetland.
El día anterior al inicio de la COP26, Alok Sharma, presidente de la Cumbre, se negó a delcarar sobre Cambo y zanjó el tema diciendo que él no tiene ningún control sobre el asunto.
Poco después, el secretario escocés Alister Jack afirmó que Cambo iba a recibir con total seguridad luz verde pese a la crisis climática.
Jack dijo también que es “ingenuo pensar que podemos renunciar sin más al petróleo y al gas natural” y argumentó que tenemos que ser “realistas” con la importancia que aún tiene el petróleo para muchos productos.
Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, se presentó al evento con un desfile de coches 4x4, motos y limusinas.
Las calles cercanas al lugar del evento están abarrotadas de coches y furgones, muchos de ellos con los motores en marcha.
El humo de los coches contiene numerosos gases nocivos, como dióxido de carbono, que es malo para el medio ambiente y acelera el cambio climático.
Pero Biden no fue el único; son muchos los líderes mundiales a los que se les ha fotografiado entrando y saliendo de vehículos propulsados con combustibles fósiles.
En la víspera de la primera jornada, un árbol se cayó sobre las vías del tren, con cientos de delegados aún por llegar.
El incidente provocó un tremendo caos ferroviario y muchos de los delegados que perdieron el tren optaron por ir en coche o en avión.
El ministro británico para el medioambiente, Zac Goldsmith, era uno de esos asistentes.
Al inicio de la conferencia, un periodista preguntó a Boris Johnson acerca de los planes del primer ministro sobre una nueva mina de carbón.
Concretamente, le preguntaron sobre los planes mineros de West Cumbria y sobre si los detendría.
El periodista de la BBC le dijo: “Usted va por el mundo desarrollado diciendo que hay que superar el carbón, pero al mismo tiempo no cancela los planes para esa nueva mina en el Reino Unido”.
El primer ministro respondió que el 80% de la energía en el Reino Unido venía del carbón cuando él era un niño y que ahora es solo el 1%.
Pero Rowlatt, el periodista, replicó: “Perdóneme que insista con el carbón, pero el hecho de no responder a la pregunta le hace parecer un poco deshonesto”.
El heredero a la Corona británica ha estado en primera línea de la familia real en la lucha contra el calentamiento global.
El príncipe Carlos dijo en la cumbre que era necesario estar “en pie de guerra” para abordar la crisis climática y que había que iniciar una “campaña militar”.
Sin embargo, las investigaciones desvelan que la familia real británica ha viajado 877.351 kilómetros en avión entre 2015 y 2020, lo suficiente para “llevarlos a la Luna, traerlos de vuelta y dar tres vueltas completas a la Tierra por el ecuador”.
Además, un informe de Stratos Jet Charters desvela que la gran mayoría de esos vuelos fueron en aviones privados, la forma menos ecológica de volar.
El canciller de Hacienda británico, Rishi Sunak, fue criticado la semana pasada cuando presentó sus presupuestos con una reducción de los impuestos a los vuelos nacionales, explicando que solo representan una “pequeña parte de las emisiones”.
Sus críticos argumentaron que estaba incentivando a los británicos a tomar vuelos nacionales justo días antes de que los líderes mundiales se reunieran para la COP26.
Sunak respondió que solo estaba restableciendo un antiguo sistema por el cual los pasajeros no pagaban el impuesto en ambos tramos de los vuelos nacionales.
El primer día de la COP26, la ministra británica de Asuntos Exteriores, Liz Truss, reafirmó su compromiso: “La forma de reducir las emisiones climáticas de los vuelos no es dejar de volar, sino crear una nueva generación de la próxima tecnología, y eso es lo que estamos haciendo”.
Boris Johnson se presenta ahora como un primer ministro ecológico y ha advertido en la COP26 que si fracasan, las futuras generaciones nunca se lo perdonarán a los líderes allí presentes.
Sin embargo, este Boris Johnson ha pasado por una transformación radical de su imagen, dado que antes mostraba su simpatía por el negacionismo climático.
En 2010, mostró su apoyo al negacionista Piers Corbyn, hermano del socialista Jeremy Corbyn.
En 2013, puso en duda el calentamiento global y dijo que ese calor que hacía en diciembre no tenía “nada que ver con el calentamiento global”.
Ahora, el primer ministro británico exhibe un nuevo entusiasmo en la lucha contra la crisis climática.
Hace poco, reconoció su anterior escepticismo y se explicó: “Los hechos cambian y las personas cambian de opinión y de forma de pensar, y eso también es muy importante”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.