Helena Bianco, aquella chica que tenía miedo al avión
Helena Bianco no había hecho otra cosa en la vida que cantar. A sus padres les había llamado la atención que cantara mejor que hablaba.
Durante más de una década, no hubo un verano sin que Los Mismos obtuvieran un gran éxito. La mayoría fueron versiones de canciones extranjeras a las que el trío vallisoletano sabía imprimir una cierta dosis de calidad. Voy a pintar las paredes con tu nombre, San Bernardino o Mrs. Vanderbilt llenaron de color una época muy innovadora en la música española.
El proceso de selección de estos temas era bastante riguroso. Cada año la discográfica Belter hacía una selección y reunía a Joan Barcons, su arreglista de cabecera, y a Los Mismos.
Como Rafael Trabucchelli, Enrique Martín Garea o Alain Milhaud, Barcons fue uno de los reyes midas del pop español de los años sesenta.
Belter, con sede en Barcelona, rivalizaba con Hispavox el resto de compañías, radicadas en Madrid, por convertirse en el buque insignia de la música española, con artistas en su repertorio tan variados como Manolo Escobar, Lola Flores, Jaime Morey, Los 5 Latinos o Cristina y Los Stop. Helena Bianco y sus compañeros Antonio “Toby” Pérez y Bejamín Santos habían llegado a la disquera catalana procedentes de la Columbia, donde habían editado algunos discos como Los Jolly’s. En el cambio, se impuso el cambio de nombre. Poco después llegó El puente, un clásico de los karaokes y de cualquier fiesta popular.
Hacia 1980, el cansancio empieza a hacer mella en Los Mismos, que quieren evolucionar hacia un estilo más personal, con canciones propias. Aunque Belter no ve con buenos ojos esa renovación, acepta grabar un disco. Poco después se disolvieron. La solista inició su propia metamorfosis.
Helena Bianco no había hecho otra cosa en la vida que cantar. A sus padres les había llamado la atención que cantara mejor que hablaba. Con una beca llegó al conservatorio. Le concedieron otra para que ampliara estudios en Italia, pero la rechazó porque ya estaba actuando con Los Jolly’s. Disuelto el trío que le había proporcionado éxito y popularidad, Helena buscó nuevas formas de expresión. Tras protagonizar espectáculos sobre textos de Rafael Alberti o la historia del bolero, su última apuesta ha sido un sentido homenaje a Mari Trini.