Harry y Guillermo acercan posturas y se ponen de acuerdo por su madre
Los hermanos se dan una tregua después de las tiranteces de los últimos tiempos.
El culebrón Harry y Guillermo sigue su curso. Los hijos del príncipe Carlos y Diana de Gales protagonizaron un comentado reencuentro durante el entierro del duque de Edimburgo. En él parecieron enterrar el hacha de guerra después de las acusaciones de racismo de Meghan Markle a la casa real británica.
Sin embargo, ha habido otro encuentro o, más bien, otro acercamiento entre los hermanos recientemente. Ambos se han puesto de acuerdo para exponer por primera vez en 25 años el vestido de novia de su madre en la muestra Royal Style In The Making que se inaugurará el próximo 3 de junio en el palacio de Kensington en Londres.
Días antes, el 1 de julio, Guillermo y Harry se reunirán de nuevo para la inauguración de una estatua de su madre en el mencionado palacio con motivo del que sería su 60º cumpleaños.
Además, el lugar en el que se expondrá este simbólico traje será el invernadero donde residían ella y el príncipe Carlos. Diseñado por David y Elizabeth Emanuel, el vestido está valorado en 150.000 dólares, unos 124.300 euros.
El diseño de color marfil constaba de un corpiño, mangas abullonadas y una falda de tul de seda con bordes de encaje de más de siete metros, la más larga de la historia de la casa real. Todo ello adornado con más de 10.000 lentejuelas y perlas sobre el tejido. Las dimensiones del vestido hicieron que los diseñadores tuvieran que ir a Buckingham a elaborarlo.
Como complementos, Diana optó por una tiara de oro, plata y diamantes de l familia Spencer y unos pendientes de diamantes de su madre. También llevó su anillo de compromiso, que actualmente tiene Kate Middleton, de diamantes y con un zafiro central de Ceilán de 12 quilates.
Antes de la boda, celebrada el 29 de julio de 1981, tuvieron que hacer más de 15 pruebas, en las que, según contó Elizabeth Emanuel la cintura de Diana “menguaba cada día”. Tras el vestido, por el que Diana tuvo que pagar unas 1.050 libras esterlinas de la época (unos 4.600 euros actuales) como precio simbólico, Diana estableció una estrecha relación con Emanuel, quien le diseñó otros trajes para eventos de las giras reales. El vestido de novia de Diana se exhibió por última vez en el Palacio de Kensington en 1995.
Matthew Storey, comisario de la exposición en Historic Royal Palaces, dijo a The Daily Mail que una de las funciones de la muestra será destacar a Emanuel como “uno de los mayores talentos del diseño británico, cuyo trabajo ha sido fundamental para dar forma a la identidad visual de la familia real a lo largo del siglo XX”.
La boda entre el príncipe Carlos y Diana supuso uno de los eventos reales más recordados de los últimos años. Reunieron a 3.500 invitados y fue seguido por más de 750 millones de personas a través de la televisión y la radio. De hecho, las referencias al vestido de Diana han sido una constante desde entonces, también a la hora de ser recreado en la ficción en series como The Crown (Netflix).