‘Hackers’ chinos robaron información de la vacuna española para el coronavirus
Se desconoce la gravedad de los datos sustraídos, en una campaña que afecta a otros países occidentales
En este momento hay 200 proyectos de vacuna para el coronavirus en laboratorios de todo el mundo, también en España, y la carrera por lograr resultados es tan brutal que hasta el ciberespionaje se ha interesado por lo que hacen los científicos. Según la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, “la pugna por obtener la vacuna contra el virus y lo que implica respecto a su comercialización es un sobrado aliciente para que organizaciones y no estatales hayan emprendido una campaña de ataques virulentos”.
En el caso concreto de España, quienes han tratado de acceder a los progresos de la vacuna patria son piratas informáticos chinos, como adelanta hoy El País, que cita “fuentes conocedoras de estos ciberataques”. Esteban, en un seminario organizado por la Asociación de Periodistas Europeos (APE), no abundó sobre quién está tras estos ataques, pero sí explicó que diversos países occidentales, víctimas de estratagemas similares, están compartiendo información sobre lo ocurrido.
El citado diario sostiene que la mayoría de estos ataques vienen desde China y desde Rusia. “En muchos casos” se trata directamente de “entidades estatales”, pero también “hay universidades y organizaciones criminales que comercian con la información sustraída”. Por el momento no se conoce la importancia de los datos que han sido robados.
Ya el pasado julio, EEUU procesó a dos piratas chinos por espionaje en las investigaciones sobre vacunas, que supuestamente atacaron gobiernos, empresas y ONG en varios países. “Hay una gran cantidad de secretos comerciales, tecnologías e información personal sensibles y valiosos que han sido robados”, señaló el fiscal general para la Seguridad Nacional.
Esteban sostiene que ha habido un crecimiento “cualitativo y cuantitativo” de los ciberataques durante el confinamiento, ante la extensión del “área de exposición” a esta amenaza que ha supuesto la ampliación del teletrabajo. Y subrayó los ciberataques a “sectores sensibles como el sanitario y el farmacéutico”, así como “una campaña, especialmente virulenta, no solo en España, contra laboratorios que trabajan en la búsqueda de una vacuna para la Covid-19”.
Además de ciberespionaje puro, el CNI ha detectado campañas de desinformación o ataques virtuales que aprovechan las vulnerabilidades de los sistemas que aumentan por el trabajo online, “facilitando la entrada de atacantes más agresivos y la entrada de nuevos criminales”.
Al alza
Esteban ha apuntado que la tendencia es que estos ciberataques “continúen al alza” y se mantengan las acciones dedicadas a pervertir las redes domésticas y los dispositivos personales. Según ha explicado, el objetivo de los atacantes es acceder a las redes de los empleados para, a partir de ahí, poder acceder a las de sus empresas u organizaciones públicas o privadas.
En estas campañas de desinformación, según ha reconocido, los estados democráticos como España son más vulnerables que aquellos que no lo son, ya que no censuran los contenidos que circulan por las redes sociales ni controlan los medios de comunicación, además de que no cuentan con medios de propaganda que lancen esas campañas contra terceros.
Esteban ha subrayado que los atacantes se aprovechan del anonimato que ofrece el ciberespacio, que hace que “prácticamente nunca” sufran las consecuencias de sus actos y el único peligro al que se exponen sea el del fracaso de sus acciones. “El ciberespacio permite operar con un alto grado de impunidad”, ha reconocido. En este punto cobra también importancia el ciberespionaje, una actividad que ha revelado que está sustituyendo paulatinamente a las actividades de espionaje tradicionales, sobre todo en el ámbito económico.
Pero además, el CNI ha detectado durante los últimos meses un aumento de las campañas de desinformación con el objetivo de provocar una “distorsión deliberada de la realidad para influir en la opinión pública en beneficio de los intereses del promotor”, que ha revelado que “normalmente es una nación extranjera”. “Lo hace para desestabilizar y menoscabar la credibilidad de las instituciones, dañar la imagen del país o imponer relatos sesgados”, ha apuntado la directora de la inteligencia española.