Hacerse millonario con una sola operación no es invertir, es apostar
Los mínimos riesgos: decálogo del buen inversor en criptomonedas.
El mercado de las criptomonedas no se encuentra en uno de sus mejores momentos, con el bitcoin atascado en niveles un 70% inferiores a sus récords de noviembre. A pesar de ello, lo cierto es que el activo digital no pierde el interés para los inversores, que siguen viendo en las monedas virtuales un sector con oportunidades.
Y como cualquier otra inversión, uno de los puntos que más preocupa es el riesgo que se puede afrontar. Para intentar acotarlo lo máximo posible, los expertos nos ofrecen unas pautas y consejos básicos que completan el decálogo del buen inversor en criptomonedas.
Hay muchos proyectos que respaldan la validez monetaria y el uso de las criptomonedas como aplicaciones prácticas que crean valor presente o futuro o que suponen un cambio de paradigma de las necesidades futuras de la humanidad. Un ejemplo de ello es Internet.
Con estos activos digitales, al haber menos transparencia (o más opacidad) para entender otros proyectos, se puede caer en modelos de fraude tradicionales que sólo usan las criptomonedas como un nuevo mercado a explotar. Y aunque te puedas aprovechar en el corto plazo de una gran subida en el precio de una criptomoneda, en el medio y largo plazo son proyectos condenados a desaparecer. Por ello, es importante investigar y conocer el valor del proyecto de nuestro interés.
Un inversor consistente sabe desde el principio que ganará o perderá en función del capital que destine a la inversión. Además, ha de ser consciente de que el dinero que dedica a invertir nunca será todo el capital disponible de su patrimonio ni tampoco el que necesite para otra cosa esencial.
Por ello, aquellos nuevos inversores que esperen con una sola operación hacerse millonarios no están invirtiendo, sino apostando. Salvo que no haya ningún apego al dinero duramente conseguido trabajando o que tu capacidad económica lo permita, las criptomonedas no son tu mercado.
Antes de invertir en criptomonedas es importante conocer las herramientas con las que se accede a este mercado y con las se realizan las operaciones, puesto que algunos de los errores más significativos tienen lugar por un mal uso o por el desconocimiento de la plataforma de inversión.
Esta es la razón por la que, antes de invertir con dinero, es muy recomendable dominar la plataforma mediante una cuenta demo o dinero ficticio. Es decir, aprender con seguridad el funcionamiento de la herramienta de trabajo mediante los mismos condicionantes de un entorno real.
Para muchos inversores noveles el mercado de las criptomonedas es su primera experiencia de inversión. Por ello, es obligatorio asumir dónde ‘nos estamos metiendo’ y entender que estamos ante un mercado más volátil de lo habitual.
Una inversión de alto riesgo ha de considerarse sólo cuando se tenga la capacidad de entender su comportamiento y de asumir las consecuencias que puedan venir. Porque, además, ante la ausencia de organismos centrales a los que acudir en caso de posible discrepancia, es de gran ayuda saber que ‘estamos solos’ en este mercado para realizar una correcta gestión y diversificación de nuestros capitales y de cuánto vamos a destinar a este mercado según nuestro perfil.
En un momento de caídas en el mercado, lo más habitual para proteger una cartera es venderla. Sin embargo, existen otras alternativas más flexibles que evitarían esa venta y permiten seguir invertidos a la vez que protegemos la inversión.
Un ejemplo de ello son los CFD (Contratos por diferencias). Estos permiten adoptar una posición de venta por el valor nominal equivalente al valor de nuestra cartera para ganar con las caídas. Esta ganancia es el valor nominal perdido en nuestra billetera de criptomonedas, que se ha monetizado sin necesidad de vender nuestra posición. Así, cuando el movimiento correctivo termine, dispondremos de la liquidez obtenida por esa posición corta. Los inversores más experimentados usan este método y aprovechan esa liquidez obtenida para promediar su cartera, incrementar su tamaño y mejorar la eficiencia de su estrategia de inversión.
Si vamos a invertir en el largo plazo es importante recordar que prácticamente todas las plataformas exclusivas de criptomonedas han sufrido el ataque de hackers informáticos y el robo de importantes cantidades de este producto. Esto no supone que el algoritmo de Bitcoin o Ethereum sea susceptible de ataques, sino que la seguridad de las plataformas, quizás, no sea todo lo fiable que nos gustaría.
Por eso, es importante custodiar nuestras inversiones de más largo plazo fuera de la red, mediante dispositivos similares a un USB que nos permiten almacenar nuestras criptomonedas fuera del ecosistema de Internet. Pero al igual que con la inversión en oro físico, deberemos tener a buen recaudo nuestro dispositivo de almacenamiento y sus claves de seguridad.
Es importante que, si por nuestro perfil, nos vamos a dedicar plenamente a las criptomonedas, el peso principal de nuestra inversión recaiga sobre los proyectos más conocidos, como Bitcoin y Ethereum.
Después, y siempre asumiendo que estamos ante un mercado de alto riesgo y volatilidad en el precio, se pueden buscar otros proyectos que puedan ofrecer mayores retornos usando las premisas anteriores y siempre que estén fundamentados y respaldados por el consenso de los inversores.
Si como inversores particulares no disponemos del tiempo suficiente para formarnos profesionalmente en métodos de inversión o para tratar nuestra actividad desde el punto de vista tributario, es recomendable acudir a expertos con una reputada experiencia que nos puedan asesorar.
Muchos de los movimientos explosivos de estos últimos tiempos en criptomonedas han estado motivados por decisiones económicas y políticas.
Como buen inversor, deberemos estar al día de cualquier cambio que pueda afectar a nuestra inversión en criptomonedas y su impacto en el tiempo. Así, podremos adelantarnos y aprovechar las oportunidades, tanto de compra como de venta, que estas circunstancias nos pueden brindar. Como en los mercados tradicionales.
La comunicación de las plataformas de inversión en criptomonedas con los organismos tributarios es escasa o nula, pero lo cierto es que eso no es excusa para que los inversores no deban cumplir con sus obligaciones, puesto que el desconocimiento de una norma no nos exime de su cumplimiento.
En caso de conocimiento de la Hacienda Pública de que se ha realizado una actividad inversora y no se ha declarado, puede tener repercusiones como sanciones económicas o consecuencias jurídicas.