Una granja de flores en lo alto de la azotea de una gran ciudad
Entrevista con Joanna Letz, que produce flores orgánicas locales certificadas en Berkeley.
Joanna Letz es la propietaria y fundadora de Bluma Farm. Creció en Oakland y Berkeley. Se especializó en historia y derechos humanos, pero su pasión son las flores, por eso decidió comenzar con su propia granja. Bluma Farm produce flores orgánicas locales certificadas en lo alto de una azotea en Berkeley (California).
Para Joanna, la agricultura es una forma de vida, una reconexión con los ciclos de vida. Siempre quiso trabajar con sus manos, estar afuera y estar al servicio de las personas y del planeta.
¿Cuál es tu filosofía?
Comencé Bluma Farm en el otoño de 2014. Comencé a cultivar en 2008 y me enamoré de la vida y el trabajo. Desde entonces soñé con algún día comenzar mi propia granja.
Pensé en comenzar una carrera agrícola después de viajar durante ocho meses con un grupo de estudiantes a cinco países para analizar los efectos de la globalización en los pequeños agricultores. Me desanimaron muchas de las cosas que vi que les sucedían a los pequeños agricultores de todo el mundo. Fue en este viaje que me di cuenta de la importancia de las pequeñas granjas orgánicas y diversificadas. En parte, como respuesta a la tendencia actual en todo el mundo de “hacerse grande o salir”, decidí ver de qué se trataba realmente trabajar en una pequeña granja orgánica diversificada. Fui aprendiz durante varios años antes de administrar yo mismo una pequeña granja.
Tuve la gran oportunidad de trabajar y aprender de muchos agricultores orgánicos desde hace mucho tiempo en California. Quiero hacer de la agricultura mi medio de vida. Para mí, la agricultura es una forma de vida. Una reconexión con los ciclos de la vida, las estaciones y algunas de las cosas básicas de las que dependemos; plantas. Comencé a cultivar con el deseo de trabajar con mis manos, estar al aire libre y estar al servicio de las personas y del planeta. Como agricultor, nunca hay un momento aburrido. Me siento privilegiado de participar en el cultivo de flores y cuidar el suelo, las vías fluviales, la tierra, el aire y las personas.
Tienes una finca urbana, ¿cómo has podido llevar a cabo este proyecto?
Comencé mi granja en un terreno propiedad del Distrito de Agua de San Francisco. Estaba cultivando a 30 millas de donde vivo en Berkeley. Finalmente pude trasladar mi granja a Berkeley. ¡Ahora cultivo en una azotea!