Grandes clásicos de la literatura convertidos en grandes películas para disfrutar en casa en días de cuarentena
En un tiempo amenazado por el coronavirus Covid-19, WMagazín propone una doble compañía en casa: la de libros importantes y la de excelentes obras adaptadas con acierto al cine.
Por Winston Manrique Sabogal
La alianza literatura y cine es una de las más fructíferas en las artes. Y de influencia mutua, sobre todo para el cine que se inspira no solo en grandes y buenas historias literarias sino en las propias estructuras narrativas que al ser puestas en escena parecen nuevas, a veces.
Son dos artes y dos lenguajes diferentes que no deberían compararse porque manejan reglas del juego distintas. Lo justo es comparar una película con otra película y un libro con otro libro, aunque siempre está a tentación de pensar si es mejor el libro o la película adaptada del primero.
Treinta y cinco siglos de literatura sirven a un arte narrativo moderno como el cine de solo más de un siglo. A una forma de contar con imágenes, con voces, con música… Un arte muy popularizado que tiene grandes títulos gracias a los libros. Su influencia es tal que algunos directores han basado su filmografía en obras literarias, desde Orson Welles y Kurosawa, hasta Kubrick y Scorsese.
En WMagazín empezamos una serie sobre el romance de la literatura y el cine en la cual recordaremos grandes libros en excelentes versiones cinematográficas y grandes películas basadas o inspiradas en libros menores. Empezamos con grandes clásicos de la literatura convertidos en grandes películas. El formato es Videorrelato que consiste en una breve reseña del libro y su adaptación al cine precedido de un tráiler del mismo:
Laurence Olivier en la versión de ‘Hamlet’, dirigida por él mismo y basada en la obra homónima de William Shakespeare.
William Shakespeare es el escritor más llevado al cine. Todas sus obras han visto alguna versión cinematográfica, más fiel o más libre o más vanguardista. Una de las adaptaciones clásicas es el Hamlet dirigida y protagonizada por Laurence Olivier, en 1948 (en el tráiler). El Romeo y Julieta de Shakespeare es el más versionado de sus dramas, tanto en su sentido más clásico como al ritmo de Robert Wise y Jerome Robbins en West Side Story (1961) o el vanguardista de Baz Luhrman, en 1996: Romeo + Julieta. Shakespeare ha sido esencial en la filmografía de grandes directores, entre los que destacan Orson Welles y Akira Kurosawa. Uno de los últimos shakespeares llevados al cine es el Macbeth, de Justin Kurzel (2015), con Michael Fassbender y Marion Cotillard.
El caso de Orson Welles, para muchos el mejor director de cine de la historia, es especial, pues uno de los pilares artísticos son las obras de Shakespeare. Clasicos del cine son sus Macbeth (1948), Otelo (1952) y Campanadas a medianoche (1966, inspirada en diferentes obras del dramaturgo inglés en la que Falstaff es el guía).
Enrique Irazoki como Jesús en la película ‘El evangelio según San Mateo’, de Pier Paolo Pasolini, inspirada en una de las historias de la Biblia.
La Biblia es un texto literario maravilloso, un tejido de historias con miles de voces creadas por ni se sabe cuantas personas que recogieron hechos reales, leyendas, mitos, parábolas de la gente a lo largo de siglos. Una de las versiones más sugerentes de la Biblia la hizo el italiano Pier Paolo Pasolini en El evangelio según San Mateo (en el tráiler). Estrenada en 1964, la película italo-francesa tiene en el papel de Jesucristo a Enrique Irazoqui. En ella, Pasolini relata la historia de Jesús tal cual aparece en el Evangelio de San Mateo.
La Biblia, una obra sgrada para los católico, hecha de varios libros ha servido de inspiración para mucha películas, desde Los diez mandamientos (dirigida y producida en 1956 por Cecil B. DeMille y protagonizada por Charlton Hesto), hasta la llegada del anticristo citado en el Apocalipsis y versionado al cine como La profecía (dirigida en 1976 por Richard Donner).
Tráiler de ‘Anna Karenina’, de Clarence Brown, con Greta Garbo y Fredrich-March, de la novela homínima de Leon Tólstoi.
Las grandes obras de la literatura son un género cinematográfico en sí mismo. Pero son las más peligrosas de llevar al cine. Unas por la complejidad de la narración o porque en el imaginario de la gente ya está la versión de la historia o los rostros de los personajes. Algunas de los clásicos que han logrado buenas películas en sí mismas son Ana Karenina, de Leon Tólstoi, dirigida por Clarence Brown (1935) y protagonizada por Greta Garbo; y del mismo autor ruso su Guerra y Paz, dirigida por Serguéi Bondarchuk (1967). No hay que olvidar Cumbres borrascosas, de Emily Brontë, dirigida por William Wyler (1939) y Doctor Zhivago, de Borís Pasternack, dirigida por David Lean (1965). De tiempos más recientes son Las amistades peligrosas, de Choderlos De Laclos, dirigida por Stephen Frears (1988); y Sentido y sensibilidad, de Jane Austen, de Ang Lee (1995).
Otros grandes escritores clásicos llevados al cine han sido Henry James (Retrato de una dama o La copa dorada), Charles Dickens (Oliver Twist, David Copperfield o Grandes esperanzas) y Victor Hugo (Los miserables). Joseph Conrad y su novela corta El corazón de las tinieblas sirvió de inspiración a Francis Ford Coppola para una de sus películas emblemáticas: Apocaylpse Now.
Gregory Peck en ‘Moby Dick’, de John Huston de la novela homónima de Herman Melville.
«Fue mientras se deslizaba por estas últimas aguas que una serena noche de claro de luna, cuando todas las olas ondeaban como rodillos de plata; y con su suave, envolvente borbotear, creaban lo que parecía un argénteo silencio, que no soledad: en tan silenciosa noche, un surtidor plateado fue visto muy por delante de las blancas burbujas de la proa. Iluminado por la luna, parecía celestial; semejaba algún dios emplumado y refulgente que surgiera del mar.»…
Así era Moby Dick, el motivo de la existencia del capitán Ahab, cuyo odio y deseo de venganza hacia esa ballena blanca sirvieron a Herman Melville (Estados Unidos, 1819-1891) para crear una de las obras maestras de la literatura. Una novela épica que usa este duelo entre un hombre y un animal para hablar de la vida, el interior del ser humano y un conocimiento profundo de la vida marinera del siglo XIX.
En 1956 se estrenó la versión cinematográfica a cargo de John Huston con guion de Ray Bradbury y con la actuación estelar de Gregory Peck como el Capitán Ahab.
Fotograma de ‘Los hermanos Karamazov’, de Richard Brook, de la novela homónima de Fiódor Dostoyevski.
La literatura rusa es una de las más poderosas. Una literatura que indaga en el fondo del alma humana y su psicología, de las relaciones de las personas consigo mismas, con los demás y con su Dios. Conciencia, responsabilidad, culpa, moral, pecado, venganza, familia, yo, redención… Entre los maestros rusos que han sido llevados al cine con éxito figuran a Fiodor Dostoyevski (rusia 1821-1881) y Leo Tólstoi (Rusia, 1828-1910).
De Dostoyevski destaca en el cine su adaptación de Los hermanos Karamazov que se estrenó en 1958. La dirigió Richard Brooks con guion de él mismo y de Julius J. Epstein y Philip G. Epstein. Fue la última novela de Dostoyevski pubicada en 1880. Aborda temas muy suyos como la moral, el libre albedrío y los debates alrededor de la fe y lo que ordena ese Dios. Es la historia intrafamilair de cuatro hermanos y su padre y la manera como él los trata y su comportamiento libertino y desalmado influye en ellos de tal manera que desean su muerte.
De las novelas de Tólstoi llevadas al cine con altura están Guerra y paz, de King Vidor con los actores Henry Fonda, Audrey Hepburn, Mel Ferrer, John Milles, Fernando Aguirre y Vittorio Gassman. Otro obra suya llevada varias veces al cine es Anna Karénina, destaca la versión de Clarence Brown (1935) protagonizada por Greta Garbo. Muy recomendable también resulta la versión de Joe Wright, de 2012 con las actuaciones de Keira Knightley, Aaron Taylor-Johnson y Jude Law.
Fotograma de ‘Sentido y sensibildiad’, de Ang Lee de la novela homónima de Jane Austen.
La obra de Jane Austen (Inglaterra 1775-1817) es una galaxia en sí misma. Muchas de sus obras han sido llevadas al cine varias veces con todo tipo de resultados. Austen retrata la época georgiana a partir de dramas y romances tocados con ironía, humor y profundidad para retratar la vida familair y social de la inglaterra de entonces. Entre sus obras llevadas al cine con acierto figuran Sentido y sensibilidad, dirigida por Ang Lee en 1995; y Orgullo y prejuicio, dirigida por Joe Wright en 2005.