Golpe a las bebidas azucaradas en España: el consumo cae en los hogares de menor renta
Según un informe elaborado por Esade, la subida del IVA generó una caída del consumo de refrescos negativa y muy significativa de 10,8 litros por hogar al año.
Más de un 90% de la subida del IVA a las bebidas azucaradas en España terminó trasladándose al precio final de los productos, según se desprende del informe ‘Los efectos del aumento del IVA en el consumo de bebidas azucaradas en España’, elaborado por Esade.
En concreto, esta subida correspondió a un aumento medio aproximado del importe de 12 céntimos por litro, o lo que es lo mismo, un incremento del 9,6% sobre el precio medio por litro.
Además, el informe constata que el efecto de esta subida de precios en la cantidad consumida de refrescos se concentró exclusivamente en los hogares de menor nivel económico.
En el caso del 33% de los hogares más pobres, la subida del IVA generó una caída del consumo de refrescos negativa y muy significativa de 10,8 litros por hogar al año, lo que supone un efecto muy relevante sobre su consumo previo, que ascendía a 83 litros por hogar y año en 2020, año previo a la aplicación de esta medida, y equivale a una caída del consumo del 13%. Sin embargo, para el resto de los hogares el efecto del impuesto no fue estadísticamente significativo.
Uno de los objetivos de la política para desincentivar el consumo de azúcar está en la reducción de la obesidad infantil. Por ello, el informe señala que es “especialmente relevante” que el efecto del
impuesto se triplique para los hogares de menor gasto equivalente con hijos de 5 a 16 años, donde la caída estimada llega a 25 litros por hogar al año. Entre los hogares con niños este descenso del consumo sería de un 20%, mientras que para los hogares pobres sin niños sería de un 7% aproximadamente.
Por último, el estudio de Esade muestra que entre los hogares de menor nivel económico el gasto en snacks, que se considera como bien complementario a las bebidas azucaradas, se redujo en 5 euros por hogar al año, lo que supone una caída del 10,5% como consecuencia del aumento del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas.
“Esta política tuvo efecto no solo sobre los bienes a los que iba dirigida, sino a otros con los que se consumen habitualmente, y que también son considerados como potencialmente nocivos en materia nutricional”, se subraya en el informe.