El Gobierno rechaza el plan de Bruselas y asegura que no habrá "cortes de luz ni gas" en España
La UE había propuesto una reducción del 15% del consumo de gas desde agosto en previsión de que Rusia corte el grifo a Europa.
“Pase lo que pase”, el gas en España no se toca. Esta es la respuesta que ha mandado este miércoles el Gobierno a la Unión Europea por su plan de contingencia energética que pide una reducción del 15% en el consumo de gas a cada país entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023, en previsión de que Rusia decidiese cerrar el grifo a Europa de cara al invierno.
El Ejecutivo ha expresado su rechazo a través de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. “España es un país europeísta y solidario y por eso lamento decir que España no apoya esta propuesta”, ha querido dejar claro Ribera en una rueda de prensa pocas horas después del anuncio hecho por Ursula von der Leyen.
“Las familias españolas no van a sufrir cortes de gas ni luz en sus casas”, ha señalado Ribera, insistiendo en que tampoco se verán afectadas las empresas, ya que el Gobierno “va a defender la posición de la industria española”. “Pase lo que pase”, ha insistido.
La responsable de energía, y por ende el Gobierno, rechaza el postulado de la UE por su falta de debate previo entre los Veintisiete. “No podemos asumir un sacrificio sobre el que ni siquiera nos han pedido opinión previa”, ha añadido al respecto.
No obstante, Moncloa no se cierra a nuevas discusiones, pero estas, ha marcado la vicepresidenta y ministra, deben darse “de forma abierta, transparente y respetuosa”. Y, más importante, respetando el papel “fundamental” de España como actor energético, por ser “puerta de entrada de más del 30% del gas natural licuado en Europa y poseedor de infraestructuras clave para su circulación”.
“Debemos dar una respuesta respaldada en los principios de unidad, solidaridad y flexibilidad, con un enfoque europeo en el que veamos cómo podemos ayudar los unos a los otros. Hay que abrir un debate no solo en el enfoque general sino en las propuestas”, ha puntualizado.
La medida planteada por Bruselas contempla una ligera flexibilidad en la quita de consumo de gas, que podría ser de un 10% menos en los países menos dependientes del suministro ruso, algo que sigue rechazando el Ejecutivo.
España tiene un grado de relación mucho menos con el gas de Moscú que potencias como Alemania o Italia y aún menos que naciones como República Checa, Eslovaquia o Polonia, entre otras. “A diferencia que otros países, los españoles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético”, ha sentenciado con dureza Teresa Ribera.
Von der Leyen asume rechazos y advierte de medidas coercitivas
Por la mañana, Ursula von der Leyen había hablado de un “chantaje” ruso contra Europa, ya que Putin “usa la energía como arma”. “Por tanto, sea el corte parcial o total, Europa debe estar preparada”, ha apuntado al presentar su propuesta de descenso en el consumo gasístico por un tiempo de ocho meses.
La posibilidad de que su plan generase rechazo la contemplaba la propia presidenta de la Comisión Europea, que ha llegado a hablar de herramientas para hacer que se cumpla, pero como ”último recurso”, apostando por “crear conciencia sobre lo interdependientes que somos” y apelando al principio de solidaridad.
“Cuanto más rápido actuemos, más ahorraremos y más seguros estaremos en nuestro objetivo de solidaridad. Hay Estados miembros más expuestos que otros al gas ruso y más vulnerables al riesgo de una interrupción, pero todos los Estados miembros sufrirán las consecuencias”, ha advertido.
La reducción del flujo ruso y la sola amenaza de un corte total ha puesto en alerta a 11 países comunitarios, Alemania entre ellos. “El gas es a partir de ahora un bien escaso”, apuntaba hace semanas el Ejecutivo germano, pendiente de que se reanude este jueves el suministro por el gasoducto Nord Stream, tras diez días de interrupción por tareas de mantenimiento.