Sectores del PP se remueven contra García Egea: “Hay un clamor contra él”
Se extienden las críticas internas por el fiasco de la votación de la reforma laboral y la campaña en Castilla y León.
Un partido en unas elecciones es una máquina a la conquista de todos los votos posibles. Y más si eres el impulsor de una convocatoria adelantada y planificada para tener impacto a nivel nacional. Pero, desde hace unos días, el PP es un hervidero interno. Sus dirigentes ponen sonrisas antes las cámaras, pero por debajo se lanzan acusaciones y se cruzan mensajes y conversaciones que dibujan un panorama menos alentador del anhelado por Génova 13.
Las expectativas están a la baja, y muchos advierten en el PP de que el resultado puede ser no tan bueno como se esperaba. Y con otra gran preocupación: Vox sigue creciendo en las encuestas y dependerán de lo que quiera la ultraderecha el día después. En esas conversaciones y comentarios, según varios dirigentes y parlamentarios del PP consultados por El HuffPost, aparece siempre un nombre: Teodoro García Egea.
El ‘número dos’ del partido está en el punto de mira de muchos. “Hay un clamor contra él”, dice un dirigente territorial. Y es que se repiten varios errores en su contra: el fiasco de la votación de la reforma laboral, perpetrado por su fiel Alberto Casero, y la campaña de Castilla y León, en la que no se llenan los actos y en la que la dirección nacional no tiene tirón apenas. Las cámaras sólo se agolpan cuando pisa el terreno Isabel Díaz Ayuso, de la que está tirando Alfonso Fernández Mañueco, por encima del núcleo duro de Pablo Casado.
Así lo ve un dirigente territorial y persona cercana a Mañueco: “Las elecciones en Castilla y León se han planteado ante la venganza y deslealtad de Cs, pero son un producto, más que del PP de allí, de Génova”. El presidente de Castilla y León confesó a varios dirigentes que se arriesgaba pero “en un consenso con Génova”, según fuentes conocedoras.
En sectores del PP, comentan varias fuentes del partido, ven que la operación de Castilla y León era una estrategia de Casado y Egea “para mantener el pulso electoral”. “Primero con estas y luego con las andaluzas, esperando malos resultados para el PSOE. Y así se presionaba para que la maquinaria derivase en unas elecciones generales. Aprovechar las elecciones en los territorios a beneficio de Génova”, apostillan.
“Lo de García Egea es un clamor popular, contra él”, añade otro dirigente territorial en relación a la actuación estos días del secretario general. ¿Por? Contesta: “Lo de Casero ha sentado unas bases malas que han afectado a las elecciones de Castilla y León y están afectando profundamente a Casado”.
A pesar de que la dirección del PP siga insistiendo en la teoría del pucherazo, muchos en el partido internamente critican el fiasco de la votación, que se perdió por el voto erróneo del diputado Alberto Casero, que es una persona de la máxima confianza de García Egea. Además, se reprocha la actitud de los dos durante estos meses en muchas regiones, al controlar los procesos de renovación. Hasta se les echa en cara las formas que han tenido con muchos dirigentes territoriales, acusándoles de buscar principalmente aliados para el día después de las elecciones si pierden.
Prosigue el retrato interno del PP: “García Egea ha intentado quitar de en medio a muchos barones del PP. Mañueco no era santo de su devoción, todavía le pueden quitar la silla”. “Estamos en una situación muy delicada”, subraya esta fuente ante los días que llegan.
Muchos el PP, no obstante, siguen confiando en que ganarán y que podrán gobernar, pero no con el resultado idílico que se planteó en un primer momento de casi mayoría absoluta al estilo de Isabel Díaz Ayuso sumando más que todas las izquierdas. “No me gusta lo que veo, en los actos no hay tanta gente”, considera un curtido representante del PP que lleva varias batallas electorales a pie de calle organizando actos.
Y es que hay sectores del partido que no terminan de entender la campaña que se ha planteado en Castilla y León. No es una tierra baladí: el propio Casado es de allí. La estrategia está haciendo que vayan de más a menos, las encuestas no dejan de bajar y se quedan en manos de Vox. De hecho, una crítica extendida es que no se ha encontrado el punto de cómo frenar a los de Santiago Abascal, que sigue creciendo en los barómetros a pesar de tener un candidato muy flojo. Además, nadie sabe oficialmente qué se hará al día siguiente si es necesario meter a la ultraderecha en un Gobierno de coalición. No hay directrices.
García Egea se ha ido creando muchos enemigos internos durante su mandato, especialmente por esos congresos internos. E incluso algunos recuerdan cómo se pidió la cabeza de Cayetana Álvarez de Toledo por parte de muchos territorios. Si hay un gran fiasco, esas voces internas cogerían fuerza para pedir, en esta ocasión, la del murciano. La exportavoz del PP generó precisamente mucho revuelo contando su trato con él: “Hace bullying”, “ejerce un mando testosterónico”.
El murciano tiene también abierta una guerra contra Isabel Díaz Ayuso, de la que no se fía y a la que ve como una amenaza contra el propio Pablo Casado. El enfrentamiento entre Génova 13 y la Puerta del Sol sigue latente, a pesar de la tregua de las elecciones. La presidenta quiere hacerse con el partido, pero se resisten en la dirección nacional, que preferiría una tercera vía. Una apuesta que no tiene calado en el partido, hasta los barones más moderados, como Alberto Núñez Feijóo, consideran que ella debe tener en su propiedad la organización regional.
García Egea, en el punto de mira de muchos populares. Después del 13-F, se abre otro capítulo.