Gaia 2.0
La hipótesis Gaia es una forma de concebir el planeta Tierra. El padre de esta idea es James Lovelock. Simplificando mucho, podríamos decir que la Tierra se comporta como si fuera un organismo vivo, regulando las condiciones esenciales para la vida. Sí, suena raro, pero tiene implicaciones enormes para la ecología. Como no quiero parecer new age, y como el bueno de Lovelock está algo mayor (99 años), he pensado que valía la pena entrevistar a Tim Lenton, que ha ido más allá de Gaia y ha propuesto una versión refinada de la hipótesis original: Gaia 2.0. Veamos en qué consiste:
ANDRÉS LOMEÑA: Gaia 2.0 es un texto breve que ha publicado junto a Bruno Latour en la revista Science. ¿Cuál fue su intención inicial? Lo digo porque tiene la ambición de un manifiesto.
TIMOTHY LENTON: Queríamos resaltar que los humanos como colectividad hemos cambiado la naturaleza de nuestro planeta al introducir la posibilidad de la autoconciencia y la autorregulación. Asimismo, queríamos ofrecer una nueva perspectiva con el desafío de mejorar el mundo frente a los crecientes cambios globales que nosotros mismos hemos creado. Por último, nuestra intención política era plantear que la desconexión de nuestra habilidad para sentir los cambios globales equivale a bloquear las oportunidades de construir un mundo mejor. No pensé que el artículo fuera un manifiesto político, pero me alegra que se lea de esa forma.
A.L.: ¿Por qué había que actualizar la hipótesis Gaia? ¿Y qué aportaba la original? La idea del planeta Tierra como un sistema que se autorregula recuerda al simple equilibrio térmico.
T.L.: La idea de un planeta autorregulado es un concepto muy diferente, y no solo porque la composición de la atmósfera esté lejos de lograr el equilibrio dadas las actividades de los seres vivos. Intentamos actualizar la hipótesis Gaia porque creemos que es la perspectiva científica más interesante y útil sobre cómo funciona nuestro sistema de soporte vital. Es diferente a otras visiones porque enfatiza el papel crucial de los seres vivos en el mantenimiento de las condiciones habitables sobre La Tierra. Otras teorías científicas ven la vida como un pasajero en un planeta inerte que ha sobrevivido por pura casualidad. Esas teorías no pueden explicar las condiciones de "no equilibrio" en la superficie de nuestro planeta, o el extraordinario florecimiento de la vida conseguido mediante el reciclaje biológico de materiales.
A.L.: ¿Qué relación encuentra entre la teleología o la religión y Gaia 2.0?
T.L.: El objetivo de Gaia 2.0 es decir que la Gaia original operaba sin una previsión consciente sobre los demás seres vivos y ahora los humanos estamos cambiando eso: podemos (y de hecho lo hacemos) cambiar el planeta a propósito. Así que podría decirse que Gaia 2.0 es un proyecto teleológico, con una finalidad, pero no tiene nada que ver con la religión porque no abraza la creencia de un ser omnipotente.
A.L.: ¿Qué papel desempeña la conciencia en Gaia 2.0?
T.L.: Los humanos tenemos consciencia, al igual que algunos animales, y los humanos somos inusuales porque estamos desarrollando colectivamente una autoconciencia de lo que le hacemos al planeta. Nuestro argumento es que deberíamos usar esa autoconciencia colectiva para crear y mantener un mundo mejor, pero está claro que eso no equivale a decir que el mundo tiene conciencia.
A.L.: Su texto señala tres características fundamentales de Gaia 2.0. La primera es la autotrofía. ¿Qué implica ese rasgo? ¿Acaso entender el mundo a partir del diseño conocido como "de la cuna a la cuna"? ¿La biomísmesis?
T.L.: Significa autoabastecerse, como hace una planta tomando la energía de la luz solar y de los materiales inorgánicos de su alrededor. En Gaia 2.0, esto significa que deberíamos crear una civilización que sea impulsada por energía sostenible (fundamentalmente solar) y que se mantenga a sí misma reciclando todos los materiales que necesita. Eso incluirá la biomímesis y elementos del diseño de la cuna a la cuna, entre muchos otros.
A.L.: Las otras características de Gaia 2.0 son las redes y la heterarquía. ¿En este caso nos referimos a una economía circular (redes) y a las energías renovables (heterarquía)? Además, usted concluye el texto pidiendo que se multipliquen los sensores de reconocimiento de los problemas que aquejan a Gaia. ¿Esto se traduce en más investigación científica nada más?
T.L.: Hablamos de crear un nuevo nivel de autoconciencia y autorregulación, tanto para nosotros como para el planeta. Una economía circular promovida por energías renovables es una parte clave, pero también lo es establecer redes que proporcionen un control distribuido más que jerárquico. Cuando proponemos la multiplicación de los sensores que puedan detectar lo que está yendo mal, nos referimos a mucho más que la mera investigación científica. Hablamos de la implicación de los ciudadanos en responder a esa información para crear algo mejor.
A.L.: ¿Qué le parece a James Lovelock la idea de Gaia 2.0? ¿Volverá a colaborar con el coautor del texto, el célebre sociólogo Bruno Latour?
T.L.: Le envié a Jim Lovelock una versión previa del texto, la discutí con él y fue muy comprensivo con esta nueva dirección. Bruno también se vio con Jim a principios de este año y escribimos el artículo juntos después de esa visita, Latour cuando se quedó atrapado en Exeter debido a la inusual tormenta de nieve que hubo en marzo. Bruno y yo seguiremos colaborando: tenemos un artículo más largo sobre Gaia que se publicará pronto en la revista Critical Inquiry.
A.L.: ¿Alguna conclusión?
T.L.: Si Gaia 2.0 llega a ser una realidad y no solo una revelación, tendremos que enfrentarnos a los movimientos políticos que intentan desactivar la "detección remota" del planeta. También tenemos que apoyar los movimientos autónomos que buscan crear sociedades y tecnologías más sostenibles.
De esto va Gaia 2.0. ¿Alguna sugerencia que aportar, estimado lector?