La realidad tras la polémica frase de Isabel Díaz Ayuso y la quema de iglesias
La 'popular' se preguntó si "arderán las parroquias como en el 36".
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se preguntó este jueves, en plena sesión de control de la Asamblea madrileña, si tras la exhumación de Franco “arderán las parroquias como en el 1936”.
Minutos más tarde, su vicepresidente, Ignacio Aguado, comentó estas palabras y las apoyó: “Es una certeza y una realidad que en el año 1936 ardieron las iglesias. Haremos todo lo posible para que no vuelvan a arder en 2019, porque alguien quiera imponer su ideología sobre otros”.
Pero, ¿es esto cierto?
La quema masiva de iglesias existió, pero no fue en 1936, sino en 1931, cuando la Segunda República empezaba a dar sus primeros pasos.
Con la aprobación de la Constitución de 1931, en su artículo 3, se proclamó la libertad de culto: “El Estado español no tiene religión oficial”. En ese contexto, el día 10 de mayo en la madrileña y céntrica calle Alcalá se abrió un Círculo Monárquico con el objetivo de formar un partido monárquico que se presentase a las elecciones del 28 de junio del 1931.
Este acontecimiento desató la ira de los republicanos, que lo consideraron como una provocación. Tras unos incidentes en los exteriores, los congregados se desplazaron a la redacción del diario ABC establecida en la calle Serrano, ya que su director, Luca de Tena, se encontraba en el Círculo y dio, junto a otros compañeros, “violentísimos discursos en contra de la República”, tal y como recoge El Socialista en su publicación del 12 de mayo de 1931.
Durante esa noche del 10 y especialmente el día siguiente es cuando sucede la quema y saqueo de conventos, monasterios e iglesias que acaba con la proclamación del Estado de Guerra.
“Ya clareaba [...] y sin saber muy bien de dónde viene, surge una palabra que cubre rapidísimamente la Puerta del Sol: ¡Los conventos! ¡los conventos!, se oye decir”, así lo describió el periodista de la época Josep Pla.
Inmediatamente se desplazaron al convento de los jesuitas de la calle Flor, próxima a la céntrica Plaza España. Al rato, se prendió fuego al edificio que, entre otras cosas, dejó a su biblioteca completamente destruido, como se recogió en la edición del periódico El Socialista.
El colegio de las Maravillas, en Cuatro Caminos, el instituto Católico de Alberto Aguilera, las Caramelitas de Santa Teresa de plaza España, en total nueve lugares madrileños también ardieron.
Málaga fue la ciudad más afectada con la quema de más de una treintena de sitios religiosos. En Valencia, Sevilla, Granada, Córdoba, Cádiz o Alicante también se vivieron episodios similares. Los sucesos acabaron con la proclamación del estado de guerra en la tarde del martes.
Aunque durante el resto de años de República hubo incendios en edificios religiosos por la geografía española, la realidad fue que la concentración tuvo lugar en mayo de 1931 y no, como dijo Ayuso y después Aguado, en el 1936.