Froilán y Victoria Federica también usaron las tarjetas 'black' del rey Juan Carlos
'El Confidencial' revela en qué gastaron los hijos de la infanta Elena el dinero sin declarar del empresario mexicano amigo del emérito.
Victoria Federica y Froilán también se beneficiaron (y mucho) del dinero sin declarar del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause que el rey Juan Carlos I utilizó durante tres años para pagar sus gastos privados. Ellos, y también la infanta Elena (madre de ambos) y la infanta Cristina (su tía).
Así lo revela una exclusiva publicada este martes 8 de diciembre por El Confidencial, que apunta en qué emplearon este dinero los ahora exmiembros de la Casa Real.
Lo hicieron para pagar desplazamientos en Uber, compras en El Corte Inglés y clases de piano. Froilán y Victoria Federica fueron, según este medio, los segundos que más recurrieron a las tarjetas black. El primero fue el rey emérito.
Los hijos de la infanta Elena y Jaime de Marichalar hicieron pagos en los grandes almacenes con la tarjeta del coronel Nicolás Murga, a la que llegaba el dinero del mexicano para que el rey pudiese disponer de él, y también con tarjetas cliente que se alimentaban con el saldo disponible en la cuenta del militar.
Según publica El Confidencial, el gasto superaría los 250.000 euros anuales, cantidad que marca el límite para que un fraude a Hacienda por transferencias no declaradas se convierta en delito fiscal y que puede castigarse con hasta cinco años de prisión.
Hace justo un mes, este diario también informó de que la infanta Elena usó ese dinero para comprar una yegua de competición a su hija Victoria Federica. El mantenimiento del animal también se pagó con el mismo método.
La exclusiva de este martes aclara que ni el rey Felipe VI, ni la reina Letizia, ni sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, hicieron uso de esta forma de financiación.
Zarzuela no recibió nada
El dinero procedía del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, antiguo directivo de Goldman Sachs e inversor inmobiliario, que se lo cedió al monarca para que sufragara vuelos, hoteles, restaurantes y otras partidas de carácter personal. No llegaba directo a Zarzuela, sino que giraba los fondos a una cuenta bancaria administrada por el coronel del Ejército del Aire y ayudante de campo Nicolás Murga, colaborador de la Casa del Rey.
Las facturas del Juan Carlos se cargaban en ese depósito o eran abonadas con tarjetas de crédito a nombre del militar vinculadas a esa cuenta, a la que había vinculadas también tarjetas cliente de El Corte Inglés.
De ese modo, su rastro quedaba oculto y para la Agencia Tributaria quedaban como gastos efectuados del coronel.
La intención de Juan Carlos I
El País publicó este lunes que el rey Juan Carlos I tenía intención de regularizar esos más de 500.000 euros procedentes de fondos opacos supuestamente gastados en los tres ejercicios fiscales de 2016, 2017 y 2018, cuando ya no estaba protegido por la inviolabilidad. El rey abdicó en 2014.
Los abogados de Juan Carlos I tenían previsto realizar una regularización voluntaria del dinero recibido de Sanginés-Krause antes de que Hacienda comunicara al Rey emérito la apertura de una inspección. De ese modo, podía haber evitado una acusación por la vía penal.
La regularización voluntaria se puede presentar en cualquier momento antes de que la Agencia Tributaria abra una inspección o un juez cite a declarar como investigado por presunto fraude fiscal o blanqueo de capitales.