¿Frenazo, cambio de modelo...? Esto nos dicen los datos del paro
Sindicatos y expertos apuntan que los "malos" registros de julio dibujan un frenazo "puntual" de la economía motivado por la alta inflación y la incertidumbre internacional.
Las curvas ya están aquí y el bólido del mercado de trabajo español ha dado su primer volantazo de 2022. Después de alcanzar hasta el mes de junio cifras de afiliación y paro que no se veían desde 2008, los último datos han roto la tendencia con un aumento de 3.230 parados en julio, pese a ser un mes tradicionalmente bueno para el empleo.
No habrá que esperar al otoño, el frenazo económico ya está aquí. Aunque los expertos y agentes sociales consultados por El HuffPost llaman a la cautela ante un episodio que puede ser “puntual”, sí se atreven a señalar sus causas: la inflación del 10,8%, las incertidumbres provocadas por la guerra de Ucrania y la crisis energética.
La pandemia hundió el empleo y el crecimiento económico a niveles de la posguerra hasta bien entrado 2021. Pero después, España inició un acelerón en la reducción del número de parados, especialmente desde el segundo trimestre de 2021m que apenas había sufrido sobresaltos... Hasta ahora.
El desempleo, a pesar del susto, acumula un descenso de 532.686 parados interanuales, lo que supone un 15,59% menos que en julio de 2021. En definitiva...
¿Qué ha pasado?
Carlos Gutiérrez, del sindicato Comisiones Obreras, no es fan de las medias tintas: “Son datos malos tanto de paro como de afiliación a la Seguridad Social”. Los cotizantes se han reducido en cerca de 7.000 personas, cebándose especialmente con las mujeres, con 55.365 menos dentro del sistema. Las causas son “múltiples” para el sindicalista, que apunta a la incertidumbre internacional y las expectativas de un “entorno complejo”.
“Entorno” en este caso tiene una traducción clara: inflación. Esa compañera que mes a mes amarga las cuentas de millones de españoles. El aumento de los precios es el principal punto que señala Monica Melle, profesora de Economía de la Universidad Complutense de Madrid para diseccionar los datos hechos públicos hoy. “Esto se veía venir por las cifras de crecimiento de los precios, que están siendo más estructurales de lo que se esperaba por la guerra de Ucrania”.
Sin embargo, no es solo la guerra. La profesora apunta que hay que sumar la crisis energética y el consumo de las familias, impulsado por una alta tasa de ahorro. Pero como todo lo bueno, los ahorros también se acaban: “Ahora se empieza a ver menos consumo en los servicios”, cuenta Melle.
Gutiérrez, también comenta la inflación: “Los trabajadores tienen un salario que crece al 2,8%, lo que retrae el consumo y por tanto se ralentiza la economía”.
Pasando por alto un segundo la inflación, una temporada turística temprana, que en primavera registró cifras cercanas a antes de la pandemia también podría haber influido en la menor contratación registrada en los servicios. “Puede ser que se haya adelantado la contratación en el turismo y que por eso en este julio no haya sido tan elevada como en otros”, zanja Gutiérrez.
Un rayo de luz: la contratación indefinida
¿Es por tanto un martes negro? Para Comisiones Obreras hay algunos aspectos positivos que apuntan a un cambio de paradigma. “La reforma laboral puede estar estabilizando la volatilidad del mercado de trabajo, que nos tenía acostumbrados a picos muy altos de creación y destrucción de empleo”.
Alrededor de 4 de cada 10 contratos firmados en julio fueron indefinidos, unas cifras que nunca se habían visto hasta ahora. Ese podría ser el cambio de paradigma al que se refería la ministra de Economía, Nadia Calviño, este martes en una entrevista para la Cadena SER, en la que ha apuntado que hay que “dejar de ver las cifras mensuales como antes de la reforma laboral, tenemos que ver las tendencias de fondo”.
Para la profesora de la Complutense, el aumento de los indefinidos supondría un aumento del fortalecimiento del sistema económico de cara a aguantar ante futuras turbulencias económicas. “Se va hacia un modelo mucho mejor porque la contratación indefinida influye en la profesionalización de las plantillas, por el aumento de la formación y eso a su vez repercute positivamente en la productividad”, comenta.
Frenazo, crisis, cambio de paradigma... ¿Dónde estamos?
No hay razones para entrar en pánico... al menos de momento. Tanto Melle como Gutiérrez apelan a la cautela a la hora de analizar estos datos, que sufren los efectos de factores ajenos al tejido productivo español. “Hablamos de un parón, pero no de una crisis, los niveles de crecimiento económico que manejan todos los organismos ahuyentan esa idea”, opina Melle.
La magnitud y duración del golpe dependerá del control inflacionario. “La inflación condiciona todo, pero no depende de los países, es un tema que el Banco Central Europeo está empezando a tratar, pero aún así no es seguro que se controle”, opina Melle.
Gutiérrez también se apunta al carro de la moderación: ”¿Evidencia un cambio de tendencia? Debemos esperar, hay que ver cómo se comportan agosto y septiembre”. Si se consolidan los datos “malos”, será un problema que habrá que abordar con “políticas y gasto público”, comenta el sindicalista.
La economía de las familias empieza a notar una falta de oxígeno por culpa de la pérdida de poder adquisitivo, sube el paro y baja la afiliación a la Seguridad Social. Se firman más contratos indefinidos aunque lo más indefinido, en estos tiempos, es el porvenir. Aflójense la corbata y ajústense los cinturones, puede que empiecen las turbulencias.