Francia pide el cierre de las cabinas de bronceado por el riesgo de cáncer
Todos los estudios encienden las luces rojas y ni siquiera se puede establecer "una dosis de seguridad" de rayos ultravioleta.
La Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de Francia (Anses) pidió hoy el fin de la actividad de las cabinas de bronceado con objetivos estéticos por el riesgo "demostrado" de desarrollar cáncer de piel.
En un dictamen, "la Anses insiste en el efecto cancerígeno para la población de la exposición a los UV (rayos ultravioleta) artificiales y, en consecuencia, recomienda a los poderes públicos que tomen todas las medidas para que cese la exposición de la población general a los UV con fines estéticos".
Este organismo científico oficial hace un repaso de los estudios que se han realizado en los últimos años, y recuerda que en 2009 el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CIRC) había considerado que la exposición a los rayos ultravioleta de las cabinas de bronceado entraña un riesgo cancerígeno seguro para las personas.
Desde entonces, los trabajos publicados "van en la misma línea" hasta el punto de que no es posible establecer "una dosis de seguridad" de rayos ultravioleta en esas cabinas por debajo de la cual no habría peligro.
Aviso en 2014
La misma Anses en julio de 2014 ya había señalado que la reglamentación en Francia que regula esa actividad estética "constituía una respuesta parcial e insuficiente a la vista del riesgo demostrado de cánceres cutáneos para los usuarios de cabinas de bronceado" y recomendaba que se llegara a proscribir el uso y la venta de los aparatos.
Según el jefe de la división de evaluación de riesgos a los agentes físicos, Olivier Merckel, "no se puede esperar más" porque "los datos científicos se acumulan y no hay duda. Tenemos pruebas sólidas, el riesgo de cáncer está demostrado".
"Tenemos cifras sobre los riesgos para los jóvenes, para toda la población. Ahora recomendamos una acción de los poderes públicos".
La Anses insiste en que no hay ningún valor mínimo de irradiación que garantice una protección y en que las personas que han utilizado esas cabinas al menos una vez antes de los 35 años ven incrementado en un 59 % su riesgo de desarrollar un melanoma cutáneo.
De hecho, se estima que en Francia el 43 % de esos melanomas en la población joven se deben a que esas personas se han expuesto a la radiación ultravioleta en las cabinas, de acuerdo con las investigaciones consultadas por la agencia.
Desde 2015, los dermatólogos, la Academia de Medicina de Francia e incluso parlamentarios ya habían solicitado su prohibición.