Alemania y Francia rechazan las pretensiones de Holanda y los 'frugales' de recortar el fondo de recuperación
La presidenta del Banco Central, Christine Lagarde, respalda un paquete "ambicioso" de ayudas en contra del criterio de los países del norte.
Tras tres días de reuniones y más reuniones, los Veintisiete se asoman al abismo de un nuevo fracaso en uno de los momentos más delicados de la historia de la Unión Europea.
La intransigencia de los países llamados ‘frugales’, liderados por Holanda y su primer ministro, Mark Rutte, pone en peligro un Consejo Europeo fundamental, que debe decidir el paquete de ayudas para la recuperación por la pandemia del coronavirus y el presupuesto de los años 2021 a 2027.
Los países más estrictos (Holanda, Austria, Suecia, Dinamarca y a última hora Finlandia), quieren recortar al máximo el fondo y, por supuesto, que la mayoría del dinero sea en forma de créditos y no de ayudas directas o subvenciones.
De esta manera, frente a la propuesta de 750.000 millones realizada por Charles Michel, presidente del Consejo, de los que sólo 250.000 serían créditos; estos países, a propuesta de Finlandia, han planteado rebajarlo a 700.000, de los que la mitad serían créditos.
La propuesta de los ‘frugales’ está condicionada a que el control de las ayudas y el resto de cuestiones abiertas (como el respeto al Estado de derecho o los cheques que reducen su aportación al presupuesto comunitario) se resuelvan de una forma que sea aceptable para sus intereses.
Es decir, que se beneficien de mayores reducciones en el dinero que deben aportar a las cuentas comunitarias (y que deben pagar el resto de Estados miembros) y que se establezca un férreo control antes de aprobar el desembolso de las ayudas del plan de recuperación.
Según informa la Cadena SER, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, han rechazado de plano reducir el monto del fondo de rescate.
“Hay que encontrar buenos compromisos en las próximas horas, creo que aún es posible pero esos compromisos, y lo digo claramente, no se harán a costa de la ambición europea”, ha subrayado Macron, en una declaración a la prensa sin preguntas, a su llegada a la sede del Consejo europeo en Bruselas, donde los jefes de Estado y de Gobierno se reúnen por tercer día consecutivo.
“La voluntad de acuerdo no nos hará renunciar a la ambición legítima que debemos tener, y veremos en las próximas horas si ambas cosas son compatibles”, ha zanjado Macron, quien ha avisado de que el consenso para superar la grave crisis económica, sanitaria y social que atraviesa la UE es algo que la “unidad” de Europa “también necesita”.
A ellos se ha sumado la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, que en declaraciones a la agencia Reuters, ha asegurado que lo mejor es acordar un plan de ayuda “ambicioso” en lugar de un pacto rápido a cualquier coste.
Es decir, Lagarde aboga por posponer la cumbre para llegar a un acuerdo que sea, dicho en sus propias palabras, “ambicioso en términos de tamaño y composición del paquete”.
Posturas que se alinean con las de España e Italia, los países más necesitados de esta crisis. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido una propuesta “ambiciosa” y ha asegurado que “aún puede cambiar el escenario” de las negociaciones pese al estancamiento.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se han reunido todos juntos por primera vez este domingo pasadas las 19:00 horas. Hasta entonces se han sucedido los contactos bilaterales y las reuniones en grupos reducidos para intentar acercar posturas y desbloquear la situación.
Nueva propuesta de Michel
Pasadas las 21:00 horas, los líderes se han sentado a la cena, durante la cual, el presidente del Consejo, Charles Michel, ha puesto sobre la mesa un nuevo reparto del fondo: 750.000 millones, de los que 400.000 serían en ayudas directas y 350.000, en préstamos.
En su discurso ante los 27 líderes, Michel ha recalcado que durante los dos primeros días de negociación escuchó “atentamente” a cada socio e incluyó en sus propuestas la mayor parte de las exigencias de los países llamados ‘frugales’, incluso reduciendo en dos ocasiones el volumen del fondo o reforzando la condicionalidad de las ayudas.
Tras recordar a los líderes su responsabilidad para con los ciudadanos y el golpe que la crisis del coronavirus ha supuesto en la UE, Michel les ha pedido decidir si son capaces de contribuir a “construir la unidad europea y confianza” o bien optarán por “el desgarro” y deberán presentar una Europa “débil, dañada por la desconfianza”.
Michel ha cerrado el discurso, según han apuntado fuentes conocedoras de la negociación, afirmando que su deseo es lograr a un acuerdo “y que los periódicos europeos titulen mañana que la Unión europea ha logrado una misión imposible”.