Firmes, hasta el final
Hoy se cumple un año del fallecimiento de Carme Chacón
Hoy hace un año que se nos fue Carme Chacón. Y hoy, el Partido de los Socialistas de Catalunya le rinde homenaje, poniéndo su nombre a la sala de prensa de la nueva sede. Mañana día 10, se le rinde otro tributo a Carme en el Congreso de los Diputados, acto al que acudirá el presidente Zapatero. En este año gris, todos los que la queríamos hemos podido comprobar cuánto cariño dio Carme en vida, a cuántas personas atrapó con su generosidad y su inteligencia.
Ha sido un año cargado de homenajes y tributos: Asociación del PSOE de Entrevías en Madrid, una calle en Sevilla, un acto de homenaje en Torrox, un colegio que lleva su nombre en Alcubierre (Huesca), el premio Eulalia Ruiz de Clavijo del Colegio de Procuradores de Madrid... Y se preparan actos de homenaje también en Sevilla y Murcia. Y todo parece poco para devolver a la memoria de esta gran mujer todo lo que hizo por la sociedad española, por el progreso real y cierto de toda la sociedad, del feminismo, de las libertades.
Y a pesar de todos estos actos y homenajes, que recuerdan constantemente su ausencia, no termino de creer que se nos haya ido para siempre. En cada acto, homenaje o premio al que asisto, tengo siempre la extraña sensación de que aparecerá en cualquier momento, y que inundará con su amplia sonrisa toda la melancolía que circula libremente por esos espacios.
Seguimos firmes, Carme. No nos hemos movido ni un ápice de la defensa de los valores democráticos y progresistas, de la lucha por la igualdad. Seguimos sin guardar silencio ante las injusticias. Y todo ello es en gran medida gracias a ti, a tu ejemplo, a todos los logros que conseguiste, a pesar de que la caverna española nunca te quiso. Te confieso ahora que siempre me retorcía de placer al comprobar cuánta inquietud generabas en los sectores más oscuros y rancios de nuestro país. En eso fuiste también una pionera.
No sé muy bien cómo seguiremos adelante sin ti. Tu luz y tu alegría eran demasiado intensas y se apagaron tan abruptamente que no sé muy bien cómo haremos para seguir adelante sin ti. Cambiaste este país y a su sociedad, a golpe de ejemplo, de feminismo, de saber estar. Tu capacidad de trabajo era solo superada por la firmeza de tus convicciones. No he conocido a nadie tan tozuda como tú. Tan democráticamente tozuda como tú. Por eso también te admirábamos. Eras inasequible al desaliento.
Te gustaba leer. Adorabas leer. Poesía, pero no solamente. Podías estar hablando de libros durante horas. Tu ilusión era, algún día, abrir una librería. Y créeme que lo haremos. Los ojos se te iluminaban, se te hacían enormes, cuando hablabas de poesía, y no podías disimular la sonrisa. La tuya hubiese sido una librería cargada de sonrisas, de miradas generosas, repleta de buenos libros. Como tú. Tu librería sería la librería donde salir, además de con un buen libro, con una buena sonrisa.
Imposible olvidar otra de tus pasiones: la docencia. Te encantaba enseñar, y aprender enseñando. Conseguiste impregnar ese espíritu también a tu trabajo como abogada en el bufete Ramón y Cajal; conseguiste aprender y enseñar, conseguiste ilusionarte y hacer de tu trabajo un lugar amable en el que estar. También en la docencia y en el derecho abrías espacios de progreso y de confianza.
Pero la política siempre estaba ahí. Porque tenías vocación de servicio público, porque necesitabas hacer del mundo un lugar mejor en el que estar. Generosa en afectos y comprometida con tus semejantes, así eras tú, querida Carme Chacón. Una mujer excepcional, un ser humano especial y único, cargada de gente que te quería bien y a la que querías bien.
Duele estar sin ti. Sobre todo en los momentos de relax y ocio. Y es que sabías disfrutar de la vida, contagiabas a todos esa alegría de vivir que solo tiene la gente consciente de que la vida es un auténtico privilegio. Como dijiste en el Congreso de la Muerte Súbita de España, hay que esmerarse en ser feliz. Y nos dejaste un legado de vida generoso e imponente.
Te echamos de menos, querida Carme. Seguiremos recordando tu legado, tu vida, tu ejemplo. Y haremos de él una fuerza con la que combatir la apatía y la mediocridad. Te queremos, querida Carme. Te querremos hasta el final. Hace un año que estamos firmes, como le dijiste al Capitán. Y hasta el final, seguiremos firmes.