Los 30 países de la OTAN firman el protocolo de adhesión de Finlandia y Suecia
Se inicia oficialmente el proceso de entrada de ambos países a la Alianza Atlántica tras la histórica rúbrica en Bruselas.
Un día histórico para la Alianza Atlántica, si acaso no lo han sido tantos otros desde el inicio de la guerra en Ucrania. Desde este martes, comienza de forma completamente oficial el camino de Suecia y Finlandia para entrar en la OTAN, después de los pasos dados en sus respectivos países y las arduas negociaciones para que Turquía levantase su veto a la adhesión.
Los 30 embajadores de los países de la OTAN han firmado en Bruselas los protocolos de adhesión de Finlandia y Suecia, un paso clave para el ingreso. No obstante, es solo el principio, puesto que no serán miembros de pleno derecho hasta que finalice el proceso de ingreso. La firma ha tenido lugar con la presencia de los ministros de Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto, y de Suecia, Ann Linde.
En un contexto de máxima tensión internacional, Stoltenberg ha lanzado un mensaje en esa misma línea: “Seremos incluso más fuertes y nuestra población estará incluso más segura cuando afrontamos la mayor crisis de seguridad en décadas”. El máximo responsable de la Alianza ha certificado la importancia de este día y lo ha calificado como “realmente un momento histórico para Finlandia, para Suecia y para la OTAN, y para nuestra seguridad compartida”.
Stoltenberg también ha recordado que “la puerta de la OTAN sigue abierta para las democracias europeas que están preparadas y dispuestas a contribuir a nuestra seguridad compartida”.
El pulso con Turquía
Suecia y Finlandia se han convertido así en miembros de facto de la Alianza Atlántica, aunque queda un largo proceso por delante para ratificar su entrada. Atrás quedan unas tensas negociaciones con la Turquía de Erdogan, que desde el inicio de las conversaciones mostró su rechazo al ingreso de los dos países nórdicos por su postura ante el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las milicias kurdas del norte de Siria, las Unidades de Protección Popular (YPG), que se saldó con la cesión a Ankara para conseguir el compromiso de cooperación e intercambio de información en materia de terrorismo.
Según Erdogan, también para extraditar a 73 de personas sospechosas -en Turquía- de estar vinculadas a actos terroristas de ambas organizaciones. Con todo, Erdogan había dejado clara su posición de estar vigilante en el cumplimiento de los compromisos adquiridos. “Esto es el comienzo. Seguiremos de cerca la aplicación de las promesas hechas en el memorándum y tomaremos medidas en consecuencia”, había declarado tras el fin de la Cumbre de la OTAN 2022 en Madrid.
Plazos y siguientes movimientos: ¿qué viene ahora?
Por otra parte, la gran pregunta que surge ahora es cuáles son los pasos que restan para que Suecia y Finlandia se conviertan definitivamente en miembros de la OTAN. La respuesta es, como el proceso, larga.
Con la firma de los protocolos de adhesión se inicia un proceso burocrático complejo que requerirá de meses, dependiendo de cada país, puesto que cada país afrontará de una forma distinta la ratificación de la entrada. Cada uno de los 30 aliados tiene un proceso de validación distinto y en la mayoría de los casos es necesario someter a votación parlamentaria la ampliación. De ahí que un roce con Turquía pueda suponer una nueva parálisis a la adhesión.
Una vez que se haya conseguido la convalidación por parte de todos los aliados, los documentos de los protocolos serán depositados en Washington, misma ciudad donde se firmó el tratado fundacional de la OTAN, donde serán custodiados por el Gobierno de EEUU. Para llegar a ese momento, lo previsible es que Suecia y Finlandia no sean miembros plenos hasta finales de 2022 o principios de 2023.
Y esa es, precisamente, uno de los mayores temores de ambos países, tras haber dado un paso que es entendido por el Kremlin como una amenaza directa ante la expansión de las fronteras de la OTAN hasta sus propias fronteras.