Por qué no es tan descabellado que Fernando Simón pidiera ayuda a los 'influencers'
El epidemiólogo, igual que otros expertos, piensa que son fundamentales para llegar a los más jóvenes.
“No tengo mucha relación con las redes sociales, pero sé lo que es un influencer. Creo que hay muchos influencers en España con una visibilidad muy grande que pueden ayudar a controlar la epidemia”. Este fue el llamamiento de Fernando Simón en rueda de prensa hace una semana para concienciar a los más jóvenes sobre el avance de los contagios por coronavirus.
El epidemiólogo se salió del tono habitual de sus intervenciones para trasladar un mensaje de preocupación. Simón confesó que la evolución de la pandemia no iba bien, y se mostró preocupado por la actitud de algunos jóvenes a los que, según él, podría no haberse transmitido bien la información sobre el virus y las medidas de prevención. La edad media de los contagios ha caído drásticamente desde marzo y están en el punto de mira.
Es aquí donde entran en juego los influencers o los youtubers. En los últimos días se ha debatido fervientemente sobre si la idea de Fernando Simón es la más adecuada. En contra están quienes creen que no son las personas más adecuadas para dar consejos durante una emergencia sanitaria. A favor, los que reconocen el impacto que tienen en muchos jóvenes que no se informan a través de medios de comunicación convencionales.
Según el Instituto Nacional de Estadística el 73% de los jóvenes de entre 18 y 24 años no ven la televisión tradicional y, cuando lo hacen, en formatos estilo Operación Triunfo o La Voz, no lo hacen de forma lineal. Combinan el visionado con el uso de redes sociales como Twitter o Instagram.
El Estudio estratégico de influencers de Webedia destaca que los youtubers o influencers, que transmiten su mensaje a través de plataformas como Instagram o YouTube, tienen más influencia en algunas franjas de edad que los famosos o los personajes que aparecen en televisión.
YouTube e Instagram son territorio joven
A pesar de que YouTube e Instagram son herramientas totalmente diferentes entre sí, son las favoritas del público joven. Según el estudio de Webedia, de los usuarios frecuentes de YouTube más de la mitad utilizan Instagram a diario, pero si nos fijamos en la franja 16-24, el porcentaje aumenta hasta el 88%.
Según el mismo informe, los usuarios estrella de YouTube son los preadolescentes (11-15), que entran una vez o más al día. En Instagram, el 71% de los usuarios tienen menos de 35 años. En TikTok, la red social de moda y el nuevo trampolín para influencers, el 85% de los usuarios no superan los 24 años.
Dentro de YouTube los nombres más conocidos son El Rubius (que se retiró de la plataforma por problemas de ansiedad), AuronPlay o Paula Gonu, mientras que en Instagram la reina es Dulceida, que también publica contenido en la plataforma de vídeo.
Los usuarios de estas redes sociales no solo disfrutan del contenido de sus personajes favoritos, también los tienen como referentes y se dejan influir por ellos en sus decisiones. “La recomendación de un youtuber genera más confianza que la publicidad”, sentencia el estudio de Webedia, que también concluye que sólo las recomendaciones del círculo íntimo de familia o amigos influyen más que las de un influencer. Se confía más en ellos que en un famoso o un personaje televisivo.
Las marcas han encontrado en ellos un reclamo para publicitar sus productos ya que para algunas campañas obtienen mejores resultados que con publicidad tradicional. Y es que la recomendación de un youtuber puede incrementar las ventas de un producto en un 27%. De hecho, el 33% de los usuarios frecuentes de YouTube compraría un producto recomendado por un youtuber mientras que el 11% lo haría si se lo recomendase un personaje de televisión.
Para el psicólogo Sergio García, los influencers pueden colaborar concienciando sobre el virus no necesariamente con una charla sino con gestos. “No hace falta que el youtuber se ponga a hablar sobre lo que hay que hacer, basta con que hable con mascarilla delante del micro aunque justo en ese momento no sea necesario”, explica el profesional. Según el especialista los gestos son fundamentales en este sector de la población para el que “no se ha utilizado la pedagogía”.
Es ahí donde los influencers, tanto en el sentido más estricto del nombre como un actor famoso o un rostro conocido, ayudarían.
Cuánto cobra un influencer
Conocer las tarifas de un influencer es casi misión imposible. Ni ellos ni las marcas con las que trabajan suelen contarlo, salvo excepciones como la de Paula Gonu, la que siguen 2 millones de personas en Instagram y acapara otros 2 millones de suscriptores en su canal de YouTube. La joven reveló que ganaba de media 14.000 euros al mes.
Las cantidades dependen de las acciones, del tipo de contenido que se publique y de si es embajador o no de la marca con la que está trabajando. En ese caso, recibirá una suma total por hacer varias publicaciones de contenido. La agencia BrandManic contó a El HuffPost que un influencer con 150.000 seguidores en Instagram puede llegar a ganar entre 950 y 1.200 euros por una acción con tres piezas combinadas (stories, foto fija o IGTV).
Haciendo una regla de tres, un usuario con más de 2 millones de seguidores como Dulceida podría ganar hasta 16.000 euros por una acción combinada. Su éxito le ha permitido expandir su marca más allá de las redes sociales y cuenta con una tienda online, Dulceshop, en la que vende ropa, calzado, bisutería, perfumes y accesorios como fundas de móviles.
La catalana también celebra anualmente su propio festival, el Dulceweekend, que nació como mercadillo y ahora reúne a diferentes participantes que utilizan el evento para vender sus productos, hacer conciertos y montar puestos de comida. En ediciones anteriores cada marca pagó aproximadamente 5.000 euros por poner su puesto. En 2018 las entradas costaban entre 14 y 20 euros en función de los días y huelga decir que se agotaron.
El Rubius, que cuando dejó YouTube en 2019 tenía más de 37 millones de suscriptores, podía embolsarse entre 31.400 y 502.400 euros mensuales según la estimación de la herramienta SocialBlade, que analiza los perfiles de los creadores de contenido de la plataforma. La horquilla es muy amplia por lo que la herramienta señala que los ingresos suelen acercarse a la cifra más baja.
En TikTok, un mercado todavía por explotar en España, la estadounidense Addison Rae se embolsa cinco millones de euros al año, según Forbes.
A nivel internacional, Chiarra Ferragni es el mejor ejemplo de cómo crear un imperio a partir de un blog. La italiana es considerada la primera influencer desde que empezó hace una década con su blog The Blonde Salad. Ahora tiene más de 20 millones de seguidores en Instagram, una marca de ropa, una agencia de talento y factura más de 30 millones de euros al año.
Cuando la pandemia dio sus primeros pasos en Italia, Ferragni hizo suyo el hashtag #iorestoacasa (#Yomequedoencasa) publicando contenido desde su casa de Milán y animando a sus seguidores a no salir a la calle. La influencer lanzó un GoFundMe junto a su marido para recaudar dinero para los colapsados hospitales de Lombardía, haciendo una donación inicial de 100.000 euros. El impacto fue tal que la recaudación superó los cuatro millones de euros, que se destinaron para dotar de recursos a varios hospitales, entre ellos una nueva UCI completa en un hospital de Milán. Ferragni terminó saliendo en las campañas contra el virus del Gobierno italiano.