Fácil y barato: el truco definitivo para limpiar el cepillo de pelo
Mojarlo entero no es buena idea.
Pelos, pelos y pelos. Los cepillos para el cabello son en muchos casos una maraña de pelo que no deja ver apenas las cedras, especialmente en la época de caída del cabello.
Para muchos puede ser un quebradero de cabeza conseguir quitar todos los pelos del cepillo y, por supuesto, hay personas que ni siquiera lo lavan, retiran los pelos y ya. Esto puede tener algunas consecuencias, especialmente si el cepillo está expuesto a humedad en lugares de poca ventilación, como algunos centros de belleza, según un estudio publicado en 2015 en la revista AMJ.
Para tenerlos totalmente limpios no hace falta ni productos extraños ni emplear demasiado tiempo.
Para quitar los pelos
Para eliminar los pelos del cepillo basta con utilizar un peine con mango. Hay que sujetarlo por la zona de los dientes y pasar el mango entre las cedras del cepillo. No al revés. Así se cogen más fácilmente todos los pelos. Lo ideal es hacerlo cada 2 o 3 días, e incluso a diario.
Para limpiarlo
Limpiar el cepillo es necesario para eliminar los restos de cuero cabelludo, caspa e incluso geles, acondicionadores y lacas que se quedan atrapados en la superficie. Según el National Health Institute, hay que hacerlo una vez a la semana o, como mucho, cada 15 días. Además, no todos los cepillos son iguales y cada uno tiene un método de lavado distinto para no estropear los materiales.
De plástico con la base dura: si el cepillo tiene tanto la base dura de plástico como las cerdas (imagen de abajo) basta con mezclar 4 vasos y medio de agua caliente con una cucharada de champú y otra de bicarbonato. Tras esto hay que dejar el cepillo en remojo en el interior de la mezcla unos 20 minutos. Tras esto, coger un cepillo de dientes viejo y frotar por las cerdas y la base eliminando los restos de suciedad. Aclarar con agua y dejar secando bocabajo en una toalla.
De plástico y/o metal con la base blanda: para este tipo de cepillos, hay que mezclar 1 vaso de agua con una cucharadita de champú y otra de bicarbonato. Hay que introducir en la mezcla un cepillo de dientes y frotar por las cerdas, intentando no mojar la base blanda para evitar problemas de humedad. Tras esto, secarlo quitando los restos de jabón y dejarlo con las cerdas hacia abajo sobre una toalla.
De madera y/o cedras naturales: si tu cepillo es de materiales naturales los anteriores métodos lo estropearán. La mezcla en este caso será de 1 vaso de agua y 5 gotas de aceite esencial de árbol del té (que es desinfectante). Hay que sumergir el cepillo de dientes en el recipiente y frotar con cuidado entre las cedras, el mango y la base, sin humedecerlo demasiado, por lo que se recomienda no utilizar mucha cantidad. Basta con secarlo con un paño y dejarlo bocabajo para que expulse los restos de agua.
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