Lo que supone la exhumación de Franco en la campaña electoral

Una campaña que nadie imaginaba así. Ningún ciudadano hace caso a los mítines o a los eslóganes que han lanzado los partidos. A poco más de dos semanas para que los españoles vuelvan a las urnas, la sentencia del procés y los posteriores disturbios en Cataluña tenían en vilo a todo el país.

Las cúpulas de los partidos esperaban una reacción masiva a la sentencia, pero no estaba en sus mentes que se produjeran esas imágenes tan impactantes con barricadas y fuego. Una violencia que, según el propio jefe de los Mossos, no se había visto en estos años en Cataluña. Ni en el 1-O, con el pacifismo como una de las armas del independentismo.

Esta situación también se ha reflejado en las últimas encuestas, que denotan que el PSOE se ha estancado -como mucho conseguiría repetir el resultado del 28-A- o baja en escaños. Todo muy lejos de lo que pensaban los gurús en La Moncloa en verano, cuando avistaban un horizonte de 140 escaños (ahora tienen 123).

El PP está en ascenso, logrando en los sondeos cerca de 100 diputados -ahora cuenta con 66-. Pero una de las grandes sorpresas es que Vox sube hasta en la tercera posición -según las últimas encuestas de ABC y El Mundo-.

Cataluña, Cataluña, Cataluña. Pero este jueves hay un nuevo factor que puede hacer cambiar las tendencias: la exhumación del dictador Francisco Franco. Fue una de las grandes promesas lanzadas por Pedro Sánchez tras llegar a La Moncloa por la moción de censura.

Su idea era sacar los restos el verano del pasado año, pero el culebrón judicial ha alargado hasta ahora el proceso. De hecho, en Moncloa pensaban que sería antes y era una de sus grandes bazas electorales para el pasado 28-A.

Además de su importancia histórica y democrática, también tendrá consecuencias electorales. En el PSOE se espera que sirva para movilizar al electorado de izquierdas, muy hastiado tras no llegarse a un acuerdo con Unidas Podemos para la investidura fallida. Y, además, puede servir para contrarrestar la imagen que se vende en Cataluña desde el independentismo de un Gobierno opresor.

A Sánchez le supone también el punto a favor de que cumple sus promesas y además con un acto que pasará a la historia. Nadie se ha atrevido a hacerlo en 44 años. Esto le hace además retomar la iniciativa tras una semana encerrado en La Moncloa siguiendo la crisis violenta en Cataluña.

Sánchez retoma la iniciativa

El líder del PSOE toma aire de cara a la campaña con la bajada de la tensión en Cataluña, su visita a Barcelona, la exhumación de Franco y la vuelta a los mítines. A lo que hay que sumar los titulares en el extranjero: 58 medios internacionales de 17 países se han acreditado.

Y se pone el foco en las derechas. El PP y Ciudadanos se sienten incómodos con esta cuestión, se abstuvieron en el decreto de exhumación en el Congreso. Pablo Casado ha evitado, por ejemplo, pronunciarse sobre este tema en las últimas horas. Los populares contestan siempre argumentando que no es una prioridad para los españoles, y en Cs han llegado a decir que no se gastarían un euro en esto. “Cortina de humo”, califica la dirección de Cs este proceso.

Los que se han opuesto de manera más dura han sido los dirigentes de Vox. Palabras de Santiago Abascal: “Quien remueve a los muertos acaba pagándolo como la maldición de Tutankamón”. Además, el partido de ultraderecha se niega a condenar el franquismo.

Lo que sí preocupa en sectores del PSOE es que precisamente la exhumación pueda dar alas a la ultra derecha, aunque esto supone también frenar la subida del Partido Popular. Es decir, que los de Abascal recojan los votos de los nostálgicos del franquimo. Juan Chicharro, presidente de la Fundación Francisco Franco, decía este mismo jueves: “Sánchez ha resucitado a Franco, esa España volverá a nacer”.

Ahora toca que voten los españoles.