Estrategias de supervivencia
Una de las cosas más interesantes de ser profesor universitario durante casi dos décadas en México, ha sido atestiguar cómo las estrategias de vida y desarrollo de mis alumnos han evolucionado en estos 20 años, comparadas con las que yo tenía. Esto me fue aún más evidente la semana pasada, cuando inicié un nuevo curso y tuve una larga charla con ellos sobre el futuro.
Huelga mencionar el cliché, el mundo es otro en 22 años. Ya saben, en mis tiempos no existían ni la internet ni las redes sociales, mucho menos soñábamos con aparatos como las tablets, excepto en pelis de ciencia ficción como 2001 y por supuesto que nadie pensaba en cosas como el calentamiento global o la escalada de violencia a nivel mundial.
Cuando yo era un universitario que se creía capaz de comer al mundo crudo, y de un solo bocado, nuestras prioridades eran muy diferentes a las de hoy día: pensábamos en lograr el más alto promedio académico, conseguir un empleo "digno y decente" para hacer una carrera a largo plazo y por supuesto formar una familia por medio de las tres leyes.
Hoy en día, y me parece que desde hace más de una década, los estudiantes universitarios mexicanos, y en general los jóvenes veinteañeros de mi país, tienen la cabeza puesta en otros lados.
Por ejemplo, desde la escuela, buscan mucho más que los números en las boletas de clasificación. Los muchachos que han cruzado por mi aula, desean adquirir conocimiento y prestigio académico, sin embargo lo que más les atrae es la posibilidad de construir un historial extracurricular que les permita adquirir habilidades técnicas y tecnológicas que hagan una diferencia. En mis tiempos solo buscábamos tener el aprobatorio y divertirnos en la época de la facultad, o sea el clásico 'vino, canto y mujeres' entre clase y clase..
Sin embargo, lo que más me ha gustado en esta transformación generacional es la forma en que los chavos de hoy abordan la construcción de su futuro, como innovadores y empresarios. No solamente piensan en el examen de mañana sino que establecen objetivos a largo plazo y las acciones que deberán tomar para lograrlo.
Yo recuerdo que la idea predominante al final del siglo XX en México era una especie de adopción tardía de los lujosos y despilfarradores 80's de Estados Unidos. Todo debía ser nuevo y a la última moda. Por fortuna mis alumnos ya no piensan así y son mucho más pragmáticos: si necesitan reunirse o hacer contactos buscan realizar networking a través de sus universidades o asociaciones estudiantiles; si necesitan vehículos óptimos para realizar su logística de distribución prefieren muchas veces buscar autos usados para conformar sus flotillas, en lugar de los caros autos de las agencias, y si no tienen en la misma ciudad el elemento humano necesario a su alcance recurren a la tecnología para trabajar a distancia.
Por supuesto que esto terminó con las largas trayectorias de 30 o 40 años trabajando para una misma empresa o institución de gobierno, pero creo que también a generado una interesante economía, donde cada quién tiene mayores opciones de desarrollo que el mismo escritorio durante décadas.
Si, lo confieso. Mis alumnos me han hecho salirme del lado oscuro de la fuerza (laboral) y me han enamorado de sus ideas y su arrastre.
Es imprescindible que los chavos tengan este empuje y ganas de innovar en un país de contrastes tan marcados, en el que tenemos una de las mayores biodiversidades y potencial de desarrollo, junto con un territorio donde cabrían holgadamente varias naciones europeas, pero que tiene a su vez a la mitad de la población en la pobreza y un gran problema de violencia y delincuencia.
Ya sé, me he puesto optimista, pero me late mucho por hoy.
Mis alumnos me han hecho pensar que quizá sí hay una salida a la crisis y que podemos construir algo mejor en este hermoso y tropical país nuestro.
#SoloPorHoy
#OptimismoAMil
#ContagiadoDeJuventud
PD: Por si se lo preguntan, cumplí 45 hace menos de dos semanas y si, como dice mi amigo Peter, este optimismo es mi crisis de la edad mediana es muy bienvenida :-)