Estos polos de helado hechos con basura son educativos y asquerosos al mismo tiempo

Se han generado más de 6.000 millones de toneladas de plásticos hasta 2015 y de todos ellos solo se han reciclado un 9%. Son los demoledores datos de un estudio realizado por la revista Science, que no hace más que confirmar las informaciones de otras investigaciones y la voz de alarma que se viene dando desde hace años.

Para concienciar sobre esta problemática, tres estudiantes de la Universidad Nacional de las Artes de Taiwan han recolectado desperdicios de más de 100 lugares distintos y los han congelado en los moldes que se utilizan para hacer polos de helado. El resultado de este proyecto, Polluted Water Popsicles, es gráfico y revelador: uno de los productos estrella del verano convertido en un testimonio del daño que le hacemos a los océanos y de la basura que arrojamos a ellos casi sin ser conscientes.

Hung I-chen, Guo Yi-hui y Cheng Yu-ti han utilizado resina de poliéster para evitar que se derritan y para crear todavía más impacto han decidido envolverlos con papel de colores extravagantes que contrastan la basura que se encuentra en su interior. Una basura que también da nombre a cada 'sabor' de estos peculiares y educativos polos de helado.

Aguas residuales, plásticos, gusanos y todo tipo de partículas de desperdicio forman parte de estos productos que buscan alzar la voz sobre el problema de contaminación de aguas en Taiwan, donde el 60% de los principales ríos están contaminados.

El proyecto ha triunfado en el país, donde ya ha llamado la atención de muchos y ha sido nominado al premio Young Pin Design, que se otorga a jóvenes diseñadores. Además, los cien polos diferentes han formado parte de una exhibición en el World Trade Center de Taipei.

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