Estimar, el Mediterráneo ha llegado a Madrid
El restaurante de Rafa Zafra que ha triunfado en Barcelona abre nueva sede en la capital.
El restaurante Estimar, situado a la espalda del Congreso de los Diputados, es sin duda una de las aperturas que más ruido ha creado en Madrid este último año. El aclamado establecimiento, uno de los favoritos de la crítica en la ciudad condal, está comandado por el chef sevillano Rafa Zafra en esta nueva aventura centra su materia prima en el Mediterráneo sur.
Estimar Madrid conserva la imagen de su hermano mayor, en la que destaca su mesa, donde se exhibe el producto del día, acercarse a ver que te puede deparar la comida siempre es una gran opción. En la carta también podemos encontrar varios guiños del chef, entre otros al restaurante sanluqueño Alhucemas, establecimiento que Ferran Adrià puso en el mapa al afirmar que tenía las mejores frituras del mundo, o también un pequeño homenaje al antiguo negocio del insigne chef catalán, El Bulli, con el tartar de cigalas.
La carta tiende al homenaje, no es un restaurante para ir con el freno de mano echado, ya que entonces es realmente complicado disfrutar de la profundidad de su oferta, que consiste en varias de las materias primas estrellas de un alto coste.
Mi comida empieza con dos erizos de mar, el primero de ellos al natural y el segundo en suquet, fantásticos los dos, el equinoideo se encuentra en su temporada más jugosa y abruma su sabor yodado. Seguimos con unos boquerones fritos, acompañados de una mayonesa cítrica, piel tersa, nada grasos, de los mejores que me he podido tomar, aunque, su precio también justifica que sean de tal calidad. Continua el almuerzo con unas navajas escabechadas y la reina de la casa, las gambas rojas de Roses, en mi caso a la brasa, fantásticas. Terminamos la parte salada con un pescado a la brasa, en este caso un negrito a la bilbaína, acompañado de patatas y boletus. Especial atención a sus postres, sobretodo a la tarta de queso y al inconmensurable flan que se marcan, fino, delicado y cremoso.
El restaurante tiene ciertos puntos negros, como son su servicio, algo despistado y en algunas ocasiones desagradable, también la lista de vinos con no muchas referencias y unos precios elevados son un aspecto negativo. Es verdad que Estimar ha venido a romper moldes, en Madrid al menos no se está acostumbrado a comer por estos precios en un ambiente tan casual; el cliente habitual prefiere una mesa vestida de mantel y un servicio más formal y creo que será difícil que al menos el público mayor se sienta atraído.