Este es el recorrido que ha seguido el arma decisiva de 'Juego de Tronos' desde la primera temporada
Un objeto del que pocos se acordaban ha acabado siendo decisivo.
SPOILERS: si no quieres saber nada de lo que pasa en el tercer episodio de la octava temporada de Juego de Tronos, no sigas leyendo.
Los guionistas de Juego de Tronos demuestran en cada nuevo episodio que son expertos en colarnos pistas. Ya sean los símbolos que deja el Rey de la Noche o una banda sonora misteriosa, a los seguidores nunca les falta material para comentar y debatir en las redes sociales.
El tercer episodio de la octava y última temporada no ha sido la excepción y un objeto del que pocos se acordaban ha acabado siendo decisivo.
Apareció en la primera temporada, en 2011, y no se ha oxidado. No puede, ya que es de acero valyrio. ¿De qué se trata? Del puñal de Arya (Maisie Williams), evidentemente.
Este puñal tiene un largo historial a sus espaldas. Aparece por primera vez en el segundo episodio de la serie, cuando un asesino anónimo trata de acabar con Bran, que está en coma tras el empujón que le propina Jaime Lannister (Nikolaj Coster-Waldau) desde lo alto de una torre por pillarle en pleno incesto con Cersei (Lena Headey).
El puñal pasa a manos de Catelyn Stark (Michelle Fairley), que descubre que se trata de un arma antigua y muy valiosa. Catelyn Stark le entrega el puñal a su marido Ned (Sean Bean) como prueba de que han intentado atentar contra Bran. El puñal viaja entonces a Desembarco del Rey.
Durante la investigación, Meñique (Aidan Gillen) confiesa que conoce el puñal, pero señala que Tyrion se lo ganó en una apuesta, algo que el Lannister niega. Los Stark no llegan a descubrir a quién pertenece realmente el puñal, ya que Ned es arrestado por los Lannister y amenazado por Meñique, que le roba el puñal del cinto y se lo coloca en la garganta para inmovilizarlo.
Posteriormente, el puñal desaparece hasta la temporada 7.
Tras traicionar a Ned Stark, Peter Baelish se queda el puñal, pero se lo regala a Bran cuando regresa a Invernalia. Al no servirle de nada un arma, Bran (Isaac Hempstead Wright) se lo entrega a su hermana Arya.
Irónicamente, a Meñique le sale el tiro por la culata, ya que en el aplaudido episodio 7 de la temporada anterior, este recibe de su propia medicina y se enfrenta a un inesperado juicio por traición en busca de justicia para los tres Stark que hay en Invernalia: Sansa (Sophie Turner), Arya y Bran.
Ante todos los asistentes, Meñique implora perdón en vano. El puñal, que posiblemente él mismo puso en manos del asesino durante la primera temporada, sella su destino cuando Arya le rebana la garganta con él. El karma.
Todo el mundo conoce la predilección de Arya por las armas blancas y este puñal le viene como anillo al dedo, ya que lo puede llevar encima en todo momento. No es consciente del tesoro que lleva consigo, ya que es el arma con el que acaba poniendo fin al Rey de la Noche.
Al final de la Batalla de Invernalia, cuando Bran está a punto de morir a manos del Rey de la Noche, Arya aparece entre la niebla para abalanzarse sobre él.
Este reacciona con una rapidez increíble y detiene en un primer momento a Arya, aunque no logra salirse con la suya. Arya, utilizando una técnica que ya vimos en un entrenamiento con Lady Brienne de Tarth, deja caer el arma en la mano que tiene libre y le asesta una puñalada al Rey de la Noche.
El acero valyrio cumple su cometido y pone fin a las aspiraciones del Rey de la Noche. En las manos de Arya Stark, el puñal que desencadenó la guerra por el Trono de Hierro salva a la humanidad. Queda por ver quién será su próxima víctima, pero hay una tal Cersei Lannister que ha comprado muchas de las papeletas.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Francia y ha sido traducido del francés por Daniel Templeman Sauco.