Este gesto de Harry con Meghan Markle es de lo más comentado en el Reino Unido
"La princesa Diana estaría orgullosa", dicen algunos.
Los ‘fans’ de la casa real británica están encantados con un gesto que captaron las cámaras este fin de semana entre los duques de Sussex cuando iban a subirse al coche el exterior del castillo de Windsor, a las afueras de Londres, tras saludar a la gente allí congregada para expresar el pésame por la muerte de Isabel II.
Tras un paseo de unos 40 minutos junto al príncipe Guillermo y a Kate Middleton, los cuatro se montaron en el mismo coche. Harry iba a subirse por la parte derecha del vehículo, pero antes de ello fue al otro lado solo para abrir la puerta a su esposa. Tras cerrársela también, fue hacia su lado y, al fin, se subió en el automóvil.
El periódico británico Daily Mail ha destacado los comentarios de numerosos usuarios en las redes sociales que alaban ese gesto “de caballero” de Harry. “La princesa Diana estaría orgullosa”, llega a afirmar uno.
Vestidos de riguroso luto, los nuevos príncipes de Gales, Guillermo y Catalina, y los duques de Sussex, Enrique y Meghan, miraron las flores, las tarjetas y dibujos de niños depositados ante el castillo de Windsor, antes de acercarse a los súbditos allí reunidos.
Esta es la primera vez en más de un año que los dos hermanos, hijos del rey Carlos III y nietos de la reina Isabel II, son vistos juntos, después del escándalo provocado en la familia real por la decisión de los duques de Sussex de apartarse de la monarquía a principios de 2020 para vivir en Estados Unidos y ser financieramente independientes.
El príncipe Enrique, que estaba en Alemania cuando el palacio de Buckingham comunicó la gravedad del estado de Isabel II, voló el jueves -día 8- hasta el castillo de Balmoral, en el noreste de Escocia, donde la reina murió a los 96 años.
Dos días antes, la soberana había recibido allí a la nueva primera ministra, Liz Truss, a la que encargó formar Gobierno.
En la gran avenida que conduce al castillo y fortaleza de Windsor, que fue la residencia de fin de semana de Isabel II y donde decidió instalarse en el último año, las dos parejas estuvieron cerca de una hora dando la mano a la gente, hablando y recogiendo los ramos de flores que les entregaban.