Es muy probable que estés poniendo mal el lavavajillas
Error número 3: colocar las sartenes bocabajo.
Pocos temas generan tanta controversia en los pisos compartidos como cuando se trata de poner el lavavajillas. Todos tienen su “fórmula” infalible, pero no saben que probablemente estén cometiendo algunos errores básicos.
Por ello, la edición estadounidense del HuffPost se ha puesto en contacto con distintos expertos para conocer la mejor forma de llenar el lavavajillas y que todo salga reluciente e intacto:
Bandeja superior: Los vasos, tazas y pequeños cuencos deberían ir arriba, bocabajo. Si la base de algún recipiente es cóncava, colócalo un poco inclinado para que no se acumule el agua sucia.
“Todos los utensilios de plástico deberían ir en la bandeja superior también, ya que el calor viene de abajo y puede deformar los plásticos”, advierte Heloise Blaure, chef y bloguera de Home Kitchen Land y autoproclamada perfeccionista con el lavavajillas.
Asegúrate de que los objetos pequeños están bien colocados para que no se caigan y bloqueen el brazo aspersor o aterricen en el calentador.
“Las espátulas, los cucharones y otros utensilios alargados deberían colocarse en horizontal en la bandeja superior junto con las tazas y los platillos”, explica Blaure. Si los pones en vertical con los cubiertos, bloquearán el brazo aspersor y la vajilla no saldrá limpia.
Bandeja inferior: Aquí van los platos, los cuencos grandes, las ollas y las sartenes. Coloca los objetos más grandes a los lados para que no bloqueen los chorros de agua.
Cesto de cubiertos: Coloca los cubiertos hacia arriba, salvo los cuchillos, que es mejor colocar hacia abajo para no cortarte cuando vayas a vaciar la cesta.
Colocar la vajilla en el lugar correcto es algo muy intuitivo, pero hay muchos detalles que debes tener en cuenta para que todo salga impecable.
Sobrecargarlo. Muy bien por tu parte por intentar ahorrar agua, pero sobrecargar el lavavajillas te obligará a volver a lavar algún plato o cubierto. Según explica Whirlpool, llenar demasiado el lavavajillas y amontonar los utensilios hará que no todos salgan igual de limpios.
Colocar objetos grandes y planos cerca de la puerta. Whirlpool también señala que las sartenes y los platos planos deberían colocarse en rejillas que no estén muy cerca de la puerta, ya que si estuvieran cerca, podrían impedir que el detergente llegara a todas partes.
Colocar recipientes y sartenes grandes hacia abajo. Los objetos grandes deberían colocarse de lado, no bocabajo. “Es especialmente importante si el lavavajillas es viejo y no tiene un brazo aspersor superior, ya que si hay una olla o una sartén bloqueando los chorros de agua, esta no llegará a la bandeja superior”, asegura Aleka Shunk, bloguera de cocina de Bite Sized Kitchen.
Bloquear el brazo aspersor. Solo porque te haya cabido todo dentro del lavavajillas no significa que ya hayas terminado. “Justo antes de activar el lavavajillas deberías comprobar que nada bloquee el brazo aspersor para que pueda girar”, recomienda Shunk. Si choca con un plato u otro utensilio, recolócalo antes de activar el lavavajillas o no limpiará correctamente.
Colocar todo en la misma dirección. El agua sale desde el centro del lavavajillas, de modo que te interesa que los platos más sucios miren hacia el brazo aspersor. Si colocas todos los platos mirando en la misma dirección, impedirás que el agua les llegue bien a algunos. “Deberías colocar los platos mirando hacia el centro para que les llegue el chorro de agua a todos”, explica Blaure.
Dejar muchos restos de comida. Puedes meter platos sin aclarar en el lavavajillas, pero deberías rascar los pegotes de comida antes. “Si hay demasiados restos de comida en el lavavajillas puede aparecer moho y tus platos no saldrán tan limpios”, asegura Melissa Maker, presentadora del canal de YouTube Clean My Space.
Aclarar los platos antes de meterlos. Aunque deberías lavar los pegotes de comida antes de meter los platos al lavavajillas, tampoco hay que pasarse. Si tu lavavajillas tiene menos de 10 años, Blaure sostiene que no hace falta aclarar los platos. Aclarar los platos es una enorme pérdida de tiempo, agua y electricidad. Si dejas de lavar los platos en el fregadero antes de meterlos al lavavajillas, tu factura lo agradecerá.
Tal vez sientas la tentación de meter la cocina entera en el lavavajillas, pero debes saber que hay ciertos utensilios a los que no les sienta nada bien el agua caliente y el detergente.
Para concluir, echa un vistazo a los siguientes consejos para mantener tu lavavajillas en perfecto estado y exprimirle todo su potencial.
Limpia el lavavajillas regularmente. Aunque te esfuerces por quitar todos los trozos de comida antes de meter los platos al lavavajillas, se siguen acumulando pequeñas partículas de comida o de papel y esto puede derivar en malos olores y un mal drenaje. Como mínimo, llena el compartimento de detergente con vinagre blanco y pon el lavavajillas a funcionar vacío una vez al mes. También deberías comprobar con regularidad el desagüe y otros recovecos para asegurarte de que no han quedado restos de comida.
Precalienta el agua. Para que el lavado no empiece con agua fría, enciende el grifo de la cocina hasta que salga caliente. Si puedes, asegúrate también de que el calentador del agua está a la temperatura idónea (unos 49 grados).
Organiza los cubiertos por clases. Cuando llenes el lavavajillas, separa los cubiertos por tenedores, cuchillos y cucharas. Parece un detalle sin importancia, pero te sorprenderá el tiempo que ahorrarás a la hora de recogerlos cuando estén limpios.
Ahorra electricidad. Si alguna vez te sientes culpable por la cantidad de agua y electricidad que gastas en cada lavado, recuerda que se puede configurar para gastar lo mínimo. “Quien quiera ser más ecológico, puede cancelar la opción de secado con aire caliente”, señala Maker.
El lavavajillas no es solo para la vajilla. Whirlpool recuerda que hay objetos que no son vajilla pero que pueden lavarse como tal. Eso incluye peluches de plástico, gorras de béisbol, parrillas y botas de agua de goma.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.