Los seis estados clave que determinarán las elecciones de EEUU
Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Florida, Arizona y Carolina del Norte son los 'Swing States', los dudosos, los que fluctúan... y los que dan 101 preciosos votos electorales.
El sistema electoral de Estados Unidos es peculiar. En función del peso demográfico, a cada uno de los estados (con la excepciones de Maine y Nebraska) se le asigna un número de electores y son estos representantes, en última instancia, los que han de sumar y decidir, así, quién preside el país.
A día de hoy, Donald Trump es claro favorito en 22 estados, Joe Biden en 20, y el resto del territorio está en disputa. Y cada cuatro años, vuelven las dudas: hay estados que votan a piñón fijo, que son declaradamente demócratas o previsiblemente republicanos, pero hay otros en los que prácticamente hay empate, donde un puñado de sufragios pueden inclinar la balanza y ser determinantes. La Casa Blanca, en realidad, se juega en seis de ellos: Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Florida, Arizona y Carolina del Norte.
Son los llamados swing states (estados bisagra o pendulares), en los que se puede alternar con mayor facilidad el voto entre ambos partidos y, de este modo, determinar el resultado de la elección nacional. Por eso, ante la incertidumbre, las formaciones se vuelcan con ellos, en un intento desesperado por ganarse esa mayoría tan valiosa.
Sólo en estos seis estados están en juego 101 votos electorales, de los 304 que, por ejemplo, logró Trump en 2016. Todos ellos se fueron entonces a los republicanos. Ahora, a los de Biden les queda la titánica tarea de darle la vuelta a la historia.
Michigan
En 2016, Trump ganó este estado por un estrecho margen, apenas un 0,23%, llevándose así los 16 votos electorales que otorga. Por lo tanto, será uno de los principales puntos de batalla entre ambos partidos ya que los demócratas ven claramente la posibilidad de recuperarlo. Muestra de su importancia es que el vicepresidente Mike Pence ha realizado numerosas visitas a la zona a lo largo del último año a este estado.
En las midterms o elecciones de medio mandato de 2018, el estado eligió a un gobernador, un fiscal general y un secretario de estado demócratas y, además, los republicanos perdieron dos congresistas en favor de sus competidores. Hace apenas dos años. Clara muestra de lo competido que va a estar el resultado. Los demócratas ya están movilizando a docenas de organizadores y llegando a los votantes en áreas industriales más antiguas como Livonia, en las afueras de Detroit. Aquí están algunos de los bloques clave de votantes que tendrán voz y voto en lo que ocurra en 2020, trabajadores pertenecientes a minorías y de talante progresista.
Pensilvania
Trump ganó este estado en 2016 por un margen de menos de 1% y consiguió sumar sus 20 votos electorales. El magnate cimentó su victoria en 56 de los 67 condados del estado, predominantemente rurales o semi-rurales, mientras que Hillary Clinton se llevó gran parte del área metropolitana de Filadelfia, así como de otras ciudades como Pittsburgh, Harrisburg y Scranton.
En las últimas elecciones de mitad de mandato, los electores de Pensilvania escogieron de nuevo a un gobernador demócrata y reeligieron a un senador del mismo partido. Además, consiguieron ganar cuatro congresistas que antes eran republicanos. Entre 1900 y 2016, Pensilvania votó por el candidato presidencial republicano en el 53,33% de las elecciones y por el candidato demócrata en el 43,33%. No hay más que decir.
Wisconsin
Hace cuatro años, Donald Trump ganó inesperadamente en Wisconsin, por un 0,77%, con un 47,22% del total de votos sobre el 46,45% de Clinton. Este estado marcó el punto de inflexión en las elecciones de 2016: cuando se otorgó la victoria en el estado al millonario, sus 10 votos del Colegio Electoral elevaron el total de votos electorales de Trump a 270 (la cantidad necesaria para ganar la elección). El golpe de gracia.
Lo cierto es que en las midterms hubo pocas sorpresas en las elecciones más importantes, ambos partidos repitieron sus resultados y mantuvieron los cargos que ostentaban hasta el momento. Fue estable. Wisconsin votó en favor de los candidatos presidenciales demócratas en las cuatro elecciones celebradas entre 2000 y 2012, y luego votó por el republicano Trump en 2016. A lo largo de su historia, el estado ha votado prácticamente por igual por ambos partidos, lo que hace que en 2020 vuelva a ser un estado impredecible que probablemente se mueva en unos pocos votos.
Florida
Florida es uno de los swing states por excelencia de la política americana, dando lugar a batallas reñidas y resultados muy ajustados. Se juegan allá 29 votos electorales, representa el 5,4% de los 538 votos electorales en juego y el 10,7 % de los 270 votos electorales necesarios para ganar las elecciones, informa el Hispanic Council. Trump ganó Florida por un 1,2% de los votos, lo que le dio un gran impulso para obtener su victoria final.
En las midterms hubo victorias para ambos bandos: mientras que los republicanos le dieron la vuelta a la elección al Senado, su ventaja en la Cámara de Representantes se vio reducida. Además, los de Trump mantuvieron al gobernador del estado.
Si vemos la evolución histórica, entre 1900 y 2016, Florida votó por el candidato presidencial ganador el 76,67% de las veces. En ese mismo período de tiempo, Florida apoyó a los candidatos demócratas a la presidencia con más frecuencia que a los candidatos republicanos, 56,67% frente a 43,33%. En este estado, el voto hispano es fundamental y seguro volverá a ser importante en la elección de 2020.
Arizona
En Arizona Trump ganó con mayor ventaja de la arrojada por las encuestas, obtuvo un 3,5% más de los votos que Clinton. Este estado reparte 11 votos electorales que el candidato republicano sumó a su casillero. Los demócratas controlan ahora la gobernación del estado y más de la mitad de los congresistas de este tras las elecciones de 2018.
Es un territorio diferente, porque en las 17 elecciones entre 1952 y 2016 el candidato demócrata sólo ha ganado una vez (1996, con Bill Clinton). Entonces, ¿por qué puede ser un estado importante? Porque Arizona está experimentando un crecimiento demográfico alto durante los últimos años y es un estado donde el voto joven está cobrando cada vez más importancia.
Pese a ganar, Trump obtuvo los peores resultados de un republicano en el estado desde ese año 96 y a muchos analistas eso les hace pensar que quizá en la próxima cita del 3bde noviembre la batalla se puede endurecer más.
Carolina del Norte
De nuevo, en este estado Trump logró una victoria más holgada, con un 3,5% de los votos sobre la exsecretaria de Estado demócrata. La mayoría de las encuestas pronosticaban un empate o una victoria ajustada de Clinton, pero finalmente se inclinó por el republicano.
El estado sufrió pocos cambios en las elecciones de mitad de mandato, aunque los márgenes del Partido Republicano se estrecharon. Sus 15 votos electorales, más calientes que nunca, pueden ser determinantes en caso de tener una elección ajustada en este año.
Carolina del Norte apoyó al candidato presidencial ganador en cada elección entre 2000 y 2016, excepto en 2012, cuando Mitt Romney se quedó con el estado y perdió la elección. En las elecciones de 2008 y 2012, Carolina del Norte fue el segundo estado con menor margen de votos a nivel nacional. Esto parece indicar que, en caso de darse un retroceso de Donald Trump, se volverá a vender muy cara la victoria en este estado.
Estos son algunos de los estados que pueden ser clave en la elección de 2020 y a los que habrá que prestar atención, pero los expertos señalan que en otros también podremos encontrar batallas reñidas como en New Hampshire, Minnesota, Georgia, Virginia, Nevada, Colorado o Maine.
El fin de toda la incertidumbre está en las urnas.