Esta semana ganó Mánchester… y aún más los emigrantes españoles
En Reino Unido esta semana será la última en la que sufriremos tener solo dos consulados.
El 24 de junio 2011 se suprimieron los consulados generales de Hannover y de Mánchester a través de la orden AEC/1792/2011. En ese texto se explicaba: “Identificadas las Representaciones Consulares que, por haber cambiado las circunstancias existentes del momento en que fueron creadas, resultan ahora menos imprescindibles para el ejercicio de las labores de protección y asistencia consular para las que fueron abiertas.”
Tras dos años del comienzo de aquella crisis del 2009 se buscaba recortar, y los que estamos fuera sin voz ni voto (voto rogado es una manera de robárnoslo) poco podíamos hacer ante esta injusticia que contribuía aun más a una pérdida de nuestros derechos, y en muchos casos a un sentimiento de desamparo por parte de nuestras autoridades.
La historia fue demostrando el error. Los números de españoles haciendo las maletas y llegando a decenas de miles a estos dos países no hicieron cambiar el parecer a los diferentes gobiernos. Durante todo este tiempo miles de ciudadanos que en una mayoría vienen a buscarse el sustento en trabajos en un principio precarios, y que llegaban sin el colchón económico de los ahorros traídos desde España, llegaban a Reino Unido y contaban con una asistencia consular que no se correspondía con la necesidad real.
Hay varios factores que lo explican, siendo el principal la falta de urgencia en registrarse en el consulado general de su demarcación. El registro en el consulado al llegar a tu nuevo destino es obligatorio… pero si no hay castigo, multa ni reprimenda, lo fácil es no hacerlo, y además si vives en Liverpool y tienes que desplazarte a Edimburgo perdiendo un día de trabajo, y además tienes que hacer frente a un billete de tren a precio británico, que es alrededor de 160 euros por ida y vuelta por persona, o más de cuatro horas en coche (si tienes coche) se antoja imposible para gran parte de la población que se registre.
Los gobernantes en España saben mejor que nosotros cuánto ayudó la emigración en plenos años de crisis económica.
Y es el pez que muerde su cola… si no hay registros, no se demuestra la necesidad de incrementar las plantillas consulares, con lo que los usuarios ante colas interminables y plazos larguísimos se quejan del servicio en redes sociales, haciendo que los que no se han registrado pierdan cualquier interés en hacerlo, y los gobiernos si no hay datos que les empujen a hacer cambios e incrementar partidas presupuestarias, pues no lo hacen.
El Brexit y los datos que aúpan a Reino Unido como el principal receptor en el mundo de emigración española los dos últimos años forzaron la necesidad de replantearse la reapertura del Consulado de Mánchester, que jamás tuvo que cerrar… por desgracia como contrapartida se ha cerrado el Consulado de Génova.
La llegada de propuestas del Consejo de Residentes de Edimburgo, a través de mí como consejero por Reino Unido en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE… no habrán oído de este organismo y no les culpo) así como campañas junto a las infatigables compañeras de Marea Granate en Mánchester, plasmaron lo mucho que se echaba en falta un tercer consulado general en Reino Unido.
Los gobernantes en España saben mejor que nosotros cuánto ayudó la emigración en plenos años de crisis económica. Esta sangría de jóvenes, no tan jóvenes, familias, profesionales preparados, “casi niños” sin experiencia laboral, y decenas de miles de trabajadores que se quedaron sin trabajo ni futuro en su país, estaban rebajando en mucho la tasa de paro de España, e imagínense cuánto hubiera crecido si estos titanes no hubieran decidido salir voluntariamente de su país… expulsados económicamente y socialmente.
Y los llamo titanes porque a muchas de las emigrantes que he conocido las considero así… sin saber inglés, con una familia a la que sustentar y haciendo tantas horas como pudieran en trabajos encadenados, con salarios mínimos y pocas posibilidades de acercarse al “salario medio” del país… y aun así estas ganas de trabajar que en España se encontraban con un muro delante, llámese edad, llámese falta de enchufes, llámese una economía que no está preparada para ser creativa y parece tirar solo del chiringuito y la playa, les ha ayudado a muchos de ellos a tener un hogar a largo plazo, y a no preocuparse de pasar de la barrera de los 50, esa barrera que en España levanta una guillotina sobre las cabezas y tras la cual si pierden su puesto de trabajo será muy difícil reengancharte al mercado laboral.
La emigración no es turismo. La emigración es que tus hijos hablen español con acento de Yorkshire y no salgan a jugar a la calle con sus primos. La emigración es no poder ir los sábados a casa de tus padres, y que tus hijos sean prácticamente desconocidos para sus abuelos. La emigración es no saber en tus primeros trabajos en el extranjero si te entienden, y pretender en esos primeros trabajos que entiendes todo lo que te dicen por miedo a perder el trabajo. La emigración es un esfuerzo que se ve recompensado por un salario digno, por dinero para llegar a fin de mes, por un futuro mejor… de tu cuenta bancaria.
En Reino Unido esta semana será la última en la que sufriremos tener solo dos consulados. Este lunes próximo la cónsul general de Mánchester, Laura García Alfaya, secundada por el canciller, Iñaki Torrecilla Vilela, y un equipo de casi 20 trabajadores, entre ellos Sara o Pepe, abrirá las puertas a los más de 30.000 españoles registrados en esta demarcación.
Hay más de 30.000, quizás el doble, y posiblemente ahora que tienen un consulado más cerca se registren.
Este consulado, aparte de ayudar en tramites burocráticos, nos ha traído ilusión con este equipo que han formado. No todos son funcionarios, la mayoría son emigrantes movidos fuera de España por los mismos motivos que el resto. Algunos de ellos no ganarán muy por encima del salario mínimo, no lo olvidemos.
Este consulado y los cambios que están proponiendo, esperamos sean copiados en consulados del resto del mundo… de momento nos aportan ilusión.