Italia, Portugal o Alemania, más generosos que España en sus leyes de nacionalidad
Desde hace años los emigrantes, que en número seriamos la tercera provincia de España, somos olvidados por los que mandan.
En los telediarios, programas de radio y partes informativos de estos días seguimos escuchando noticias y más noticias relacionadas principalmente con el coronavirus y sobre el impacto económico, social, y político que tiene. Es lo normal.
Sin embargo, estas dos últimas semanas se han colado en las noticias y artículos de periódicos unos pocos minutos o pocas líneas dirigidas a analizar un anteproyecto de ley del Ejecutivo que tratará de corregir algunos de los errores históricos de nuestro país para con sus exiliados.
Este anteproyecto de ley de Memoria Democrática tiene muchos ángulos diferentes, y uno de ellos es la reparación de la nacionalidad a los hijos y a los nietos de exiliados por razones políticas, ideológicas o de creencias, y esta corrección no es sólo necesaria, sino que además es justa para asegurarnos que nuestro país no deja ningún ciudadano atrás
Muchos ciudadanos se quedan a veces en los titulares de las noticias y no llegan a sumergirse en leer las propuestas para tratar de entender mejor qué es lo que se trata de arreglar y cuánta gente está afectada por leyes pasadas... y en temas legales, como en el fútbol, todos tenemos dentro un legislador o seleccionador.
Desde hace años los emigrantes, que en número seriamos la tercera provincia de España, somos olvidados por los que mandan. Este olvido es temporal cuando hay elecciones autonómicas, donde estos emigrantes pueden cambiar el color de algunos escaños, como sucedió en las elecciones gallegas.
Aparte del famoso voto rogado, la segunda demanda más importante dentro de este colectivo es la ley de nacionalidad, y en la vía del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) este tema se ha discutido en varios mandatos, a través de la Comisión de Derechos Civiles y Participación, y en subcomisiones específicas.
La voz de la emigración es alta y clara, y quiere que se reparen TODOS los casos de españoles a los que se les ha negado la nacionalidad hasta ahora.
En la propuesta del PSOE que aspira a cubrir las necesidades de los descendientes de exiliados, no han sido generosos suficientemente como para tratar de corregir todos los problemas de la actual legislación sobre nacionalidad, y esos problemas sin embargo sí que están siendo presentados por tercera vez por la senadora de En Comú Podem Sara Vilá Galán.
Sara Vilá Galán lleva años en faena tratando de darnos voz a los que en la mayoría de las ocasiones se nos niega por parte de los principales partidos.
En la propuesta de la senadora, se tratan de corregir los errores de leyes claramente misóginas y discriminatorias que en muchos casos hacen que haya familias con hijos considerados españoles e hijos mayores no españoles, por poner un ejemplo de casos a solucionar.
Esta propuesta que ya se ha llevado tres veces al Senado puede servir para corregir los errores, aunque el Ejecutivo tiene en su mano agilizar los trámites e incluir los tres casos que presenta Sara, adoptándolos como parte de la propuesta de Memoria Democrática.
La flexibilidad que se pide es una flexibilidad que se exhibió por ejemplo en tiempos recientes con la Ley de concesión de nacionalidad a sefardíes originarios de España, aprobada por Real Decreto 893/2015… y una ley que algunos decían iba a incrementar el número de ciudadanos españoles en cifras gigantescas resulto poco menos de 160.000 solicitudes provenientes de todo el mundo, con México liderando.
Lo que queda claro 13 años después del intento en 2007 de corregir los errores a través de la ley 52/2007 (Memoria Histórica) es que las buenas intenciones trajeron en algunos casos discriminación dentro de una misma familia, y no solucionó totalmente el problema que esperamos que a través de la Ley de Memoria Democrática se arregle… pero los afectados tendrán que tener en cuenta que la primera opción para lograr las soluciones pasa por la propuesta que lleva años presentando la Sra. Vilá Galán.
El Centro de Descendientes Españoles Unidos (CeDEU) nos sirve también de empuje en esta propuesta, y han estado de manera constante reivindicando la corrección de las injusticias que originó la ley de 2007 en esta materia: Se olvidaron de las mujeres nacidas antes de 1978 o que perdieron la nacionalidad española al casarse con extranjeros, o e aquellos jóvenes que no solicitaron su deseo de conservar la nacionalidad tras cumplir 21 años, o que dejaron familias divididas donde unos hijos son españoles y otros no por ser mayores o menores de edad… entre otros casos.
No vamos a llegar a una ley de nacionalidad tan amplia como Italia, Portugal o Alemania que han sido más generosos que España en estos reconocimientos de nacionalidad.
Yo como Consejero General por Reino Unido en el CGCEE, veo atónito la falta de rapidez para apoyar y empujar estas propuestas, y no hay mensaje claro por representantes de la colectividad.
La ley de nacionalidad es una aspiración aprobada pleno tras pleno, y deberíamos liderar con nuestra voz para asegurarnos que Pilar Cancela o Carmen Calvo del PSOE se unan a nosotros y con sus voces y votos logremos dar una solución definitiva a este problema.
Y si los políticos, que nos dan tan poquito, han de hacer esfuerzo, es justo pedir que todos los Consejos de Residentes españoles en el exterior (CRE), y más concretamente TODOS en Latinoamérica, levanten la voz y se posicionen… solo el CRE Buenos Aires lanzó un comunicado, que no ha sido seguido por más demarcaciones consulares.
Los representantes de los emigrantes parece que intentan replicar esos sistemas burocráticos antiguos y obsoletos de cientos de ventanillas por los que hay que pasar para lograr algo tan fácil como decir por enésima vez lo mismo. Queremos organizaciones dinámicas y que no estén esperando que su partido político les dé una señal de como posicionarse, y queremos líderes que lideren y no sólo salgan en fotos.
Nos pronunciaremos, y espero que no sea demasiado tarde, y si los CREs de sus países no se pronuncian, busquen otros representantes más comprometidos.