Escrivá defiende la prolongación de la vida laboral hasta los 67 años para sostener el sistema de pensiones
Y lamenta que se haya instalado la cultura de la jubilación anticipada dentro de las empresas.
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha insistido en que la “medida más eficaz” para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones es “la prolongación de la vida laboral” y ha recordado que la reforma de 2011 ya llevó la edad de jubilación a los 67 años.
Escrivá ha señalado en la clausura de la Asamblea del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) que España ya está trabajando en acercar la edad efectiva de jubilación a la edad real y ha defendido la necesidad de incentivar la jubilación demorada.
La edad de jubilación sigue aumentando y llegará a los 67 años en 2027, en lo que el ministro ha considerado que está siendo “una transición suave” y que está siendo aceptada sin generar “mucha tensión”.
“El aumento de la esperanza de vida y la calidad de vida hace que las carreras profesionales puedan ser más largas (...). Los nuevos incentivos a la jubilación demorada y la eliminación de la clausula de jubilación forzosa son cambios normativos que intentan adaptarse a esa nueva realidad”, ha dejado claro.
El ministro ha lamentado que se haya instalado la cultura de la jubilación anticipada dentro de las empresas, ya que se trata de “una forma de pasar los costes a la Seguridad Social” y establece “esquemas muy agresivos”. Por eso, ha pedido en este acto con empresas familiares “cambios internos” para cambiar esa tendencia a la jubilación antes de los 65 años y fomentar “fórmulas de prolongación” de la vida laboral. Además, ha recordado que España es uno de los países de Europa con una tasa de actividad más baja a partir de los 55 años.
El titular de la Seguridad Social también ha criticado la reforma de las pensiones del 2013, acometida por el Partido Popular, por carecer de acuerdo con los agentes sociales y no pasar tampoco por el Pacto de Toledo.
“No tuvo prácticamente recorrido y nos generó un problema. Hubo que acudir a la Unión Europea a decirles que había que aplicar un nuevo marco. Cuando se hacen políticas cortoplacistas, de poco recorrido, terminan siendo un bumerán. Por eso era tan importante el consenso”, ha recalcado.
En contraposición a la reforma de 2013, Escrivá ha defendido la suya, que atendió las recomendaciones del Pacto de Toledo. El sistema actual actualiza las pensiones con el Índice de Precios al Consumo (IPC) medio de noviembre, y aunque el ministro se ha mostrado contrario a la indexación en otros ámbitos de la economía, ha recalcado que en el caso de las pensiones es necesaria para garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas.
El ministro ha asegurado que en la reforma del sistema de pensiones, “acordada con todos los agentes sociales” se han introducido “incentivos para retrasar la jubilación”, y también ha remarcado que esa reforma servirá para “ahorrar un poquito” para cuando se produzca una “mayor tensión” en la próxima década.
Pensiones garantizadas
Escrivá ha expresado que con estas y otras iniciativas incluidas en la reforma de pensiones, la sostenibilidad del sistema de pensiones “está asegurada”, ha dicho, con un déficit que se ha reducido muy rápidamente hasta el 0,9 %, que cerrará este año en el 0,5 % y que al final de la legislatura llegará al equilibrio presupuestario.
Y de cara a las próximas décadas, cuando se jubilará la llamada generación del “babyboom”, el Gobierno ha articulado medidas como el mecanismo de equidad intergeneracional, que dotará de recursos al fondo de reserva, la llamada “hucha de las pensiones”.
“Otra medida que estamos adoptando con los agentes sociales es el destope de la pensión máxima y las cotizaciones correspondientes”, ha dicho Escrivá, una medida que desde el punto de vista de medio plazo “es neutral para la Seguridad Social”, porque primero se recauda por todo y luego se pagan las pensiones.