Escapadas para huir del calor

Este año se ha registrado la temperatura más alta en España desde que se tienen registros. Fue en la localidad cordobesa de Montoro, el pasado 13 de julio, y se alcanzaron los 47,3º centígrados. Con semejantes cifras y encadenando una ola de calor tras otra en buena parte del país, ¿quién no desearía hacer la mochila y lanzarse a buscar refugio en algún lugar donde las temperaturas nos den un respiro? Existen, y aquí te proponemos unos cuantos de ellos sin salir de la Península.

Playa, montaña, gastronomía y una temperatura media que en agosto no alcanza los 25º centígrados. Cantabria es el lugar perfecto para los que buscan disfrutar de la playa lejos del calor y las aglomeraciones. Para ellos existen maravillosos arenales, como el de Langre, bordeado por unos espectaculares acantilados de 25 metros de altura, o el de Noja, ideal para los que buscan disfrutar de deportes como el surf y que fue elegido por Green Destinations como uno de los destinos más sostenibles del mundo.

Los amantes de la naturaleza también tienen opciones como el Parque Nacional de los Picos de Europa o el Parque de Cabárceno, un espacio de 750 hectáreas que acoge alrededor de 150 especies que viven entre lagos y desfiladeros, que harán las delicias de los más pequeños de la casa.

El mes de julio es el más caluroso en La Cerdanya (situada en el pirineo catalán), pero las temperaturas alcanzan de media tan sólo 18,8 grados, una diferencia notable con los niveles que se están marcando este verano en el centro y sur de la Península. Un lugar ideal para de los deportes de montaña y con múltiples rutas para practicar senderismo. Buena muestra de ello es el Sendero del Pirineo, que comienza en Fuenterrabía y termina en Cabo de Creus.

Pueblos como Bellver de Cerdanya ofrecen verdaderas joyas arquitectónicas como el barrio antiguo, lugar en el que Gustavo Adolfo Becquer pasó un tiempo que aprovechó para escribir parte de su leyenda La cruz del diablo. Aquí también se encuentran las pinturas rupestres del Abrigo de la Vall d´Ingla, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1998.

La ciudad portuguesa está de moda y no es difícil entender el porqué. Gracias a su clima Atlántico, la temperatura media en verano es de 25º y los lugares por los que perderse y relajarse son muchos. Gran parte de la vida de Oporto nace entorno al Duero, por lo que es muy recomendable reservar un crucero a lo largo del río, que te permitirá apreciar la belleza de sus puentes, como el de Don Luis I o el de María Pía. Una vez acabado puedes sentarte en una de las terrazas de la Ribera y probar el conocido vino de Oporto que se elabora en algunas bodegas muy próximas al Duero.

Los amantes de la arquitectura y en el arte encontrarán su lugar en la Fundación Serralves. Se puede visitar el museo, diseñado en los noventa por Álvaro Siza, la villa Art Decó de los años 30, con su característico color rosa y los jardines que parecen un oasis en medio de la ciudad.

Para rematar, un par de kilómetros al norte de la ciudad, en la localidad de Matosinhos, encontramos las Piscinas das Marés, uno de los primeros encargos que recibió Siza en su juventud. Se trata de dos piscinas de agua salada, integradas en el entorno rocosao de la playa de Leça de Palmeira.

Hogar del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, situado entre Segovia y Madrid, que es el segundo parque de estas características más visitado de España. Se trata de un espacio único en la Península, perfecto para los amantes de la naturaleza y la fauna salvaje, ya que acoge más de 1.280 especies diferentes, algunas de ellas en peligro de extinción. Destacan algunas espectaculares aves como el águila imperial o el buitre negro, lo que convierte la zona en un enclave obligatorio para el turismo ornitológico, que va ganando cada vez más adeptos.

En Guadarrama también se encuentra el Real Sitio de San Ildefonso, hogar del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, antigua residencia de la familia real y que está abierta al público. El municipio mantiene durante el verano una temperatura cercana a los 25 grados y pasear por los jardines y las fuentes del palacio es un plan más que agradable para pasar un fin de semana veraniego.