Esa cosa verde con pinchos
(Por Pablo Burgués)
Si hiciésemos un ranking de los seres vivos mejor adaptados a las altas temperaturas y al tremendo solapio del verano ibicenco, la medalla de oro sería sin duda para nuestros queridos amigos los cactus (seguidos muy de cerca por las lagartijas y los turistas británicos).
Detrás de su amenazadora apariencia exterior llena de pinchos, estas criaturas verdes esconden un corazoncito la mar de tender que las ha convertido en los habitantes más queridos de los jardines mediterráneos. Sin embargo, a pesar de que la Ibiza está plagada de ellos y de me los encuentro a diario, cada vez que veo uno me hago la misma pregunta: ¿de donde diablos habrán salido unos bichos tan extraños?
Pues bien, hoy me he armado de valor y me he metido en Internet en busca de una respuesta. He ido derechito a Wikipedia (porque sí, porque estoy mú loco) y allí me he encontrado con esto: "pertenecen a la familia de las cactáceas...", "Crecen en climas xerófilos...", "Sus flores son actinomorfas y zigomorfas..." ¿Pero qué idioma habla esta gente por Dios? ¡Es más fácil entender un Corán en Euskera que esto!
Ante semejante sin dios decidí dejarme de estúpidas y vacías explicaciones científicas y me fui a consultar páginas web serias, las de leyendas y esoterismo. ¡Qué diferencia chico! Esa gente sí que habla clarito y además maneja información contrastada y de calidad. Y como muestra de ello aquí te dejo su elaborada teoría sobre el origen de los cactus:
Hace muchos cienes de años, en la lejana e inhóspita región de Catamarca (norte de Argentina) había dos tribus que estaban todo el santo día dándose de palos: los Huasanes y los Mallis. Pero mira tú por donde que al llegar la primavera, cupido lanzó dos flechas de amor sobre aquellas tierras. Su mala puntería (o su mala baba) quisieron que una de ellas impactara sobre Munaylla, la hija del jefe de los huasanes y la otra sobre Pumahima, el hijo del jefe de los Mallis... Movida al canto amigas.
Tras una larga temporada amándose en secreto, la pareja decidió huir lejos de allí en busca de un lugar donde poder dar rienda suelta al amor (y a lo que no es amor). Pero parece ser que al padre de ella la noticia de la huida le sentó regular y acompañado de sus soldados salió a la caza de los amantes.
A la mañana del quinto día, cuando los jóvenes estaban a punto de ser alcanzados por sus perseguidores, ambos comenzaron a rezar pidiendo auxilio a la diosa Pachamama. La madre tierra, que es más enrollada que Will Smith y Pablo Motos juntos, vino en su ayuda convirtiendo a Pumahami en un cactus y escondiendo en el interior del mismo a su amada Munaylla.
Una vez pasado el peligro, la Pachamama se dispuso a deshacer el hechizo, pero los muchachos le dijeron que allí metidos estaban más a gusto que en brazos y pidieron quedarse así forever. Para conmemorar el triunfo del amor, cada primavera los cactus del mundo florecen y regalan sus flores a la diosa naturaleza.
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———— Esta historia se publicó originalmente en mi blog Typic d'aquí