Lo que no debes creerte de lo que muestra 'The Crown' sobre la relación de Carlos y Camilla
Lo del brazalete de Fred y Gladys no fue exactamente así.
En 1981 Diana de Gales y Carlos de Inglaterra se dieron el ‘sí, quiero’ en la catedral de Sant Paul en Londres. Días antes habían vivido una fuerte crisis cuando la joven Spencer encontró en la oficina de uno de los empleados del hijo de Isabel II un regalo para Camilla Parker Bowles.
El momento se muestra en el capítulo 3 de la cuarta temporada de The Crown, aunque según algunos expertos incluyen dos llamativos errores.
El primero es que Diana de Gales encontró directamente la pulsera. Se lo contó en 1997 al periodista Andrew Morton, autor de la biografía Diana, su historia verdadera. ”¿Qué hay en ese paquete?’, le preguntó. ‘No deberías mirar eso’. Así que lo abrí y allí estaba el brazalete”, reveló la princesa.
La serie de Netflix muestra sólo los bocetos de la pulsera, y en los bocetos se incluye otro supuesto error.
El dibujo muestra los nombres Fred y Gladys, apodos con los que se llamaba cariñosamente la pareja. Pero la realidad es que la pulsera, que ha lucido Camila en numerosas ocasiones, lleva sólo las iniciales F y G.
Esa F y esa G no son de Fred y Gladys. La F y la G que golpearon duramente a Diana días antes de su boda con Carlos son de Girl Friday, como apunta el periodista Jonathan Dimbleby. Según éste, Carlos llamaba así a Camilla. Juega a favor de esta teoría que es el autor del libro Prince of Wales: A Biography (Príncipe de Gales: una biografía), publicado en 1994.
Hay dos teorías sobre este sobrenombre. La periodista Kitty Kelly asegura que Carlos llamaba así a Camilla porque en 1979, cuando ésta ya estaba casada con Andrew Parker Bowles, fue como una especie de asistente (además de amante) para él. “Lo ayudaba a arreglar todo. Pasaban horas juntos: cabalgando, cazando, disparando. Actuaba como su anfitriona en las cenas, organizaba almuerzos y fines de semana campestres y, naturalmente, controlaba la lista de invitados. Carlos la llamaba Girl Friday”, cuenta en un artículo publicado en el diario Express en 2019.
Girl Friday era la forma de referirse a las mujeres asistentes, algo así como la versión masculina de Man Friday, uno de los personajes principales de la novela Robinson Crusoe de Daniel Defoe.
La otra teoría señala la película His Girl Friday, de 1940, protagonizada por Rosalind Russell y Cary Grant. En España se tradujo como Luna Nueva. El argumento tiene cierta relación con ellos, porque trata sobre un hombre que intenta alejar a su exesposa recién comprometida de su nuevo amante.
“Estoy seguro de que eso no sucedió”, asegura el historiador británico Hugo Vickers refiriéndose a la conversación de Diana y Camila en un restaurante de Londres. Se muestra en ese tercer episodio de la temporada. En ella la segunda le revela que Carlos y ella llaman cariñosamente Fred y Gladys. “Es una tontería, la verdad”, le dice Camilla.
Sí es cierto que se llamaban así. Los nombres lo sacaron de The Goon Show, un programa de radio británico de los años 50. De ahí que la teoría de que las iniciales son de Fred y Gladys también tendría sentido.
Lo que no se puede confirmar es que se celebrase ese encuentro entre las dos mujeres de Carlos de Inglaterra. Sí se sabe que Camilla invitó a Diana almorzar, pero se desconoce si ésta aceptó.
En el documental de 2017 Diana: In Her Own Words, la princesa cuenta que recibió la carta al mudarse a Clarence House. “Había una carta en mi cama de Camilla, fechada dos días antes. Decía: ’Qué noticias tan emocionantes sobre el compromiso. Vamos a almorzar pronto cuando el Príncipe de Gales vaya a Australia y Nueva Zelanda. Y me encantaría ver el anillo”, le escribió.
La serie incluye otro error al mostrar la relación que mantuvo Carlos con Camilla tras su boda con Diana, asegura Vickers. En el capítulo 4, el príncipe de Gales le cuenta a la reina Isabel II que siguen quedando para cazar, pero lo cierto es que tras la boda dejaron de verse.
“El príncipe Carlos vio a Camilla una vez entre el compromiso y el matrimonio. Fue para entregarle la pulsera”, cuenta. “Tras esto, según mi entendimiento, no se vieron hasta 1986”. Según la biografía de Sally Bedell Smith, autora del libro Diana in Search of Herself: Portrait of a Troubled Princess, fue entonces cuando retomaron su aventura.
En el periodo entre 1981 y 1985 pudieron coincidir en compromisos oficiales, dice Vickers, pero eso no tiene que ver con intimidad.