Lo que supone que Más Errejón se presente a las elecciones
Revolución total en el tenso espacio de la izquierda; espera morder en la abstención.
El 10-N no será el 28-A. Y la izquierda se va enfrentar a un panorama totalmente distinto con la irrupción de Más Madrid a nivel nacional, con Íñigo Errejón como imagen principal de este movimiento. Todo puede pasar a partir de hoy.
Las bases de Más Madrid han dado su mandato este domingo: salto a la política nacional después del fracaso político. Su motivo principal es buscar el apoyo de los desencantados, de los ‘huérfanos’ en la izquierda tras la batalla PSOE-Unidas Podemos y captar a los que iban a abstenerse.
El 99% de los militantes ha levantado la papeleta verde para concurrir al 10-N y se ha “visto como idóneo la presentación de Íñigo Errejón”. El próximo miércoles se concretará en una asamblea el tema de los nombres. El que fuera fundador de Podemos no ha acudido a la reunión para no condicionar el debate.
A Errejón le preocupa repetir los errores de Podemos
Errejón se ve envuelto ahora en un terremoto político que parecía no apetecerle. Hasta ahora había negado ese salto tanto en público como en privado y aseguraba que no quería cometer uno de los errores de Podemos: las prisas y la falta de tiempo para construir un proyecto sólido. Manuela Carmena, la primera opción barajada, se descartó esta misma semana.
Una de las mayores preocupaciones que hay en la izquierda es la abstención el próximo 10-N. Las elecciones de pasado 28-A fueron todo un éxito de participación, superior al 75% -la más alta en quince años-. Y esa gran movilización siempre beneficia a la izquierda.
En los partidos de izquierdas inquieta ahora que el electorado que se ilusionó el 28-A y pensaba que habría un Gobierno progresista caiga en el desencanto y penalice a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. En La Moncloa y en Ferraz creen que al final se movilizarán los ciudadanos, pero los cuadros medios y territoriales trasladaban esos días la dificultad de hacer campaña ahora y el cambio de relato -en julio los socialistas podían vender mejor el rechazo de Podemos a la Vicepresidencia y los tres ministerios-.
Hay una parte importante de los electores del PSOE y de UP enfadados con sus partidos ante la situación. El presidente en funciones ha mandado una carta a su militancia, consciente de ello, pero llamando al voto a todos los progresistas. El único antecedente es la repetición de las elecciones en 2016 y la participación bajó 3,2 puntos (del 69,7% al 66,5%).
Y ahí es donde puede pescar especial Errejón: una válvula de escape para los votantes que oscilan entre el PSOE y Unidas Podemos. Incluso podría morder entre algunos de Cs de centro decepcionados con el acercamiento a Vox y el PP, pero que nunca votarían a Pedro Sánchez o Pablo Iglesias.
Una de las grandes dudas que ahora tendrá que despejar Más Madrid es qué ‘más’ circunscripciones es. Es un partido que no tiene implantación todavía ni siquiera en todos los municipios de Madrid y sin ningún tipo de estructura. Un de las ideas que flota es hacerlo solo en algunas provincias y con acuerdos (por ejemplo con Compromís en la Comunidad Valenciana).
Este es uno de los interrogantes con los que nace este partido: ¿merece la pena el intento tan solo para conseguir una veintena de diputados? Entre los hoy presentes en la Asamblea pesaba más la ilusión de vencer a la desilusión que ese cálculo.
Y es que Más Madrid ha sido hasta ahora un producto muy madrileño, sin mensajes en clave nacional ni experiencia territorial -Madrid no es igual al resto de España y la política no funciona de la misma manera-.
Su salto tiene un efecto objetivo ya: la división de la izquierda. En las pasadas elecciones del 28-A fue la derecha la que protagonizó una cainita batalla a tres bandas (PP, Cs y Vox). Pero tras las fracasadas negociaciones y vistas las declaraciones estos días, estos comicios trasladarán la pelea a la izquierda.
Y la división no viene bien en ningún bloque. De hecho, Más Madrid, Podemos y el PSOE ya lo vivieron hace apenas unos meses: en las locales y autonómicas del 26-M. La división les penalizó y se perdió el Ayuntamiento de Madrid, además de no lograr la Comunidad cuando todas las encuestas lo vaticinaban.
Pablo Iglesias ya daba por hecho el salto de Errejón a la política nacional tarde o temprano. Siempre han pensado que Más Madrid era la excusa para crear su propio partido y que su ambición siempre ha sido ser un líder nacional.
Deberían ser los más perjudicados teóricamente por la llegada de Errejón, pero entienden que sus votantes del 28-A son proclives a la actual línea de la dirección. Además, creen que no todos los electores de izquierdas tienen esa buena imagen que Errejón proyecta en los medios y que puede ser visto como un traidor y el causante de la división.
Mejores palabras han tenido en el PSOE durante este tiempo sobre Errejón. El propio Sánchez confesaba esta semana que el fundador de Podemos había hecho cosas “positivas y esperanzadoras”. Se muestran los socialistas seguros de su victoria y no creen que les reste, pero muchos votantes que se inclinaron por Sánchez para frenar a Vox y que no comulgan con Iglesias podrían encontrar en Más Madrid su refugio.
Eso sí, en el PSOE están convencidos de que el entendimiento con Errejón sería mucho más fácil después de las elecciones que con Iglesias. Además, restaría fuerza a UP de cara a los pactos posteriores y entraría dentro de los planes del PSOE de que los ‘morados’ se queden en una especie de Izquierda Unida.
Lo que está claro es que las encuestas actuales ya no sirven. Las publicadas este fin de semana por medios como El País y La Vanguardia hablan de una subida del PSOE y, especialmente, del Partido Popular, con UP bajando algo pero consiguiendo ser tercero por el batacazo de Cs.
A la espera de que se ratifique a Errejón como candidato, también es una incógnita saber cómo funcionará como ‘número uno’ a nivel general. Y se enfrentará también a una campaña muy distinta: solo durará ocho días por ley. En esos días serán imprescindibles los debates electorales en televisión y él no estará al no tener representación en el actual Congreso de los Diputados.
Tendrá también que posicionarse en distintos temas sobre los que ha pasado de puntillas en Madrid. El primero: Cataluña. La sentencia del Supremo sobre el juicio del procés marcará este otoño y tendrá que clarificar este nuevo partido si apuesta por un referéndum. Además, llegan nubarrones económicos, un tema que suele perjudicar en las urnas a la izquierda. Otra duda: ver si conecta con las clases más trabajadoras o con el perfil de clase media urbanita.
Hoy empieza una aventura de la que no se sabe apenas nada. Un giro de guión que anima a la hipervitaminada política española. ¿Quién está escribiendo este guión?