Errejón y el 'déjà vu' de Nueva Izquierda
¿Podemos confiar en que van a pensar en nosotros quienes son capaces de traicionar a sus propios compañeros y a los madrileños?
Domingo 26 de mayo de este año. Íñigo Errejón sube al escenario y proclama que “ha nacido una nueva izquierda”, tras el resultado electoral de Más Madrid en las elecciones municipales y autonómicas de ese día.
Una “nueva izquierda”, renegando de su fetiche transversalidad y encasillándose en el lado izquierdo del tablero, aquello de lo que tanto acusó a Podemos y razón principal que esgrimió para formar su escisión. No deja de ser paradójico como presentación del nuevo proyecto.
Con esa idea Errejón ha sacado su proyecto de Madrid para presentarlo a nivel estatal. Con esa idea sumada a la de ser una fuerza política más amable con el PSOE que el contestatarío Podemos, con la intención de guiar al PSOE hacía la izquierda. Pero estos movimientos nos suenan, sentimos un déjà vu al escucharlos. ¿Esto es la “nueva izquierda” o Nueva Izquierda?
Nueva Izquierda fue una corriente creada dentro de Izquierda Unida (IU) por Cristina Almeida y Diego López Garrido. Esta corriente nació en un contexto de dura oposición de IU, liderada por Julio Anguita, al gobierno de Felipe González. Los sectores agrupados en torno a Nueva Izquierda eran críticos con la estrategia de Julio Anguita de confrontar con el PSOE, y abogaban por un entendimiento con el partido liderado por Felipe González, que en la práctica era ser la muleta del PSOE (¿no nos suena de algo este planteamiento?).
El posicionamiento de Nueva Izquierda era muy minoritario dentro de IU, pues la mayoría de la coalición respaldaba la estrategia seguida por Julio Anguita, pero la presencia mediática de esta corriente era abrumadoramente más importante que su apoyo dentro de IU. Esa visibilidad que los medios les daban no tenía otro fin que ayudar a desgastar a Julio Anguita y desacreditar su estrategia de desgaste para con el PSOE (creo que estamos teniendo otro déjà vu, nos vienen imágenes de Llamazares y Errejón a la cabeza).
Tras enfrentarse a la dirección, los tres diputados de IU en el Congreso que pertenecían a Nueva Izquierda se desligaron de IU pero mantuvieron su acta de diputados, fundando el Partido Democrático de la Nueva Izquierda (PDNI) (estamos sintiendo otro déjà vu, vemos a Clara Serra como portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid mientras ya se iba a presentar por Más Madrid, vemos en la bancada morada, también conservando su sillón mientras ya se habían marchado a Más Madrid, a Tania Sánchez, Eduardo Fernández Rubiño, Hugo Martínez Abarca…). Finalmente, el PDNI terminó integrándose en el PSOE.
Quizás tampoco sea muy “nueva izquierda” formar otro partido (Más Madrid) utilizando los recursos que te proporciona el partido por el que te vas a presentar a las inminentes elecciones autonómicas (Podemos), abandonar tu partido, traicionar a los compañeros que te habían apoyado como candidato (Pablo Iglesias) y a los militantes que te habían votado para que les representaras en la Comunidad de Madrid, pedir a los madrileños que confíen en ti, decir que tu proyecto es Madrid, y a la vuelta de la esquina dejar tirados a los madrileños para presentarte al Congreso (no solo Errejón y su corriente, también “carmenitas descalzos”, como diría Enric Juliana, como Marta Higueras, número 2 de Manuela Carmena). Quizás no sea muy “nueva izquierda”, solo quizás.
También nos produce un déjà vu la “nueva izquierda” de Errejón cuando apoya y aprueba pelotazos urbanísticos como la Operación Chamartín, en contra de los vecinos y para beneficio de las élites financieras, como aquella vieja Izquierda Unida Comunidad de Madrid (IU-CM) que participaba gustosamente en las operaciones de Bankia, con Moral Santín y su tarjeta black como máximo exponente. De aquella vieja IU-CM procede Inés Sabanés, quien apoyó como portavoz municipal de IU-CM la recalificación de los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, donde ahora se ubica el Cuatro Torres Business Area, el gran pelotazo urbanístico de Florentino Pérez.
Tampoco suena a “nueva izquierda” la obsesión de algunos de sus miembros por el calor confortable del sillón público, ni la falta de palabra y principios. Podríamos citar varios ejemplos, pero quedémonos con tres, por paradigmáticos y ligados, que precisamente vienen de aquella IU-CM:
Tania Sánchez era candidata de IU-CM a la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2015, apoyada por la nueva generación dirigente que encabezaba Alberto Garzón. Meses antes de las elecciones, tras haber sido elegida por su militancia, dio una rueda de prensa anunciando que dejaba IU. Aún resuena una frase: “No, punto. No vamos a entrar en Podemos. Lo puedo decir otra vez. No, punto. No vamos a entrar en Podemos”. En aquella escisión estaba acompañada por, entre otros, Jorge García Castaño, concejal de IU-CM en el Ayuntamiento de Madrid y aspirante a candidato en la lista de Manuela Carmena por Ahora Madrid, y por Hugo Martínez Abarca.
No, no se iban a Podemos, dijeron. Pero fundaron la plataforma Convocatoria por Madrid y se integraron en las listas de Podemos, con Errejón nada contento por su supuesto perfil izquierdista, y enfrentándose en las elecciones a IU, tanto en las autonómicas (para las que Sánchez era la candidata hasta unos meses antes) como en las generales. Una vez fueron elegidos diputados Tania Sanchez (en el Congreso) y Martínez Abarca (en la Asamblea de Madrid), y García Castaño concejal en el Ayuntamiento de Madrid, disolvieron Convocatoria por Madrid y se integraron en Podemos. No, no se iban, habían dicho. Punto.
Durante el gobierno de Manuela Carmena ocurrieron cosas que no creeríais. Carmena echaba a Carlos Sánchez Mato (IU) de concejal de Hacienda por no arrodillarse ante el PP y las élites, y colocaba en su puesto a García Castaño, su ex compañero de IU. Sorpresa.
Este año, los tres dejaban Podemos para irse a la escisión de Más Madrid. En apenas cuatro años han pasado por cuatro partidos políticos diferentes, sin levantarse del sillón: IU, Convocatoria por Madrid, Podemos, y Más Madrid.
Ahora, el siguiente paso de Errejón y su corriente ha sido Más País. Ahora, todos ellos se han bañado en el Jordán del ecologismo y se han despertado queriendo ser un partido verde, cuando nunca habían mostrado tamaña preocupación por el cambio climático. No sabemos si realmente ahora serán fervientes ecologistas, pero sí que les gusta mucho dejarse llevar por energías renovables como el viento que pueda llevarlos a un nuevo sillón.
Ciertamente, una ardilla ya no puede cruzar España saltando de árbol en árbol, pero sí puede hacerlo saltando de escisión de la izquierda en escisión de la izquierda. Aunque quizás no tan rápido como pueden cruzarla algunos con la propulsión que les da la falta de principios y el ansia de sillones.
La “nueva izquierda” de Errejón se ha concretado en escisiones, principios cambiantes, políticos profesionales que saltan de partido en partido, deslealtades para con compañeros y votantes… No parece que sea muy “nueva izquierda” pero sí se da mucho aire a Nueva Izquierda. Quizás los españoles debamos preguntarnos: ¿podemos confiar en que van a pensar en nosotros quienes ya han demostrado que son capaces de traicionar a sus propios compañeros y a los madrileños?