Errejón: "Más Madrid va a seguir subiendo, no hemos tocado techo"
El líder de Más País defiende que “votar a Ayuso es lo mismo que votar a Vox”.
Un grupo de jóvenes teclean sin parar en sus portátiles, las redes arden. Desde las alturas. Es el piso catorce de un edificio de la Gran Vía, en el centro del centro. Se divisa todo Madrid, 360 grados. Sobresalen al fondo las Cuatro Torres, que miran de reojo al faro de Moncloa y al Pirulí. Llueve en este abril electoral, que juega a confundir el gris de las nubes con el verde de la Casa de Campo. Bienvenidos al cuartel general de Más Madrid.
Íñigo Errejón ya tiene un poco tocada la garganta tras semanas luchando junto a Mónica García, la candidata desconocida que gana cada día más enteros en los sondeos del 4-M. Más Madrid confía en este esprint final de la médico anestesista del Doce de Octubre para que las izquierdas sumen y puedan desbancar a Isabel Díaz Ayuso de la Puerta del Sol. Al fondo se intuye el famoso reloj que da las campanadas. El líder de Más País lo radiografía: sostiene que las encuestas dicen que van a seguir subiendo y que no han tocado techo. Y piensa que todavía hay tiempo para dar el vuelco, falta ese “empujoncito” final. La clave está en la participación: si en Fuenlabrada salen a votar como en La Moraleja, habrá un Gobierno distinto.
En estos días de crispación, Errejón llama a que gane la política de lo cotidiano, de las cosas que importan a los ciudadanos. Se sube a esa “ola verde” que empieza a surgir en Europa, mirando a Alemania. No soporta la idea de que, a partir de mayo, haya en la Consejería de Educación alguien de la ultraderecha, como ya pasa en Murcia. Advierte de que votar a Ayuso es como votar a Vox, ese “grupo de millonarios del PP” que propone “machacar” a los más débiles. Aún hay tiempo, propugna, para que se logre un Gobierno “decente” en la Comunidad.
Sobres con balas, navajas ensangrentadas, cartas con proyectiles… Retomando la frase de Vargas Llosa de “cuándo se jodió el Perú”, ¿cuándo se jodió España, si es que se ha jodido? ¿Qué está pasando?
Este año ha sido durísimo y ha dejado una sociedad muy maltrecha, eso se está alimentando con un clima político irrespirable, que, además de sembrar la división y el odio —y creo que hay dirigentes políticos concretos dedicados a eso—, está dificultando las posibilidades de que volvamos a ser una sociedad. Es muy importante, frente a la política del odio, poner una política de la vida cotidiana, de reconstruir las cosas pequeñas. Y también que no olvidemos las grandes lecciones del inicio de la pandemia y del confinamiento. Esas cosas son sencillas: si sabías que tenías servicios públicos que pudieran cuidar de ti, si tenías tiempo para estar con tus seres queridos, si podías respirar un aire limpio, si podías tener seguridad en el empleo… Quienes siembran el odio van en la dirección de deshacer la sociedad y sustituirla por una selva en la que todo el mundo está en guerra con todo el mundo.
¿La izquierda tiene alguna responsabilidad en la creación de este clima de odio y crispación?
Le hice hace unas semanas una pregunta parlamentaria al ministro Marlaska en la que le hablaba de la LGTBifobia y de los que sembraban el odio. Le decía que hay cosas que se dicen a veces en la política delante de un micrófono o en una Cámara que luego van permeando hacia abajo en la sociedad y se convierten en agresiones a la salida del colegio. Por tanto, que un diputado de Vox dijera en un momento dado literalmente que “en España hemos pasado de pegar palizas a los homosexuales a que el lobby gay imponga sus normas” es muy posible que después se convierta en bromas, acoso, hostigamiento y, al final, en palizas por su orientación. Hay políticos que se dedican a sembrar el odio. Es una estrategia que están siguiendo los reaccionarios y la extrema derecha. El debate es cómo lo desactivamos. En realidad, lo que ellos proponen es una democratización de la crueldad: por muy mal que estés siempre va a haber alguien sobre el que puedas ser tan cruel como la vida contigo. Esto es Trump y Bolsonaro. Buscar un culpable más débil sobre el que lo puedas descargar. Quieren sembrar eso.
Tenemos que hacer lo contrario, que vuelva la sociedad, que cuidemos de los nuestros, porque puede haber un futuro mejor. Hace mucho que no hay películas ni series de ciencia ficción optimistas, en algún momento perdimos la capacidad de imaginar que podía haber un futuro mejor. La pelea es por restablecer la idea de que hay futuro, pero para que lo haya hay que ir juntos. El mejor ejemplo es la vacuna, sólo funciona si se vacuna toda la sociedad, todo el mundo. Como el cambio climático, son retos que sólo podemos enfrentar como sociedad. ¿Que ofrecen los reaccionarios y la extrema derecha? El mundo se va al carajo, pero tú puedes pisar a otro, como los niños no acompañados, la comunidad LGTBi, las feministas. Mientras ellos están llamando al odio y hablando de racismo, nosotros estamos hablando de salud mental, de ambulatorios, de servicios públicos, de conciliación, de educar a los niños en libertad. La política de lo pequeño y de lo cotidiano es el mejor antídoto contra la política del odio.
Para combatir el odio, recurrir a la solidaridad. Pero hay muchas formaciones que les espanta esa palabra. ¿Es viable?
Es que no hay otra. Hay que dejar de pensar en términos del siglo XX, estamos en el XXI y la mayor parte de los retos son demasiado grandes para enfrentarlos solos. Necesitamos un gran esfuerzo para que sean sociedades en las que la gente vuelva a hacer planes de vida tranquilos. La revolución que hace falta es una grande de pequeñas cosas: que sepamos que las siguientes generaciones van a respirar un aire limpio, que van a tener agua, que va a haber empleos, que las prestaciones sociales ayuden a quien ha tenido un golpe de mala suerte, que los servicios públicos garanticen excelencia y atención universal, que la escuela pública sea un motor de oportunidades… Al final está todo ya inventado.
Lo que está proponiendo es casi una reconstrucción social...
Estoy convencido de que hay muchos votantes que a lo mejor se consideran que son más bien conservadores. Lo que estamos diciendo es que en algunas cosas las mejores ya están inventadas y hay que conservarlas. No me considero conservador, soy de izquierdas, pero es que las derechas que tenemos enfrente no son conservadoras. Estamos ante una tesitura básicamente de reconstrucción social. ¿Qué vamos a ser en el futuro? ¿Una sociedad o una especie de carrera enloquecida hacia delante del sálvese quien pueda pasando unos por encima de otros? Prefiero lo primero porque podemos ser más felices. La política tiene que ir de eso. En algún momento alguien nos contó que la política tenía que ir de grandes declaraciones. Tiene que ir de si dormimos bien, de si somos felices, de si dejamos un país mejor. No hacen falta grandes gesticulaciones. A los que siembran el odio hay que decirles con toda tranquilidad que no queremos ser una jungla. Ese mensaje es mayoritario socialmente, y apelamos desde Más Madrid a que lo sea en las urnas.
Lo que dice Ayuso a la izquierda es que están montando el “circo” y “sobreactuando”. ¿Qué le contesta?
Que las cosas no están bien en Madrid y que para decir eso no hace falta insultar ni gritar. Los madrileños han estado solos durante mucho tiempo y se les ha dicho que estar solos es ser libres. Pero para ser libre tienes que tener el derecho a vivir sin miedo y el derecho a elegir. Eso no puede venir de tu dinero. Si el derecho a elegir depende de tu dinero, no es un derecho, es un privilegio. Es un modelo social muy antiguo, aunque le parezca a la señora Ayuso que lo acaba de descubrir. La Humanidad ha avanzado porque ha sabido hacer otras cosas, porque es capaz de juntar muchas energías y planificar qué quiere hacer hacia el futuro. La vacuna es un ejemplo. Le tenemos confianza a la Humanidad, a la señora Ayuso eso le parece una cosa radical. Es la civilización, lo otro sería desandar muchos siglos de aprendizaje colectivo. Además, para todos se nos ha hecho evidente. En Madrid había mucha gente que ofrecía su coche para ayudar a otra gente en Filomena, que se apuntaba a redes vecinales para recoger alimentos y ponerlos a disposición de los que lo necesitaban. El otro día estuve en una despensa solidaria en Getafe que ayuda a 180 familias básicamente con la solidaridad de los comités de empresa de la zona y de los vecinos.
¿Son “mantenidos” como dice Ayuso?
Supongo que para la señora Ayuso son mantenidos. Son ciudadanos ejemplares, gente que echa una mano al de al lado y que no deja a su vecino tirado. Gente que comparte. Lo que más humanos nos hace es la empatía, que no es el cariño al que conoces, sino la capacidad de que te duela si le duele incluso a alguien que no conoces. Ese lazo social, que es amor, es más poderoso que los lazos del odio, distancia, enfado y enfrentamiento. Eso lo representa Mónica, es una candidata de la empatía. Lo ha hecho toda la vida. Antes de estar en política se dedicaba a cuidar a los demás y es su forma de intervenir en la sociedad. Eso se está reconociendo, no ha habido semana que no hayamos dejado de subir en las encuestas. Fuimos los que más intentamos evitar las elecciones, registramos una moción de censura. El PP confundió que intentásemos evitar las elecciones con que las temiéramos. Lo que decíamos es que no hacían falta y eran irresponsables, que se están paralizando miles de millones de ayudas para las pequeñas empresas por culpa de los comicios, que se hacen para que el PP, si le dan los números, cambie de socios, que deje tirado a Cs, como si fuera un despojo, hacia la extrema derecha. Es lo que quiere. No me lo estoy inventando, ya lo han hecho en Murcia, donde le han dado la Consejería de Educación a la extrema derecha. Eso me parece un peligro para los niños.
¿Y cree que aquí se la dará también? ¿Entrará Vox en el Gobierno de Ayuso si le dan los números?
Ayuso lo ha dicho, que si le dan los números los quiere en el Gobierno. De hecho, ha dicho que, más allá del resultado electoral, quiere expertos de Vox en su Gobierno. Todo el mundo lo tiene que saber. En la práctica, votar a Ayuso es lo mismo que votar a Vox porque aspira a formar un Gobierno con ellos. Prefiero que la Consejería de Educación esté en manos de alguien que garantice, por ejemplo, que a los niños y niñas LGTBi se les dice que no hay nada malo en lo que son, que tienen toda la libertad, en lugar de que se ponga a un o una integrista que les diga que son unos enfermos, que hay algo malo y que se tienen que curar. Eso provocaría mucho dolor.
La candidata de Más Madrid arrancaba el primer vídeo de campaña diciendo “soy Mónica García”. En el debate electoral también se presentaba porque era una de las grandes desconocidas de esta campaña. En las últimas encuestas prácticamente le dan un número parecido de escaños que el PSOE. ¿Qué diferencias puede encontrar un votante que duda? ¿Qué le ofrece Más Madrid que no lo haga el PSOE o Unidas Podemos?
A ese votante lo primero que le diría es que vote. Que decida lo que decida, vote. Nos han puesto unas elecciones en un martes, que no han querido que sea festivo, por lo que va a ser más difícil que la gente trabajadora vote. Por eso precisamente hay que hacer un sobreesfuerzo. Lo segundo, pediría que vote porque queremos un Gobierno decente en Madrid. Lo tercero es que Más Madrid siempre ha estado representando la alternativa frente al desastre del PP, siempre va a estar, que escuche a Mónica, que le dé dos minutos. Creo que somos la única fuerza política que nunca se ha desviado de las cuestiones que de verdad importan. Que a lo mejor no hacen tanto ruido, pero que son las decisivas en el siglo XXI. Creo que dentro de 20 años nadie se va a acordar de la mayor parte de las noticias que hoy hacen mucho ruido. Sin embargo, nos acordaremos de si le hemos hecho frente a la salud mental, al cambio climático o si hemos reforzado los servicios públicos.
¿Habrá sorpasso al PSOE?
Tiene que haber suma para ganar a Ayuso. Nosotros no nos equivocamos: el adversario es el desgobierno del PP del maltrato a los servicios públicos. A aquellos con los que queremos cooperar y con los que estamos cooperando les tratamos como compañeros. Siempre ha sido nuestra forma de hacer política, lo fue en las últimas elecciones madrileñas. Tendimos la mano a todo el mundo, incluso a Cs para un gobierno alternativo, que lo desechó y se va a quedar ahora fuera de la Asamblea. Alguno debería reflexionar sobre lo que hicieron entonces, no ha sido bueno ni para los madrileños ni para su partido. Lo hicimos en el Congreso: Sánchez ha sido elegido por dos votos de diferencia y nosotros le prestamos tres. En Madrid nadie duda de que vamos a cooperar y, por tanto, el único objetivo es sumar más. Me respaldan las encuestas si digo que hoy el motor del bloque progresista es Más Madrid, la fuerza que no para de subir y de incorporar a nuevos electores a la transformación es Más Madrid. Somos una fuerza con tasas récord en los nuevos votantes. Estamos siendo el gran empuje del bloque progresista. A los compañeros les deseamos suerte y que sumen.
Pero si el bloque progresista alcanza los 69 escaños de mayoría absoluta, ¿Más Madrid aceptaría un pacto sin condiciones?
Si sumamos, hay Gobierno. No es una declaración en campaña electoral, es nuestra forma de hacer política siempre. Lo que nos estamos jugando en Madrid es lo suficientemente importante como para que no nos enfrasquemos en hablar de nosotros. Las discusiones para formar Gobierno no pueden ser por y para los líderes políticos, tienen que ver con los hospitales, la vacunación, la generación de empleo verde, el feminismo y los cuidados, la conciliación… Esas son las cuestiones para las que necesitamos un Gobierno alternativo. Nuestra trayectoria nos avala. Si sumamos, hay cambio de Gobierno. Lo tenemos al alcance de la mano.
¿De qué depende? De dos cosas. Nosotros vamos a seguir subiendo. A medida que se va conociendo más a Mónica seguiremos subiendo. Eso significa que nosotros no hemos tocado techo. Y la gran baza en la Comunidad de Madrid es la geografía electoral. Los barrios y pueblos más humildes votan mucho menos. Cuanto más al norte y noroeste, más se vota. Tradicionalmente la gente de los barrios y pueblos más humildes siente que su opinión no cuenta, que la política habla de otra y para otra gente. En esta campaña hay una sorpresa, que es que hay una fuerza que no habla de sí misma, sino de cuánto cuestan los productos de higiene femenina, de si podemos reindustrializar el sur y el Henares para que nos adaptemos a la transición ecológica, de las cosas de la vida. ¿Qué ha sido lo más conocido que hemos hecho en el Congreso? Nuestra propuesta de los cuatro días laborales y el plan de salud mental. No eran temas que estuvieran en la agenda, no existían en la política oficial, pero sí permanentemente en las conversaciones familiares y en los grupos de Whatsapp.
¿Pero qué tiene más peso? ¿Preocuparte por la salud mental o que diga un candidato que no va a subir los impuestos? ¿Qué cala más, una propuesta cortoplacista o una de largo recorrido?
¿Esa forma de hacer política tiene la misma facilidad de calar inmediatamente? No, a veces cuesta más. De hecho, provoca que te insulten. Cuando yo propongo que hay que ir transitando hacia una forma de trabajo que incentive la productividad, libere horas para la conciliación familiar y en mejores condiciones, la respuesta de Ayuso es decir que soy un vago. Cuando propongo más recursos para atender la salud mental, la respuesta del diputado del PP es intentar reírse de mí y decir “vete al médico”, como si eso fuera un insulto. Es verdad, ellos siempre reaccionan de una manera más fácil. Yo no sabría hacerlo de otra forma. Hoy no paramos de subir en las encuestas y no hemos tocado todavía techo. Pero el orgullo no es de lo que nos dan los números, es hacerlo así. Se puede hacer de otra forma. La gente lo tiene que entender. Si se le perdonan impuestos a los millonarios, eso luego son plazas de psicólogos que no hay en los ambulatorios. Y el que lo tiene se tiene que gastar 80 euros todas las semanas si pueden. Lo que te ahorrabas de un lado lo acabas pagando por el otro. Tienes que pagar la guardería, el psicólogo, las instalaciones deportivas privadas, la escuela concertada o privada. Esta cosa que dice permanentemente la derecha de que el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos. ¿Y si te pones malo? ¿Tienes una UCI en el bolsillo? ¿Llevas una ambulancia contigo encima? Hay bienes y servicios que proveemos mejor si nos juntamos. Se llama sociedad. Puede que no siempre sea lo más rápido, pero claramente se va abriendo camino.
¿Por qué Ayuso tiene más de un 40% de intención de voto en las encuestas?
Porque lleva dos años en campaña electoral. Ayuso no ha gobernado Madrid, sino una especie de comité de campaña en el que a menudo ha tomado decisiones no pensando en la salud, sino en su notoriedad. Yo hubiera preferido un Gobierno que hubiera tenido como prioridad enfrentar el virus, facilitar la recuperación económica, proteger los servicios de los madrileños o ayudarnos cuando todo se paralizó con una tormenta de nieve. Hay que recordar que nos dijeron “saquen una pala y limpien su calle”. ¿Entonces para qué vivimos en sociedad y pago impuestos yo? Luego, se ha comido a sus socios. Cs cometió una equivocación histórica que va a marcar su futuro, son una especie en vías de extinción porque decidieron hacerse la foto de Colón. Dijeron que venían a renovar y se unieron al PP de Gürtel y Púnica. Ayuso se ha merendado a sus socios y aspira, en todo caso, a poder meter a la extrema derecha en el Gobierno si le dan los números. En realidad no hay tantas diferencias. Cuando la gente habla ahora de que hay que hacer cordones sanitarios, lo que hay que hacer es ganarles en las urnas. Ayuso ya ha dicho que quiere a Vox dentro de su Gobierno. Para eso, sin gritos ni insultos ni aspavientos, hay que ganarles las ideas del futuro. Nosotros no le estamos disputando al PP el pasado, sino el futuro. Eso hace que seamos primera fuerza entre los jóvenes y que estemos en un crecimiento al que le quedan pocos días pero tiene mucho recorrido. Vamos con ganas porque el viento viene de subida, se nota en las mesas de reparto. Sólo hay una duda, si vamos a llegar a tiempo o no.
Quedan cuatro días de campaña, ¿hay tiempo para convencer a la gente que incluso duda de ir a votar?
Sí, por supuesto que queda tiempo. Pero no si es sólo una labor de los portavoces. Hay una energía diferente que cuando se activa lo cambia todo; que alguien lo diga en el grupo de Whatsapp de los padres en el colegio o que manden el vídeo que le ha emocionado en el grupo de colegas de tiro con arco. El otro día me lo decía el peluquero. Ese tipo de campaña es insustituible, porque conoces a la persona. Esa energía fue la que nos hizo gobernar la ciudad de Madrid y luego volver a ganar las elecciones. Lo que hay que pedirle a la gente con conciencia cívica es un esfuercito más. Además, hay que pedirle a la gente que comparta nuestros valores, que hay que darle un empujoncito más porque estamos a esto.
¿Vox es fascismo?
Vox es una escisión de millonarios del PP que lo que propone es que, frente a las dificultades e inseguridades de la vida, tengas a alguien a quien puedas machacar. Me niego a tratarles como si fueran una cosa, no sé, un monstruo terrible amenazador. Es una escisión de millonarios del PP, que vivieron del PP. Coged los apellidos de la lista electoral de Vox. Es una lista de aristócratas que proponen a quien le va mal la vida que pise más a quien todavía le va peor. En el Congreso, cuando salieron a decir de los barrios que eran como estercoleros multiculturales, les dije que en realidad su forma de hacer política y ver la vida era un estercolero moral. Es la socialización de la crueldad. Creo que la empatía les puede ganar.
La presidenta de Madrid ha dicho a la izquierda que la voten a ella si no quieren a Vox. ¿Estarían dispuestos a hacer eso en un escenario en el que sumaran una mayoría absoluta PP y Vox?
Hay que ganarles en las urnas. Ayuso aspira a gobernar con los números de Vox. Es más, ha dicho que independientemente de la relación entre ellos dos, si le dan los números, querría meter a miembros de Vox en el Gobierno, que los querría como expertos en el Gobierno. Se podría dar el caso de que el PP gobernara en solitario, pero luego pusiera a dirigir la política de familias a un ultra, con carné o sin carné. En Murcia el PP le ha dado la Consejería de Educación a una ultra de la extrema derecha, que no tiene carné ya de Vox porque ha sido tránsfuga. Es muy importante que los madrileños sepan que, si Ayuso puede, va a gobernar como Vox y con personas de Vox. Frente a eso sólo hay una alternativa, la política de las cosas que importan y la empatía. Creo que hay una candidata que representa eso, que no es por casualidad la que no para de subir en las encuestas, que es la nuestra.
¿Esto puede afectar a la política nacional y pueda ser, como dice Ayuso, la palanca para que Casado llegue a La Moncloa?
Las elecciones de Madrid nadie se las debería tomar como una palanca para hacer nada en España. Si la señora Ayuso quiere influir en la política española tiene que presentarse a la política española. En estas elecciones se está dirimiendo lo que le tiene que pasar a los madrileños, si van a tener un Gobierno que mire al futuro o uno que se dedique a las ocurrencias o los insultos. Todas las elecciones tienen impacto, a nadie se le escapa que las está mirando todo el país. Va a haber muchas lecturas, pero sólo hay un trozo de españoles a los que les va el futuro en las elecciones de Madrid, que somos los madrileños. Lo que pase en Madrid será sin duda importante y marcará tendencias, pero lo que se está dirimiendo no es el futuro de España, sino de los madrileños de a pie. De cuánto tiempo tienen que pasar esperando el Metro, de si tienen accesibilidad a la Renfe, de si hay empleo en los barrios y pueblos más golpeados por la crisis, del aire que respiramos… Eso está en juego y depende exclusivamente del voto de los madrileños. Y, además, depende exclusivamente de los que viven en las zonas en las que se han acostumbrado a pensar que su opinión no cuenta. Si esa gente acude a votar, hay un vuelco. Si se vota en Villaverde como en el barrio de Salamanca, o en Fuenlabrada igual que en La Moraleja, hay un Gobierno distinto en la Comunidad de Madrid. Si sigue pasando que votan mucho más aquellos a los que la vida le va muy bien y los que más necesitan un cambio se quedan en casa, nos costará más.
El pasado sábado Pablo Iglesias dijo que no le había mandado usted todavía un mensaje ni le había llamado para solidarizarse con él por el sobre con las balas. ¿Lo ha llamado ya? ¿Le ha escrito?
Lo hablamos y dijimos que, estando en campaña, lo normal es que lo hiciera Mónica, que es la candidata. Por supuesto que me solidarizo, lo dije y se lo diré en cuanto tenga ocasión en privado. Por supuesto que me solidarizo, como ha sido siempre. Son absolutamente intolerables e injustificables las amenazas. Frente a eso no hay la menor indiferencia nunca.
Hablando de libertad. ¿Ha escuchado a Díaz Ayuso diciendo que libertad en Madrid es que no te encuentras con tu ex?
Me imagino que ni por Tokio ni por Sao Paulo, eso tiene que ver con que es grande. La libertad en realidad es que no te importe encontrarte con tu ex, que no te incomode, y establecer relaciones por las cuales encontrarte con tu ex no te sea una cosa tóxica. Que te puedas saludar e incluso dar un abrazo. Pero eso pasa en la ciudad de Madrid porque es grande. Es muy grande Ciudad del Cabo o Río de Janeiro, por eso tienes menos posibilidades de encontrarte. ¡Ha descubierto la estadística! A ciudades más grandes, más dificultad de encontrarse. La libertad, en realidad, es tener relaciones sanas por las cuales no te importe encontrarte.
¿Cómo se vive a la madrileña?
Estando profundamente orgulloso de esta tierra y de las personas, sabiendo que es una tierra de siempre, de solidaridad, de empatía y de cuidar de los nuestros, que no sólo los que conocemos o los que piensan como nosotros. Los nuestros son todos los que construimos comunidad en el día a día. Siempre ha sido así Madrid. Es una ciudad construida en los barrios y en los pueblos por el apoyo mutuo. No sé si es la mejor tierra del mundo, pero es la nuestra y la queremos como si lo fuera.
¿Lo veremos de consejero? ¿Se lo ha ofrecido Mónica García?
No somos de empezar a hacer planes de Gobierno antes de ganar las elecciones. Hay que ganarlas. El orden de los factores aquí sí que importa. Hay que volcarse en la campaña, ganarlas y después formar Gobierno. Estoy muy orgulloso del trabajo que estamos haciendo con Más País en el Congreso, estoy muy cómodo. Servimos para poner en la discusión pública cosas que si no existiera una fuerza verde en el Congreso nadie hablaría de ellas, y pretendo seguir haciéndolo.