ERC y JxCAT evitan ‘in extremis’ una crisis de Gobierno en una jornada llena reproches
Los partidos en el Govern llegan a un pacto sobre la situación de los diputados suspendidos después de demostrar profundas divergencias.
Después de suspender el pleno durante más de 5 horas y tras una cumbre al máximo nivel en el despacho del president de la Generalitat, Quim Torra, los grupos independentistas han llegado a un acuerdo que evita, por ahora, una crisis de Gobierno en Cataluña. Los diputados de JxCAT imputados por rebelión han cedido y finalmente han remitido un escrito en el que designarán el diputado que votará por ellos, tal y como exigía el president del Parlament, Roger Torrent.
La fórmula elegida, sin embargo, es distinta a la que han usado los diputados de ERC y los letrados del Parlament no la han considerado válida porque "no subsana los errores previos". Torrent y la mayoría independentista de la Mesa, no obstante, la han dado por buena y han ignorado la opinión de los letrados, que no es vinculante.
Un tecnicismo parlamentario sobre los diputados suspendidos por el juez Llarena el pasado julio ha vuelto a evidenciar la pugna en el seno del Govern, que se libra ya a cara descubierta y no escatima en reproches. La solución encontrada probablemente será solo un parche que permita ganar tiempo tras una semana de alto voltaje en la política catalana, que empezó con el intento de asalto del Parlament el lunes tras los actos del aniversario del 1 de octubre.
Después de meses de negociaciones que han tenido al Parlament sin plenos durante más de 70 días, ERC y JxCAT pactaron el martes una fórmula para acatar la suspensión de Llarena a los diputados procesados por rebelión. El acuerdo implicaba una votación en el pleno en la que se rechazaba esa suspensión –una declaración política, de cara a la galería– y una segunda votación en la que se acordaba ofrecer a los diputados afectados que "designaran sus derechos parlamentarios" en un compañero de su grupo parlamentario. Se encuentran en esta situación Carles Puigdemont, Jordi Turull y Jordi Sánchez por JxCAT y Oriol Junqueras y Raül Romeva por parte de ERC.
El acuerdo que tantos meses costó de bastir ha saltado por los aires este jueves por la mañana por una cuestión que puede parecer menor, pero que en el fondo denota las zancadillas y la diferencia de estrategias entre los dos partidos del Govern.
Los cuatro diputados suspendidos de JxCAT se han negado a remitir un escrito en el que elegían a quién designan para sus votos, algo que sí han hecho Romeva y Junqueras. En JxCAT consideraban que no era necesaria esa designación ad hoc y su portavoz, Albert Batet, ha presentado un escrito a la Mesa en el que decía que él votaría por los cuatro diputados suspendidos de su partido, remitiéndose a la delegación que hicieron estos parlamentarios en mayo antes de ser suspendidos por Llarena. Tanto los letrados del Parlament como Torrent consideraban que deben ser los miembros suspendidos quienes reclamen esta designación por escrito y no Albert Batet. La solución que se ha pactado es que los cuatro diputados de JxCAT han presentado un escrito en el que "verifican" que el documento presentado por Batet coincide con su voluntad.
Los portavoces de ERC, Sergi Sabrià, y JxCAT, Eduard Pujol, han comparecido juntos para tratar de cerrar la crisis, pero se les ha visto notablemente incómodos e incapaces de responder a muchas de las preguntas de los periodistas. La mayoría de las respuestas se han centrado en remarcar la "excepcionalidad" de la situación por la existencia de diputados en prisión y en el extranjero, sin entrar a responder a las cuestiones planteadas. "Mientras haya prisión y exilio tendremos que continuar apelando a la excepcionalidad que condiciona la actividad de este Parlamento", ha asegurado Pujol.
La falta de acuerdo entre ambas formaciones ha obligado a suspender el pleno de esta mañana, donde se tenían que votar las propuestas de resolución tras dos días de debate de política general en la cámara catalana. Sobre las 13 horas ha habido una reunión al más alto nivel para tratar de desbloquear la situación en la que han participado el propio Torra, Torrent, Sabrià, Pujol, el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès y los consellers Ernest Maragall (Exteriores) y Elsa Artadi (Presidencia). Después de tres horas de reunión han conseguido cerrar un acuerdo para solucionar un asunto cuyas divergencias se arrastran desde hace meses y que en principio había quedado solucionado el pasado martes. A las 19.30 h del jueves, todavía no se sabía cuando se retomaría el pleno.
El regreso de la actividad parlamentaria ha aflorado la división entre JxCAT y ERC, una brecha que también se abre en el seno del Govern. Lo ocurrido este jueves en el Parlament evidencia una frágil situación en la Generalitat, con dos partidos cada vez más enfrentados tras una semana llena de reproches y desavenencias.