Ximo Puig: "Hay que confiar en los ciudadanos, han demostrado una enorme responsabilidad"
Entrevista con el presidente de la Comunidad Valenciana: "Necesitamos un acuerdo de país".
“Hay que ser extremadamente prudentes”. Es el mensaje que lanza el presidente valenciano, Ximo Puig, ante la nueva fase de desescalada a la que se enfrenta España. Y tiene absoluta confianza en los ciudadanos: “Han demostrado una enorme responsabilidad”. Reflexiones y pensamientos durante estos extraños y excepcionales días desde el Palau de la Generalitat.
Se confiesa: “Hay que asumir que no vimos llegar el tsunami”. Pero defiende que se han tomado medidas muy duras que ya están teniendo efectos. Pide a la vez perdón a los sanitarios por la falta de material al inicio y sostiene una de las enseñanzas de esta crisis: “Hay que invertir más en el ámbito sanitario y tecnológico”.
Está muy preocupado además por los efectos económicos de esta crisis y se niega a dar por perdida a una generación de jóvenes que ya sufrió la de 2008 y ahora la del coronavirus. Espera salvar algo de la temporada de verano pensando en el turismo interior y piensa en cómo reabrir las playas con la mayor normalidad posible. Todo ello deseando que a nivel nacional pase como en la Comunidad Valenciana y haya entendimiento entre el Gobierno y la oposición: “Necesitamos una base común de país, un acuerdo de país”.
¿Cómo está?
Bien. Vivimos una situación tan extraña y excepcional, llevo cincuenta días aquí encerrado prácticamente en el Palau de la Generalitat y todos los días son lunes. Con todas las limitaciones, he tenido la suerte de poder trabajar y tener permanentemente la mente ocupada en esto. Es peor para mucha gente que ha tenido que estar confinada en casa sin saber qué hacer.
¿Cómo está la situación en la Comunidad Valenciana? ¿Podríamos darla por controlada?
Hay que ser extremadamente prudentes. Es cierto que llevamos ya una desaceleración muy progresiva, casi el 60% de las personas contagiadas se ha curado. En el plano hospitalario, la ocupación de las UCI está muy por debajo de la mitad. Por tanto, es esperanzador el camino pero todavía hay nuevos contagios y fallecidos. El desconfinamiento se tiene que ir produciendo de una manera muy prudente.
El pasado domingo pudieron salir los niños y se vieron algunas imágenes de aglomeraciones en Valencia. ¿Fue puntual? ¿Se ha corregido? ¿Está siendo ordenada ya la salida?
Fue en algún espacio concreto y en una situación concreta. No fue generalizado, la inmensa mayoría de familias salió con la misma responsabilidad que durante todo el proceso. Hemos hecho estudios con la encuesta participativa y nos han determinado que ha habido un altísimo nivel de cumplimiento. Esa altísima responsabilidad de la ciudadanía ha sido básica para tener buenos resultados. Es cierto que el primer día todo el mundo salió en unas horas determinadas con los niños y se pudo producir algún exceso de poco distanciamiento, pero durante la semana se ha visto un cumplimiento muy masivo.
A partir de este sábado se puede salir a pasear y a hacer ejercicio con franjas horarias. El doctor Fernando Simón ha avisado de que estamos en el proceso más complejo. ¿Cómo lo ve? ¿Se puede dar un paso atrás?
Espero que no. Digo que hay que confiar en los ciudadanos, han demostrado una enorme responsabilidad. Esa corresponsabilidad entre unos y otros es lo que nos tiene que fortalecer también en este periodo, que es el más difícil. Es una transición progresiva que además puede tener algún punto de rebrote. Habrá que tener la suficiente flexibilidad como para darle la orientación oportuna si hay que tomar una decisión retroactiva.
En este proceso se ha tomado como unidad geográfica principal a la provincia. ¿Ha sido un error?
No tenemos que hacer de esto un gran debate porque, primero, no hay ningún recetario de salida que esté contrastado en todos los ámbitos de expertos y científicos. A mí lo que me preocupa, por ejemplo, que Singapur, un país al que hemos tomado como referencia, ahora ha tenido un momento de rebrote importante. Aquí no hay un itinerario seguro. Lo que pensábamos es que la base operativa ha de ser el departamento sanitario, pero más allá de esto hay que intentar adaptarse a los distintos territorios que tiene España y la singularidad desde la unidad de acción.
El presidente explicó que cada fase tendría una duración mínima de dos semanas. ¿Cree que la Comunidad Valenciana cumplirá bien esas fases y a finales de junio estará en la “nueva normalidad”?
Estoy convencido de que si continúan los indicadores en las próximas semanas, sí. Creo que nosotros estaremos en condiciones de abordar incluso y plantear alguna singularización de adelanto.
El Gobierno ha enviado un cuadro macroeconómico a Bruselas con un desplome del PIB de este año del 9,2%. ¿Estamos hablando de un desastre económico?
Sí, sí, es un tsunami sanitario que ha provocado una crisis económica. Esperemos que seamos capaces de poner las medidas paliativas suficientes para que no sea una fractura social.
Se ha celebrado un 1 de mayo con la previsión de que el paro llegará al 19%, según el Gobierno. ¿Vamos a ver a partir de ahora mayor precariedad y desigualdad en los trabajadores?
Eso es lo que hay que combatir. Somos conscientes de las consecuencias de la crisis económica de finales de la primera década del siglo y de que en esta década no podemos acabar igual. La salida ha de ser más cohesionada, pero tenemos que ser más realistas y saber cómo somos capaces de minimizar los daños sobre el empleo y las rentas. Hay que garantizar las rentas de los trabajadores y clases medias y propiciar un crecimiento económico lo más rápido posible. Se trata de fortalecer el Estado del Bienestar, que se ha demostrado absolutamente necesario para la propia supervivencia y garantizar las condiciones para financiarlo.
¿Ha fallado la UE a España e Italia?
Las respuestas de la UE, en general, son bastante más satisfactorias que en la crisis financiera. Todas las señales que están dando son positivas, con todas las limitaciones porque hay que entender las distintas miradas que hay en Europa. Por tanto, no es bueno establecer una dialéctica norte-sur, sino que hay buscar un planteamiento común. Que le vaya bien a España e Italia es fundamental para Alemania y otros países. En principio, lo acordado por el Parlamento Europeo como las decisiones del BCE están condicionando favorablemente por lo menos la estabilización. Ahora se trata de profundizar, vamos a ver si este plan Marshall puede ayudar como incentivo a esa economía que debe resurgir.
La Comunidad Valenciana es uno de los principales lugares de atracción turística. ¿Da por perdida la temporada de verano?
No. Sabemos que tenemos muchas dificultades. La Comunitat salió de la crisis antes que otras por dos pilares: la internacionalización de la economía y otra el turismo. Todo esto se pone en cuestión y tenemos que evaluar todas las situaciones. En el caso turístico lo que tenemos es que abordar esta campaña desde una dimensión más nacional, de turismo interior y garantizando la seguridad. Es muy importante también que Europa también asuma un mayor liderazgo en la seguridad sanitaria. Debe ser un protocolo europeo el que nos debe garantizar la posibilidad de desplazarnos y establecer una movilidad razonable y lo más intensa posible a medio y largo plazo. Dentro del turismo español, la Comunidad Valenciana aspira a recibir al máximo número de personas dentro de las limitaciones. Estamos estudiando cómo generar seguridad en las playas y al mismo tiempo el libre uso de este espacio tan importante,incluso para la salud, y otros espacios de carácter hotelero. Es muy importante que los ERTE se mantengan aunque sean combinados con el trabajo.
¿Qué tipo de medidas se van a poner en las playas? ¿Mamparas?
Aún no lo sabemos. Los técnicos están diseñando distintas propuestas, vamos a intentar que sea lo menos engorroso posible y se pueda acceder con las condiciones de mayor normalidad posible. Es cierto que tendrá que haber un mayor distanciamiento de unos y otros, y que deberán esponjarse de alguna manera las playas.
En la fase uno de la desescalada se va a permitir ir a las terrazas, que deberán tener un aforo del 30%. Desde el sector de la hostelería se dice que esto es inviable económicamente. ¿Debería permitirse mayor aforo? ¿Cómo lo van a hacer?
Hay medidas que se pueden tomar, por ejemplo algunos ayuntamientos en la Comunidad Valenciana lo están haciendo ya: la ampliación de las terrazas y la ocupación de más vía pública para poder combinar esas necesidades de dinámica económica y ciudadana. Se pueden hacer ampliaciones provisionales para este año, sin superar una excesiva ocupación. Es una buena solución.
Es el momento más difícil en décadas en el país y no van de la mano el Gobierno y la oposición. ¿Por qué?
Espero que aquí al final acabe pasando: es una exigencia ciudadana y casi ética. Aquí lo estamos haciendo en la Comunitat y quiero agradecer a la oposición el diálogo desde el principio. Eso no significa que la oposición no puede ejercer su papel fiscalizador, pero hay otra parte de coordinación y cooperación para la salida unidos a través de acuerdos que tienen que incorporar también el espacio sindical, empresarial y de la sociedad civil. Necesitamos una base común de país, un acuerdo de país, para sobre todo afrontar esta difícil resaca que va a generar la pandemia.
Muchos de sus colegas autonómicos se quejan de que se enteran por la rueda de prensa de Sánchez el día antes las medidas a tomar. Esto también lo critica el líder del PP, Pablo Casado, que dice que se entera por televisión, incluso lo han afeado también socios del Gobierno como ERC y el PNV. ¿Le informan a usted? ¿Por qué hace eso el presidente?
Hay una comunicación permanente, otra cosa es que siempre se puede mejorar la calidad del diálogo. Pero nosotros sí que hemos aportado ideas respecto a esta transición y ese diálogo existe. El hecho de la reunión cada semana de la Conferencia de Presidentes demuestra el vigor del Estado autonómico. ¿Se puede mejorar algún aspecto? Seguro y el Gobierno irá mejorando algunos canales de comunicación, pero prefiero ver la botella medio llena. Lo que está claro es que se ha demostrado la potencia también del propio Estado autonómico y esto debe derivar en más espacios de cooperación.
Los presidentes más duros con Sánchez siempre son Isabel Díaz Ayuso (Madrid) y Quim Torra (Cataluña). ¿Están utilizando esta crisis en clave política para reforzar sus liderazgos?
Me parece un inmenso error plantear las conferencias de presidentes para plantear la diferencia. Ese no es el concepto que debe tener la Conferencia, no debe ser ni partidista ni un espacio de confrontación. Es de corresponsabilidad. Y quiero decir que en ningún caso hemos dejado de tener competencias las comunidades autónomas en cuestiones como la Sanidad y los Servicios Sociales. Cada uno debe asumir su responsabilidad, simplemente es una cuestión de aprecio del propio autogobierno.
¿Cómo es el mercado internacional de productos sanitarios al que se han tenido que enfrentar?
Complejo. Nosotros hemos tenido canales que han funcionado muy bien desde el principio, esto se debe en gran medida a que en la Comunidad Valenciana hay una tradición de exportación e importación muy importante y la verdad es que ha funcionado muy bien. Convencidos de que al menos hemos resuelto esta primera ola. A partir de eso, ha habido un problema de oferta y demanda, que es consustancial al propio sistema. Es cierto que a partir de ahora hay que tomar algunas medidas de carácter reservatorio de tener stocks suficientes y tener más industria sanitaria. Hay que invertir más en el ámbito sanitario y tecnológico.
Los sanitarios se están quejando de falta de equipamientos y también del material defectuoso como, por ejemplo, mascarillas. ¿Están desprotegidos los profesionales?
Inicialmente hubo un estrés porque en nuestro caso teníamos la previsión de material en una situación normal y todo lo que fue el impacto inicial… Es cierto que yo he pedido perdón a los sanitarios porque en momentos determinados no hubo suficiente provisión de material. Ahora no es el caso y puede haber momentos puntuales de que alguna partida no haya sido correcta. En estos momentos se está desarrollando una equipación correcta, es cierto que hemos aprendido mucho de los distintos mecanismos de protección y todo esto a partir de esta crisis va a mejorar.
¿Por qué no lo vieron venir ni el Gobierno ni las comunidades? ¿Por qué se actuó tan tarde?
La respuesta de España fue como la de muchos países, pasó en Italia y luego en otros, miren en Reino Unido y en Estados Unidos. Hay que asumir que no vimos llegar el tsunami, es cierto, pero también digo que cuando decidimos que las Fallas no se podían realizar había cincuenta enfermos y para mucha gente fue una decisión no compartida. La toma de decisiones siempre genera riesgos, y hay decisiones que siempre pueden tener contestación. Ni el confinamiento es neutro ni acabar con las actividades es neutro, todo tiene efectos y consecuencias. Sinceramente, desde que se vio la gravedad se actuó con fortaleza máxima. De hecho, el Gobierno ha generado unas normas que han sido de las más restrictivas de Europa y estamos avanzando en la dirección correcta.
La Comunidad Valenciana es uno de los mayores exponentes de la cultura mediterránea, de esa forma de vida. ¿Es el fin de la cultura mediterránea?
Espero que no. Creo que deberemos transitar por un cierto alejamiento y distanciamiento social, en el momento que se produzca una respuesta médica adecuada en forma de vacuna y de medicamentos pues espero que volvamos al modo de vida mediterráneo. Pienso que ahora hay que ser muy prudentes, hacer caso a los sanitarios, hay cuestiones que debemos incorporar para siempre como un comportamiento más cuidadoso higiénico y de contacto, pero renunciar al modelo de vida mediterráneo no es un objetivo. Me gustaría que dentro de un tiempo, el que sea necesario y garantizando la seguridad, volvamos a ser una sociedad de abrazos, besos, de contacto.
Se supone que los líderes políticos tienen que tener la mayor templanza y frialdad de tomar las decisiones, pero se están viviendo momentos muy duros. ¿Ha llegado a llorar? ¿Cómo es ese momento de soledad de tomar decisiones tan duras para tanta gente?
Hay momentos muy duros, sobre todo lo que es el impacto de la muerte y las familias que no han podido despedir a sus seres queridos. Es terrible. Sientes la impotencia y la fragilidad de esta sociedad, pensábamos que era una sociedad protegida con un escudo mayor del que finalmente acaba siendo. Y personalmente, tengo a mis padres encerrados solos, no veo a mis hijos y nietos. Todos estamos viviendo una situación que te implica un coste emocional. Pero el estar permanentemente en acción psicológicamente ayuda.