Unai Sordo: “Reforma de la reforma laboral tiene que haber sí o sí”

Unai Sordo: “Reforma de la reforma laboral tiene que haber sí o sí”

Entrevista con el líder de CCOO: "El acuerdo con la CEOE es difícil, pero no imposible".

Unai Sordo acaba de arrancar su segundo mandato al frente de CCOO. Hace una semana salía reelegido en el congreso del sindicato, que tuvo de todo: desde la presencia de Yolanda Díaz en plena tormenta dentro del Gobierno por la reforma laboral hasta un cante viral del líder por Joaquín Sabina y sus 19 días y 500 noches.

Sordo lo tiene claro durante la entrevista: “Reforma de la reforma laboral tiene que haber sí o sí, con o sin la CEOE”. El líder de Comisiones ve muy difícil que se llegue a un acuerdo tripartito con Gobierno y patronal, pero no lo ve imposible. Pronostica que los empresarios se sentarán en esa mesa de diálogo, aunque será muy complicado que quieran quitarse el poder que les otorgó el Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2012.

Asevera que esta modificación de la reforma laboral tiene que buscar objetivos como reducir la precariedad y acabar con el modelo imperante de despidos baratos. Además, hay que darle, en su propuesta, más fuerza a los trabajadores a la hora de negociar los convenios. Con una advertencia: si no se modifica la norma de Mariano Rajoy, los sindicatos saldrán a la calle a movilizarse “con contundencia”.

¿Cómo tiene la garganta después de esos 19 días y 500 noches?

Bien, diría que incluso mejor que Joaquín Sabina.

¿Cómo sale el sindicato después de ese congreso?

Muy reforzado y cohesionado internamente. No es una tontería que en una organización plural y tan grande como la nuestra, prácticamente un millón de personas afiliadas, la dirección haya salido con un respaldo del 94%. Y sale con las pilas bien puestas. Por el hecho de que fuera después de la pandemia ha hecho que hubiera unas ganas por compartir espacios y que la gente salga con la moral muy alta y con los deberes puestos.

  Unai SordoEVA VILLASANTE

En ese congreso estuvo la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en plena tormenta del Gobierno de coalición por la reforma laboral. ¿Cómo ha vivido estos días de enfrentamiento durísimo dentro del Ejecutivo? ¿Cómo lo ha visto?

Primero con una cierta perplejidad porque la polémica que se generó y luego con una creciente tranquilidad porque más allá de las disputas de relatos que ha habido aquí lo que estaba en discusión era si el Gobierno quería mejorar sus cauces de coordinación interna (cosa en la que ni entro ni salgo) o si tenía que ver con que hay un replanteamiento en las posiciones del Gobierno en la mesa de negociación sobre la reforma laboral. Después de la polémica prácticamente todas las partes han venido a decir que no están en cuestión las propuestas que el Gobierno ha traído a esa mesa. Si no están en cuestión, estoy seguro de que los problemas se van a reconducir y lo que tenemos que hacer es concluir la mesa de negociación para proceder a una corrección en profundidad de una reforma laboral que ha sido muy lesiva para los intereses de los trabajadores.

Dice “correción”, ¿cómo tenemos que hablar? ¿Derogación o nuevo marco laboral?

Es que una cosa va aparejada a la otra. La generación de un marco laboral distinto que limite la precariedad laboral, que restrinja despidos y que equilibre la negociación colectiva tiene que partir de una derogación de los aspectos centrales de la reforma de 2012. Esto no es una cuestión nominalista, esto es superar un marco laboral que se hizo para devaluar los salarios del país, para dar mucho poder a los empresarios para poder modificar las condiciones de trabajo y salariales y que les dio mucha facilidad para recurrir al despido. Esto es un debate sobre cómo se supera ese marco para ir a uno más moderno y europeo pero que, sobre todo, refuerce el poder de negociación de los trabajadores en la negociación colectiva y que nos haga pasar del viejo modelo del contrato temporal y el despido a uno en el que el último recurso sea el despido. Eso es lo que hay que hacer, luego que cada uno lo llame como quiera.

Lo que tenemos que hacer es concluir la mesa de negociación para proceder a una corrección en profundidad de una reforma laboral que ha sido muy lesiva

¿Confía en que salga una reforma laboral consensuada entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal?

Creo que no es imposible, aunque soy consciente de que es muy difícil. La reforma de 2012 otorgó mucho poder al empresariado español para contratar precario, despedir barato y modificar a su gusto las condiciones de trabajo. Y cuando te dan tanto poder es difícil acceder voluntariamente o de manera acordada a que te quiten una parte de ese poder. Pero si CEOE piensa más en el futuro que en el pasado y que el modelo laboral que necesita la economía española del siglo XXI no puede ser basado en la precariedad y en los bajos salarios, pues entonces sería posible un acuerdo. Pero soy consciente de que va a ser difícil.

El próximo martes el presidente del Gobierno reunirá a Nadia Calviño y a Yolanda Díaz para fijar la posición previa del Gobierno en la mesa, ¿usted es más del equipo de Díaz o de Calviño?

Lo que espero es que de ese encuentro salga un compromiso claro de lo que ahora están diciendo todas las partes, es decir, que las posiciones del Gobierno que ha traído a la mesa, que por otro lado coinciden bastante con el acuerdo de coalición, se vean reforzadas por todo el Gobierno. Es el único escenario que contemplo, no sería de recibo que ahora se dijera que lo que se ha llevado hasta ahora a la mesa de diálogo social no era la posición del Gobierno sino de una parte. Esto no es serio. Y si esta fuera la posición, el conflicto con los sindicatos estaría abierto. Pero espero simplemente que se refuerce lo que el Gobierno ha venido transmitiendo en la mesa y que estamos negociando.

  Detalle de la entrevistaEVA VILLASANTE

¿Qué espera de la propuesta de un Gobierno progresista?

Pues espero que hagan primero bandera de su programa, del pacto de gobierno. Espero que planteen medidas eficaces para reducir drásticamente la temporalidad en España, espero que reequilibre la negociación colectiva, espero que España evita que pueda seguir habiendo convenios de empresa que reduzcan los salarios del convenio del sector y sigan provocando situaciones de explotación directa como las camareras de piso, y también en muchos colectivos como en la logística o en la ayuda domiciliaria. Espero que el Gobierno se haga corresponsable de todas esas propuestas y las mantenga en las mesa para seguir negociándolas, porque tampoco compartimos al cien por cien las propuestas del Gobierno. Creemos que hay que ser mucho más taxativos a la hora de poner restricción al despido en España, cosa que el Ejecutivo no está defendiendo ahora en la mesa. Es decir, no es que nosotros hagamos nuestras las propuestas del Gobierno, tenemos otras distintas en algunas materias. Lo que sí queremos es fiabilidad, que esas propuestas se mantengan. Si no se mantuvieran, entonces estamos hablando de otra cosa, estamos hablando de un conflicto.

¿Qué líneas rojas ponen en esta negociación?

No somos de ponerlas porque si quieres acceder a un acuerdo tripartito, cuantas menos líneas rojas pongas mejor. Lo que sí planteamos como condición sine qua non para seguir negociando sin conflicto es que el Gobierno mantenga las propuestas que ha traído hasta ahora. Es una cuestión de fiabilidad.

Espero que el Ejecutivo haga bandera de su programa, del pacto de gobierno

¿Ve a la CEOE en sintonía?

Evidentemente no. Creo que el acuerdo con CEOE es difícil pero creo que hay elementos de interés de CEOE que me hacen pronosticar que en ningún caso se va a levantar de la mesa y que el acuerdo no es imposible. 

Se ha escuchado al líder de la oposición, Pablo Casado, decir que todo este lío venía porque había unas exigencias de Bruselas al presidente del Gobierno que no se habían contado públicamente. Usted que tiene información de primera mano de las negociaciones, ¿hasta qué punto la UE quiere meter la cuchara?

No es verdad que las recomendaciones o los condicionantes para recibir los fondos europeos a España tengan que ver con que no se muevan las piezas de la reforma laboral en esta mesa. Directamente no es verdad, ahí están los documentos. España ha mandado un componente 23 a la Comisión Europea que nos presentó medio Consejo de Ministros a los agentes sociales en un grupo que lideraba la propia Nadia Calviño y todo lo que se recoge en ese componente 23 que ha sido aprobado por la Comisión es perfectamente compatible con lo que estamos negociando. La Comisión Europea no nos está diciendo que las camareras de piso sigan cobrando tres euros por habitación, nos está diciendo que reduzcamos la temporalidad. En las recomendaciones del semestre europeo nos dijo que mejoremos el empleo juvenil, las políticas activas y se reduzca la temporalidad. Hagamos eso, y algunas cosas más. Pero no es verdad que haya un veto de la CE relacionada con la mesa de diálogo social o haya condicionado la llegada de los fondos.

  Unai SordoEVA VILLASANTE

Se viene de una negociación sobre el SMI que no quiso la CEOE, ¿no le preocupa?

Sí me preocupa porque no es un buen precedente, pero lo cierto es que la CEOE salió de la mesa sin querer negociar pero con un acuerdo, con una subida del SMI y con un compromiso sobre ese salario en el año 2022. La CEOE se dio cuenta en esa negociación que sin CEOE también puede haber acuerdo. Y esto es muy importante. Igual que he dicho ya varias veces que claro que apostamos por un acuerdo tripartito también digo que si no es posible aquí, nadie puede tener derecho de veto. Y reforma de la reforma laboral tiene que haber sí o sí, con CEOE y sin CEOE. Esto es muy importante que se diga para incentivar precisamente que la CEOE negocie y no bloquee. Si se le otorga derecho de veto o de bloqueo, va a acabar bloqueando. Me gustaría mandar ese mensaje al conjunto del Gobierno: ojalá haya acuerdo tripartito pero no caigan en el error de otorgar a alguien el derecho de veto o van a poner más difícil la negociación.

¿Cree que el Gobierno puede estar tentado a no aprobar esa nueva reforma laboral si la CEOE se opone?

Creo que no, ni quiere hacerlo ni tiene margen. Primero porque tiene un compromiso con Europa, hay que resolverlo antes del cierre de año. Segundo: no tocar la reforma laboral generaría una crisis política de tal magnitud, y no estoy hablando sólo dentro del Gobierno sino de la mayoría parlamentaria que tiene que sacar los presupuestos, que ese escenario no se puede contemplar.

Un mensaje al Gobierno: no caigan en el error de otorgar a alguien el derecho de veto o van a poner más difícil la negociación

¿La presión de los socios llevará a esa reforma sí o sí?

Son muchos factores. A mí la que me importa es la presión de los sindicatos porque evidentemente si se bloquea esa reforma, habrá proceso de movilización.

Saldrían a la calle si no hay reforma, ¿no?

Sí, y con contundencia.

¿Qué le parecen los datos de la EPA que señalan que no había tantos ocupados en España desde 2008? ¿Se está recuperando el mercado laboral después de este año y medio de pandemia? 

Por primera vez en las historias de las crisis económicas en España ha pasado una cosa muy relevante: la caída de la economía ha sido mucho mayor que la del empleo. El hecho de haber sostenido más de tres millones y medio de puestos de trabajo a través de los ERTE ha hecho que el país esté en mucho mejor disposición para que se recupere el empleo cuando la situación repunta. Doy un dato: en 2017, una década después del estallido de la crisis financiera, España seguía con un millón de personas cotizantes a la Seguridad Social por debajo de los niveles precrisis. Ahora estamos por encima de los cotizantes que teníamos antes de la pandemia. Eso es motivo de satisfacción de las medidas pactadas en el diálogo social. Para quien dice que para qué vamos a cambiar la norma si está funcionando para recuperar el empleo, pues no. Es que lo que hemos hecho ha sido un bypass a la reforma laboral en esta pandemia. Los ERTE han funcionado porque se han regulado de una manera diametralmente distinta y porque han ido ligados a compromiso de no despido. En la reforma laboral se abrió la compuerta a los despidos. 

El PP siempre se defiende diciendo que los ERTE fueron una creación de Mariano Rajoy…

Y el fuego y la pintura en Altamira… Es que los ERTE son tan viejos como la legislación laboral en España. En 2012 no funcionaron, sólo de manera muy marginal en una parte de la gran empresa de la industria. En el año 2012 lo que ocurrió es que se despidió porque España tiene un modelo laboral pensado para resolver las crisis expulsando a los trabajadores al paro. Es muy fácil contratar precario y muy fácil despedir barato. De lo que se trata es de dificultar esas opciones y buscar alternativas. En la pandemia lo hemos hecho con los ERTE y ahora hay que pensar en otra fórmula para periodos de normalidad, y es en lo que estamos.

¿España está en quiebra como dice Pablo Casado?

Evidentemente no. Si lo estuviera, pues estaríamos en una situación catastrófica parecida a la que pudimos tener con los niveles de tensión de la prima de riesgo entre los años 2011 y 2013. España ahora mismo está en una situación macroeconómica muy delicada producto de la mayor crisis económica que hemos conocido en tiempos de paz. Es lo que le está pasando a España y a todo el mundo prácticamente. De lo que se trata es de ir recomponiendo ese cuadro macroeconómico sin perder de vista a las personas. Hay que recuperar el empleo, redistribuir la riqueza y reducir la deuda y el déficit no por la vía del recorte.

  Despacho de Unai SordoEVA VILLASANTE

Cuando llega una crisis, siempre los más perjudicados en el mercado laboral son las mujeres y los jóvenes en España, ¿por qué?

Porque ocupan ya de mano los puestos de trabajo más precarios y están en los sectores donde el puesto de trabajo es más volátil, donde las empresas precisamente recurren más al despido o la reducción de los salarios en crisis. Pasó en 2009 cuando la construcción expulsó a un millón de personas a paro, ¿y quiénes eran? Los temporales. ¿Quiénes eran? Los más jóvenes. Es una de las grandes patologías del modelo laboral español y es parte de lo que tenemos que corregir en esta reforma.

Las cifras de paro juvenil son vergonzosas en España y todo el mundo se llena la boca hablando de esos datos. ¿No hay ninguna manera de solucionarlo para que no seamos líderes del paro juvenil en Europa?

En España somos líderes en paro juvenil porque somos líderes en general del paro. Es de los dos o tres países con tasas de paro más altas de Europa. El problema de España es que no hay tejido productivo suficiente para dar puestos de trabajo a las personas que así lo reclaman o una parte de esos puestos no son declarados porque hay demasiada economía sumergida. Por tanto, lo que hay que mejorar es la capacidad de nuestro tejido productivo de generar puestos de trabajo. A veces con la excusa del dato del paro juvenil se buscan coartadas para decir que los jóvenes tienen que entrar al mercado laboral con menos salario y mayor precariedad. Esto acaba llevando a una trampa de la precariedad permanente que empieza con jóvenes de 20 o 25 años y se acaba extendiendo hasta precarizar el conjunto del empleo. El problema del paro juvenil en España es que no hay puestos de trabajo suficientes. 

El problema del paro juvenil en España es que no hay puestos de trabajo suficientes

Estamos en pleno barrio de Chamberí, unas calles más allá vive Isabel Díaz Ayuso. ¿No sé si se la ha cruzado alguna vez?

No, no. Me temo, que siendo de Bilbao, que ando yo más por el barrio que ella.

Ella en la Asamblea de Madrid dice mucho eso de los liberados y se lo echa en cara a la izquierda, ¿qué le responde?

Eso es de primero de democracia, no sé yo si esta mujer lo ha superado. Lo que ella llama los liberados sindicales son personas que cuentan con el voto de los compañeros en los centros de trabajo y que para poder ejercer la defensa de los derechos de los trabajadores cuentan con unos créditos horarios que otorga la legislación y la propia Constitución. Estamos hablando de democracia. Cuando está mujer dice estas cosas, que no las dice ella, es una vieja práctica del PP de Madrid, y es lo que le escriben por las mañanas, creo que directamente demuestra su escasa catadura de moral.

¿Hay una ofensiva de la derecha para debilitar los sistemas de protección de los trabajadores?

Totalmente, particularmente en Madrid es palmario, es muy claro, ir a un modelo radicalmente distinto de sociedad, de privatización de servicios públicos, de romper los lazos de comunidad que puede haber en la sociedad, ir hacia un modelo de sociedad despiadada. Digamos que la derecha se ha dividido en dos: la neoliberal -que busca la trampa de los bajos impuestos para justificar los malos servicios públicos que generan servicios privatizados- y el modelo neofascista, que busca reforzar el mismo modelo de sociedad por la vía del señalamiento de los desempleados, del colectivo LGTBi y de las mujeres feministas. 

¿Qué siente cuando ve a Fidalgo, que fue morador de este edificio, en cursos de FAES? ¿Es un episodio del sistema para analizarse en CCOO?

Bueno, no suelo analizar las actitudes o las voluntades de las personas individualmente cuando dejan de ejercer una tarea tan importante como ser secretario general de la primera organización de este país. Cada uno conduce su vida como decide. Ningún comentario.

Ahora mismo en las encuestas se refleja que el PP tendría mayoría absoluta con Vox, ¿cree que el Gobierno progresista puede estar decepcionando a los votantes de izquierdas?

Vivimos en un momento muy particular y muy líquido y todavía hay muchas incertidumbres por resolver.  Es decir, salir de una pandemia tan dura como la que hemos vivido, con una crisis económica y social tan dura como la que aún estamos viviendo, está generando situaciones de muchísima incertidumbre en la población. A eso hay que añadir la pérdida de expectativas vitales que vienen de la anterior crisis en millones de personas y creo que eso hace que los comportamientos sociológicos sean muy difíciles de predecir en el medio plazo. ¿Qué es lo que tiene que hacer el Gobierno? Adoptar una potentísima agenda social en lo que queda de legislatura para tratar que las medidas que se tomen mejoren las expectativas, las inseguridades y los niveles de vida material de la mayoría social de este país. Así es como se puede orillar el riesgo en efecto de que la derecha y, sobre todo, la extrema derecha, el neofascimo que representa Vox, tengan opciones reales de alcanzar el Gobierno.

El Gobierno tiene que adoptar una potentísima agenda social en lo que queda de legislatura

Durante la crisis de 2008 y la posterior crisis política en este país, los sindicatos tuvieron su propia crisis de imagen ante la sociedad. Tuvieron que adoptar medidas de mayor transparencia. ¿Los ciudadanos vuelven a confiar en ustedes?

En la anterior crisis hubo una cierta crisis no superada todavía de legitimidad de todos los espacios de mediación democrática. Se mostró una crisis de los partidos, de las instituciones, de los medios, en cierto modo de los sindicatos… Ha pasado el tiempo y de esta pandemia salimos reforzados netamente como organización sindical. Es verdad que hubo que adoptar unas mejores prácticas de transparencia externa. Relativizaría siempre la profundidad de crisis que hemos sufrido los sindicatos. En una sociedad te tienes que comparar con tu entorno, no para meter la cabeza debajo del ala. Pero, claro, una organización como la nuestra tiene prácticamente un millón de personas afiliadas, que estoy seguro que es más de lo que tienen todos los partidos juntos multiplicado por tres o cuatro. Tenemos 95.000 delegados elegidos en las empresas. Tenemos un nivel de autofinanciación sobre el 70% de los recursos. Es una organización sostenida por 130 millones de euros que los afiliados ponen en común. Claro que ha habido que adoptar medidas para mejorar la imagen y la transparencia pero comparémonos con el entorno. En todo caso, los niveles de autoevaluación que ha tenido CCOO han sido muy rigurosos. 

Hasta Vox quiere un sindicato potente…

Básicamente porque estos movimientos neofascistas siempre han buscado dinamitar los sindicatos de clase para tratar que la clase trabajadora acabe avalando las políticas reaccionarias del peor capitalismo español.

  Antonio Ruiz Valdivia y Unai SordoEVA VILLASANTE

¿Por qué debe existir un sindicato?

Porque no hay otra manera de que los trabajadores defiendan y mejoren sus derechos laborales. El mito de la meritocracia y de que cada uno es lo que se labra en la vida es de las fábulas de Esopo, pero no funciona en las relaciones laborales, que son económicas y de poder. Los trabajadores sólo organizados pueden mejorar sus derechos.

¿Cómo llega a ser sindicalista? ¿Cómo es su historia?

Viene por una cierta conciencia política y de justicia social que te lleva a que cuando empiezas a trabajar te afilias a un sindicato. Luego por derivadas de la vida pues terminas en la estructura del sindicato después de venir de trabajar de una empresa del sector de la madera. Normalmente la gente estas cosas no se las cree, pero hay mucho de casualidad en estas trayectorias sindicales. Una cosa te lleva a otra. 

¿Buen rollo con Pepe Álvarez?

Si, yo creo que el valor de la unidad de acción es un intangible para este país. Es muy importante que las organizaciones sindicales, compitiendo en las elecciones sindicales, que luego compartamos la orientación de las reivindicaciones. Da una fortaleza enorme. Las otras partes saben que no pueden encontrar fallas entre CCOO y UGT. 

Vox representa el neofascismo

¿Se pone fecha de caducidad para su liderazgo en CCOO?

La ponen nuestros estatutos. La responsabilidad sólo se puede ostentar durante tres mandatos, yo estoy iniciando el segundo.

¿Pero intentará el tercero?

Queda mucho tiempo. En cuatro años Dios dirá. La secuencia de tres mandatos es la lógica, pero ni se me ha pasado por la cabeza una reflexión en ese terreno. Ya veremos.

¿Su película favorita de este año es El buen patrón?

Es una de mis favoritas. Muy procedente que en este momento se hable de relaciones laborales en el cine y con un director tan potente como Fernando León de Aranoa, y con Javier Bardem dándolo todo. Es una película que recomiendo vivamente.